Maquiavelo, Mill y la dignidad pol¨ªtica
Durante las ¨²ltimas semanas nos hemos visto sacudidos en Andaluc¨ªa por toda una bater¨ªa de declaraciones, ruedas de prensa, iniciativas parlamentarias de comisiones de investigaci¨®n, etc¨¦tera, realizadas por parte de la actual direcci¨®n del PP, y por su mentor Javier Arenas, referidas a una serie de no se sabe que tramas y corruptelas con las que estar¨ªan relacionados militantes y ex cargos del PSOE de Andaluc¨ªa. Desde pretendidas relaciones particulares con una sociedad que manten¨ªa a su vez relaciones con Gescartera, hasta el manido y caduco asunto de Prensa Sur (cuyos hechos acaecieron hace 18 a?os), pasando por 'p¨¢jaras mentales' con relaci¨®n al objeto social de Egmasa, todo ha sido v¨¢lido con tal de tender un velo de sombra que separe a la opini¨®n p¨²blica de la diana pol¨ªtica en la que se encuentran los Ministros Rato y Montoro, por el caso judicial de Gescartera, y que a su vez permita dar a Javier Arenas un respiro ante su m¨¢s que probable p¨¦rdida del cargo de Secretario General del PP nacional en el Congreso que se celebrar¨¢ en unos meses.
Como no pod¨ªa ser de otra forma, esta estrategia, urdida en la sede madrile?a del PP, ha reverdecido los instintos b¨¢sicos de un liderazgo regional, adiestrado, durante la primera mitad de los noventa, en el 'barriobajerismo' y el 'navajeo' pol¨ªtico, basado en el enga?o mediante insinuaciones calumniosas, para debilitar al que no ve como adversario pol¨ªtico sino como enemigo. Ello est¨¢ produciendo en el seno del principal partido de la oposici¨®n en Andaluc¨ªa una vuelta al enrocamiento en posiciones que los ciudadanos andaluces ya han rechazado en m¨²ltiples ocasiones en las urnas. ?De verdad piensa el PP andaluz que con esta estrategia va a convencer a los andaluces de que puede gobernar Andaluc¨ªa? ?De verdad creen que acusando indirectamente a la mayor¨ªa de los votantes andaluces a trav¨¦s de la insidia a los l¨ªderes que ellos mayoritariamente han votado van a cambiar su voluntad?.
Al respecto, afirma Maquiavelo (autor ¨¦ste al que al parecer algunos miembros del PP dedican gran tiempo de lectura, eso s¨ª desde una perspectiva novelesca y no desde la perspectiva cient¨ªfica) en relaci¨®n con la crueldad que 'se le puede llamar bien empleada (si es permitido dar nombre de bueno a lo que es malo en si mismo) cuando se ejerce una sola vez dict¨¢ndolo la necesidad de consolidar el poder .... Si mal aconsejado o por timidez obrare de otra manera, necesitar¨ªa tener continuamente en la mano el pu?al y se encontrar¨ªa siempre imposibilitado de contar con la confianza de unos s¨²bditos a quienes tantas y repetidas veces hubiese ofendido...' Dicho de otro modo y en un contexto actualizado, no se puede estar sistem¨¢ticamente insultando, calumniando, si uno pretende conseguir el apoyo de los ciudadanos para gobernar las instituciones que les prestan los servicios p¨²blicos, puesto que no se ofrece una alternativa que los mejore, ni se da una imagen de seriedad, sino que se ofrece como ¨²nica causa de la pol¨ªtica la de la mera lucha por el poder.
No obstante, como uno no puede menospreciar nunca al adversario en democracia, pues la esencia del sistema es la existencia de una alternativa cre¨ªble, tiene que preguntarse con relaci¨®n a esta campa?a insidiosa s¨ª: ?No ser¨¢ mas bien que el liderazgo del PP andaluz no se encuentra en su actual cabeza visible, sino que ¨¦sta no es la real y se limita a activar su ferocidad cada vez que le interesa personalmente al mentor madrile?o, que, por cierto, ha dejado siempre bien claro que no le interesa Andaluc¨ªa?.
Si esto fuese as¨ª ya no nos encontrar¨ªamos ante un error de estrategia, sino ante algo m¨¢s grave, la utilizaci¨®n del PP andaluz para unos fines que nada tienen que ver con su misi¨®n de principal partido de la oposici¨®n. De hecho, nos encontrar¨ªamos en Andaluc¨ªa ante una direcci¨®n testaferra del PP en Madrid, para lo cual tiene tambi¨¦n Maquiavelo unas intuiciones que necesitan poca aclaraci¨®n: 'Poco trabajo cuesta conseguir un principado a aquellos que de simples particulares son levantados a ¨¦l por especial favor de la fortuna y sin present¨¢rseles el menor obst¨¢culo; pero si han de conservarle despu¨¦s de alcanzado, tendr¨¢n que vencer muchas y grandes contrariedades... Todos estos se sostienen ¨²nicamente por la fortuna y por la voluntad del que los ensalza; dos fundamentos tan mutables como poco seguros; adem¨¢s que ni ellos saben si pueden mantenerse en semejante dignidad'.
Se?ores del PP andaluz, el caso Gescartera es el caso de su partido a nivel nacional. Es su ministro de Econom¨ªa el que nombr¨® a la Presidenta de la CNMV y es su ministro de Hacienda el que nombr¨® al Secretario de Estado de Hacienda. Lo mismo que el caso Ertoil lo es tambi¨¦n, porque es su Presidente del Gobierno el que ha nombrado al ministro Piqu¨¦ y su Gobierno el que ha nombrado al Fiscal General del Estado. Lo mismo que tambi¨¦n lo es el del 'lino', etc¨¦tera Y es in¨²til, adem¨¢s de imp¨²dico, que por indicaci¨®n de Madrid se dediquen a intentar denostar a las instituciones andaluzas, pues no van a conseguir que los andaluces desv¨ªen su atenci¨®n de las cuestiones se?aladas, derramando tintan sobre la Junta de Andaluc¨ªa.
Afirmaba John Stuart Mill en su obra Representative Government al respecto del valor que para el ciudadano tiene la participaci¨®n democr¨¢tica, que la misma le lleva a 'ponderar otros intereses adem¨¢s del suyo propio; a ser guiado, en caso de conflicto de pretensiones, por una norma diferente a sus parcialidades privadas; a aplicar, en cada ocasi¨®n, principios que tienen por raz¨®n de su existencia el bien com¨²n... a estimular su simpat¨ªa por el inter¨¦s general'. Dicho de otro modo, la democracia es en si misma una virtud, en tanto favorece en el ser humano, de por s¨ª ego¨ªsta, el inter¨¦s por el bien general. No obstante, para ello es imprescindible que la llamada clase pol¨ªtica mantenga una actitud digna de lo que representa. Mintiendo, calumniando, con insidias y trampas no se consigue otra cosa que una autocomplacencia por victorias temporales, que a lo sumo llenan alg¨²n que otro titular pero que son p¨ªrricas por ef¨ªmeras, y a la larga, por su reiteraci¨®n, una merma de la credibilidad general de un sistema, el democr¨¢tico, que por s¨ª es la mejor forma posible de gobierno y la representaci¨®n m¨¢xima del progreso social humano. Reflexionemos, por tanto, y demos la clase pol¨ªtica andaluza la dignidad que el sistema demanda.
Luis ?ngel Hierro es diputado socialista del Parlamento de Andaluc¨ªa.
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