De c¨®mo los swaz¨ªes se indignaron con su rey por prohibirles el sexo
Mswati III de Swazilandia invita a las solteras a ahuyentar el deseo luciendo un pomp¨®n delator de su virginidad
La reciente campa?a de castidad para erradicar el sida emprendida por las autoridades de Swazilandia (sur de ?frica) ha provocado indignaci¨®n en los j¨®venes y escepticismo entre profesores y m¨¦dicos del pa¨ªs. Al rey Mswati III, coronado en 1986, no se le ha ocurrido otra cosa que prohibir el sexo a chicas y chicos durante cinco a?os, periodo en el que las solteras deber¨¢n llevar un pomp¨®n de lana cuyo color variar¨¢ en funci¨®n de su edad, el estado de su virginidad o el tipo de relaci¨®n que mantiene. A la vista del pomp¨®n, los hombres se abstendr¨¢n de seducirlas o tocarlas; de lo contrario, pagar¨¢n el desliz con una cabeza de ganado o el equivalente a 27.500 pesetas en lilangen¨ªes, la moneda local.
La campa?a pretende erradicar el sida, que afecta a m¨¢s de 300.000 personas en el pa¨ªs surafricano
La abstinencia sexual no parece formar parte de las tentaciones de las chicas: 'Nuestros enamorados no esperar¨¢n cinco a?os y esto va a impedir que nos casemos', lamenta Michelle Martyn, de 16 a?os, estudiante de la capital, Mbabane. Otra muchacha, Lungile Dlamini, considera injusto que la hija del rey del ex protectorado brit¨¢nico que se independiz¨® en 1968, la princesa Sikhanyiso, de 14 a?os, est¨¦ estudiando en el Reino Unido, fuera de la vigilancia de los defensores de las buenas costumbres swaz¨ªes. 'Si se tratara de algo de inter¨¦s nacional, la princesa tendr¨ªa que haberse quedado en el pa¨ªs para inspirarnos con su ejemplo y comprobar que ella tambi¨¦n respeta los valores tradicionales', dice Lungile.
Los hombres, j¨®venes y adultos, no salen de su indignaci¨®n: 'Est¨¢n empujando a nuestras compa?eras a llevar esos cacharros (los pompones) cuando ellos son los primeros en cortejarlas bajo la promesa de darles dinero o mejorar su posici¨®n social', protesta Sydney Nyembre, de 24 a?os. La experiencia social, anunciada con motivo de la conmemoraci¨®n hace 10 d¨ªas del 33? aniversario de Mswati III, va m¨¢s lejos: impone tambi¨¦n la prohibici¨®n a las j¨®venes de llevar pantalones.
En un principio, la iniciativa real fue popular por aquello de la recuperaci¨®n de los valores que defienden la castidad y la virginidad, pero, sobre todo, por su finalidad: prevenir el sida, enfermedad que se estima afecta a 300.000 personas y ha provocado 50.000 muertes en Swazilandia.
Pero la ONG Acci¨®n Contra el Abuso en Swalizandia (SAAA, siglas en ingl¨¦s), protectora de las v¨ªctimas de la violencia y las violaciones, puso cara a la supresi¨®n del pantal¨®n en el atuendo de las j¨®venes, una prenda en la que la organizaci¨®n ve un escudo contra las violaciones. 'Tenemos casos de violaciones frustradas gracias a los pantalones; permiten a la v¨ªctima ganar tiempo y conseguir que el agresor acabe desistiendo', dice un portavoz.
Los profesores no tardaron en criticar la actualizaci¨®n del umchwasho -rito de castidad- en unos tiempos, dicen, en los que ya no se pueden dirigir las conductas de los j¨®venes, en particular en las zonas urbanas. Son muchos los que predicen que las j¨®venes ignorar¨¢n el umchwascho y se olvidar¨¢n de lucir el pomp¨®n a la hora de salir. Otros opinan que las chicas no sabr¨¢n resistirse a las insistentes insinuaciones de sus pretendientes. Los m¨¦dicos no se han quedado atr¨¢s. Temen embarazos no deseados y el recurso al aborto clandestino por parte de muchachas aterradas ante la idea del rechazo conservador o de la expiaci¨®n del pecado con el pago de una vaca.
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