'El mundo no crey¨® que en nuestro pa¨ªs se entrenaba el terrorismo'

Si el Ej¨¦rcito estadounidense debe golpear Afganist¨¢n, el lugar debe ser cuidadosamente escogido. ?se es al menos el consejo del general Babadjan, que muestra con un gesto del brazo, desde lo alto de una torre de control cuyo techo ha sido reventado por una bomba, las posiciones ocupadas por los talib¨¢n.

El general es junto con sus hombres -2.000 seg¨²n ¨¦l, aunque hoy s¨®lo se ve una peque?a tropa compuesta por 70 muyahidin, con lanzacohetes y kalashnikov-, uno de los principales elementos del dispositivo antitalib¨¢n existente en Afganist¨¢n. Ocupa el aeropuerto de Bagram, treinta kil¨®metros al norte de la capital, Kabul. Es una vasta extensi¨®n donde se mezclan desechos de chatarra, tanques destruidos y cascos de obuses en pistas de aterrizaje hechas de hormig¨®n, a la manera sovi¨¦tica. Bagram era el principal aeropuerto del Ej¨¦rcito Rojo tras la invasi¨®n de Afganist¨¢n en 1979. ?Ser¨¢ ma?ana un punto de anclaje para las tropas estadounidenses? 'Las pistas son a¨²n utilizables', dice el general contemplando la escena de desolaci¨®n: bastimentos destripados y pedazos de bombas, signos de los combates librados para controlar ese lugar estrat¨¦gico. 'Pero ning¨²n avi¨®n ni helic¨®ptero puede posarse; estar¨ªa muy expuesto a los disparos de los talib¨¢n', a?ade. Los talib¨¢n est¨¢n a dos kil¨®metros, con su artiller¨ªa y sus tanques, detr¨¢s de una fila de viviendas de adobe que destaca a lo lejos.

Este general de la oposici¨®n afgana, la Alianza del Norte, juzga que es ¨¦ste el lugar desde donde los aviones estadounidenses deber¨ªan atacar. Un golpe preciso con el objetivo de abrir brecha en la l¨ªnea de frente y dejar franco el camino hacia Kabul. 'Y destruir los campos de entrenamiento para terroristas que los talib¨¢n han instalado detr¨¢s de sus posiciones. Sabemos d¨®nde est¨¢n. Son frecuentados por gente de Bin Laden, de Namangani [jefe de una guerrilla integrista musulmana activa en Uzbekist¨¢n], de Shamil Basaiev [jefe de la guerrilla chechena]'.

Babadjan dice poseer abundante informaci¨®n del enemigo, de las comunicaciones por radio de los talib¨¢n y un conocimiento profundo de la regi¨®n. ?l mismo es de Bagram, el pueblo de donde el aeropuerto toma su nombre. Como todos los generales del difunto comandante Masud, ha librado durante a?os una batalla sobre un terreno que le es muy familiar. 'Los americanos no pueden ser eficaces sin coordinar sus esfuerzos y los nuestros', dice.

Listos para cooperar

Bagram es un nombre que simboliza en estas regiones los avances y derrotas de las diferentes facciones de la guerra civil afgana. Los ¨²ltimos grandes combates aqu¨ª se remontan a 1999 y fueron sellados con una victoria muy localizada de las fuerzas de Masud. La Alianza tom¨® el aeropuerto, pero no pudo servirse de ¨¦l.

'Incumbe a los americanos escoger sus objetivos', contin¨²a el general, 'y estamos listos para cooperar con aquellos que quieren devolver la libertad a nuestros pa¨ªs'. Y a?ade una opini¨®n extendida entre muchos representantes de la Alianza: 'Durante a?os hemos tratado de atraer la atenci¨®n del mundo sobre la transformaci¨®n de nuestro pa¨ªs en un campo de entrenamiento para terroristas. Pero la comunidad internacional no nos quer¨ªa o¨ªr'. Babadjan no sabe de contactos entre su jerarqu¨ªa y los americanos. 'Si los hubo, tuvieron lugar con nuestro Ministerio de Defensa, no con los generales'. Y asegura que 'cada d¨ªa la moral del enemigo se deteriora y algunos desertan. Los talib¨¢n tienen que obligar a combatir a los j¨®venes'.

? Le Monde