La firma
El PP ha incluido en sus listas a 17 ex concejales del GIL. Nunca me he preguntado las razones que impulsan a un ciudadano a incorporarse a la pol¨ªtica del GIL. Posiblemente, porque la respuesta es tan evidente que no necesita explicaciones. El pacto anti GIL la contiene. Los grupos pol¨ªticos integrantes de este acuerdo en Andaluc¨ªa responden a una ideolog¨ªa, que se desarrolla en y para el Estado de Derecho. No negocian con grupos como el GIL en los que la falta de ¨¦tica y escrupulosidad forman parte de su raz¨®n de existir. Ah¨ª est¨¢n algunos de sus comportamientos. La forma de entender la seguridad ciudadana en Marbella o la utilizaci¨®n de suelo p¨²blico son sus ejemplos.
Sin embargo, si aquel interrogante, por lo obvio de la respuesta, no necesitaba de explicaciones, s¨ª deben buscarse en el hecho de que el PP favorezca la integraci¨®n de estos pol¨ªticos.
No se puede ignorar que el tr¨¢nsito del ex voluntariado del GIL al PP deja sin efecto el acuerdo de aislamiento de aquel grupo. Por mucho que el PP quiera disfrazar esta realidad diciendo que el cambio es personal, no se puede desconocer que las adhesiones individuales cuando son elevadas -y lo son- consiguen el mismo objetivo que un acuerdo con el GIL.
Hace unos d¨ªas Jos¨¦ Blanco, secretario de Organizaci¨®n del PSOE, manifestaba que estas incorporaciones son el resultado de la coalici¨®n que negociaron Arenas y Gil. El comportamiento del PP en Ceuta, San Roque y los ¨²ltimos 17 de La L¨ªnea parecen darle la raz¨®n. Sin embargo, no est¨¢n los tiempos del PP para estas gracias. No hay m¨¢s que asomarse a la presunta estafa de Gescartera. El secretario general de Hacienda se ha tenido que ir, est¨¢ imputado y ha renegado de su hermana.
Con estos mimbres no da la impresi¨®n, por mucho que Arenas est¨¦ necesitado de demostrar su peso en Andaluc¨ªa, que el PP termine abrazado a un Gil que est¨¢ imputado, acusado, condenado y con sumarios desaparecidos. Claro que, a lo peor, todo es m¨¢s sencillo y en el PP de algunos tiene cabida el transfuguismo del GIL y la coalici¨®n que anuncia. De ser as¨ª, sobran las justificaciones. Tambi¨¦n la firma en un acuerdo que se estamp¨® por unas razones, que deber¨ªan seguir siendo v¨¢lidas.
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