El filme de Jos¨¦ Luis Guerin, 'Truly human' y 'Escape to Paradise', entre los favoritos
Cerr¨® el concurso 'C'est la vie', visi¨®n dulce y consoladora de un centro de enfermos terminales
Una tosca pel¨ªcula de terror y fantasmas de Hong Kong titulada Secreto visible y el buen melodrama franc¨¦s C'est la vie, correctamente dirigido por Jean-Pierre Am¨¦ris y maravillosamente interpretado por Jacques Dutronc y Sandrine Bonnaire, cerraron ayer la secci¨®n competitiva de esta edici¨®n del festival donostiarra. El concurso alcanz¨® una excelente altura media y hubo en ¨¦l pel¨ªculas de gran radicalidad y belleza, sobre todo la espa?ola de Jos¨¦ Luis Guerin En construcci¨®n, escoltada por otros filmes de presupuesto pobre y gran riqueza de estilo, como el dan¨¦s Truly human y el suizo Escape to Paradise.
Nada hay qu¨¦ decir de la peque?ez hongkonesa Secreto visible, que ni tiene secreto, ni es visible, ni pinta nada en un concurso de cine no especializado en terrores baratos. S¨ª, en cambio, hay que detenerse en C'est la vie, un s¨®lido melodrama franc¨¦s que no es nada del otro mundo en lo relativo a escritura y direcci¨®n, pero que funciona bien debido a la sutil tensi¨®n que crea en la pantalla el idilio -situado en el vidrioso y poco transitable filo de la muerte, pero sin embargo cre¨ªble y tocado por la delicadeza- entre Jacques Dutronc y Sandrine Bonnaire, que representan respectivamente, y con resonancias de alta escuela interpretativa, a un enfermo terminal que acude a morir a un centro de cuidados paliativos y a una voluntaria que trabaja en este centro dando ayuda y consuelo a gente inconsolable.
Gracias al primoroso encuentro que bordan, con las armas de alta precisi¨®n de un refinad¨ªsimo oficio, estos dos maravillosos int¨¦rpretes franceses, el filme, que de otra manera no habr¨ªa superado la condici¨®n de lo sabido y casi lo rutinario, llega a conmover y alcanza con creces lo que evidentemente busca, que es capacidad consoladora. Pod¨ªa f¨¢cilmente hacer ca¨ªdo C'est la vie en el obsceno gancho de la conversi¨®n en espect¨¢culo del sufrimiento, pero la elegancia y la sabidur¨ªa que despliega el juego de d¨²o enamorado entre Sandrine Bonnaire y Jacques Dutronc impiden ese deslizamiento hacia la truculencia y presagian un posible justo premio de interpretaci¨®n.
Este premio podr¨ªa ir a las manos de cualquiera de los dos protagonistas de C'est la vie, e incluso a las de ambos conjuntamente, eso s¨ª, con permiso de la espa?ola Pilar L¨®pez de Ayala, protagonista de Juana la Loca, y de la estadounidense Glenn Close, protagonista de La seguridad de los objetos, que lo merecen tanto o m¨¢s que Sandrine Bonaire; y del quinteto protagonista de Last orders, compuesto nada menos que por la eminente Helen Mirren y los viejos gigantes Michael Caine, Bob Hoskins, Tom Courtenay y David Hemmings, cinco grandes del cine brit¨¢nico cuyo simple nombre callar¨ªa, de o¨ªrse hoy en la lectura de lista de premiados, la boca de cualquier disidente.
Pero C'est la vie, Juana la Loca y Last orders no suenan hoy aqu¨ª como pel¨ªculas candidatas esta noche a la conquista de la Concha de Oro. No abundan este a?o entre los festivaleros y los informadores y cr¨ªticos acreditados esas sonoras y rotundas quinielas que se dicen en estas v¨ªsperas con aires de apuesta a ganador seguro. La respuesta a la indagaci¨®n ambiental de qu¨¦ pel¨ªcula ganar¨¢ dentro de unas horas suele ser un gesto de arrugamiento y de perpleja ignorancia. Y se augura que hay pocas posibilidades de que el jurado, presidido por el cineasta franc¨¦s Claude Chabrol, se atreva a coger el toro por los cuernos y afronte la verdadera altura intelectual y la singularidad art¨ªstica de En construcci¨®n, el inmenso poema documento de Jos¨¦ Luis Guerin, que es cine situado muy por encima del que ofrece el resto de las pel¨ªculas en concurso, pero que se sale de forma tan clara de los l¨ªmites del pacto del celuloide convencional, que concederla, aun mereci¨¦ndolo, la Concha de Oro parece cosa tan justa como improbable.
Aunque con boca peque?a, suenan otros filmes que podr¨ªan llenar con buenos suced¨¢neos el vac¨ªo que crear¨ªa esta injusticia, si se cumple. Y el thriller australiano Lantana, la comedia danesa Truly human y el drama suizo Escape to Paradise parecen los mejor situados para beneficiarse de la condena a En construcci¨®n a volver a las cunetas de donde procede.
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