'Una reforma de convenios por la fuerza tendr¨ªa una dura respuesta'
Aunque su estrategia basada en el di¨¢logo es diferente a la de los inicios de CC OO, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo asegura que el sindicato sigue 'en la senda que marcaron los compa?eros que lo fundaron, con las adaptaciones necesarias en un mundo que se transforma'. Reconoce que, ahora, uno de los mayores problemas de las centrales es que no conectan con los j¨®venes, y una afiliaci¨®n que llega a s¨®lo una parte de los trabajadores.
Comisiones Obreras conmemora el XXV aniversario de su constituci¨®n como sindicato en pleno di¨¢logo con el Gobierno. Una negociaci¨®n que atraviesa un mal momento. Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo (Le¨®n, 1948) conf¨ªa en que el Ejecutivo apueste por el acuerdo, tanto en la reforma de los convenios colectivos como en la de las prestaciones de desempleo, y as¨ª no generar un conflicto que tendr¨ªa 'una respuesta muy dura del movimiento sindical'. Este cirujano traumat¨®logo en excedencia tambi¨¦n espera que no se pretenda tapar el desgaste pol¨ªtico del esc¨¢ndalo Gescartera 'apagando fuegos con gasolina'.
'Defiendo la estabilidad presupuestaria, pero no que encubri¨¦ndose en ella se recorten gastos sociales'
Pregunta. El XXV aniversario de CC OO ha servido para recordar los or¨ªgenes, ?tambi¨¦n para analizar los errores?
Respuesta. Ha sido una buena ocasi¨®n para reencontrarse con gente a la que debemos mucho y para vincular las pretensiones que ellos ten¨ªan con las que tenemos ahora, que siguen siendo las mismas: no s¨®lo responder como un buen sindicato a las demandas de los trabajadores, sino convencer a toda la sociedad de que hay que tener en el punto de mira los intereses generales. En aquel momento era la democracia, en este momento es la cohesi¨®n y el progreso de toda la sociedad.
P. Marcelino Camacho dice que CC OO ha abandonado algunos de sus principios, ?est¨¢ de acuerdo?
R. A Marcelino le quiero mucho y no voy a entrar en pol¨¦micas con ¨¦l, pero creo que el sindicato tiene m¨¢s afiliaci¨®n y representaci¨®n que cuando estaba ¨¦l y sigue en la senda que marcaron los compa?eros que lo fundaron, con las adaptaciones necesarias en un mundo que se transforma.
P. Ahora el gran problema de CC OO, y de todos los sindicatos, es que no conectan con los j¨®venes.
R. El problema que tenemos los sindicatos no s¨®lo es no conectar con los j¨®venes, sino no conectar con todos los trabajadores. En ese sentido hay que ser siempre autocr¨ªtico y exigente, y el sindicato tiene que convertir sus estructuras en algo m¨¢s ¨¢gil para que haya muy poquita distancia entre un trabajador de una empresa y los responsables sindicales del sector. Lo que hay que conseguir es que el aparato no sea un tap¨®n, y que sea un buen conductor.
P. Pero la falta de conexi¨®n es mayor con los j¨®venes, que se sienten indefensos, con contratos temporales y salarios bajos; es una generaci¨®n que tiene m¨¢s dificultades que las anteriores.
R. Sin duda. Estoy absolutamente convencido de que la precariedad es un problema para las personas, para la organizaci¨®n de los sindicatos y para las empresas. Si en este pa¨ªs hubiera buenas direcciones de recursos humanos y supieran explotar bien la flexibilidad interna, combin¨¢ndola con estabilidad, tendr¨ªamos trabajadores m¨¢s satisfechos, m¨¢s productivos y m¨¢s afiliables a los sindicatos. Por eso, nuestra pelea por el empleo estable, seguro y con derechos, si se gana, la ganar¨¢n las empresas, los j¨®venes y el capital humano, porque la riqueza de un pa¨ªs no es el capital vol¨¢til, es el capital que est¨¢ erradicado en su tierra y que se reparte entre la gente de ahora y del futuro.
P. Est¨¢n en pleno di¨¢logo social y en la reforma de los convenios han surgido problemas, ?cree que se van a resolver?
R. Espero que se resuelvan. Es una reforma que compromete muchas voluntades, porque marca las reglas de juego de las relaciones laborales en todas y en cada una de las empresas. Por tanto requiere un consenso meditado. ?Problemas? Pues que cuando se empiezan a producir por parte del Ministerio de Trabajo aproximaciones a lo que la parte sindical ha dicho razonablemente en la mesa, da la sensaci¨®n de que las organizaciones empresariales, que no han presentado nada por escrito, se ponen en las ant¨ªpodas de cualquier posible consenso esperando que un Gobierno les resuelva lo que no puede resolverles un acuerdo. Creo que el Gobierno tendr¨¢ la suficiente sensatez, no s¨®lo para no provocar en estos momentos un conflicto social, sino para no romper un marco de regulaci¨®n que es b¨¢sico para la estabilidad de las empresas. Aunque no le preocuparan nada los derechos de los trabajadores, tiene que entender que un convenio colectivo ampara la estabilidad de la empresa.
P. ?La patronal tiene el aval del Ministerio de Econom¨ªa?
R. Nosotros estamos negociando con el Gobierno y su interlocutor l¨®gico en la mesa es Trabajo. Evidentemente conocemos que detr¨¢s del Ministerio de Econom¨ªa hay determinados focos de pensamiento que parece que conocen muy poco la vida de las empresas y que est¨¢n facilitando una posici¨®n muy escapista de las organizaciones empresariales. Y creo que hay una situaci¨®n muy clara en este momento: la situaci¨®n econ¨®mica no es para estar dando saltos. Creo que hay que lanzar muchos mensajes de serenidad a toda la sociedad civil. Norteam¨¦rica est¨¢ bordeando la recesi¨®n, Espa?a est¨¢ desacelerando una tasa de crecimiento que hay que mantener. No s¨¦ si en este momento el desarticular las relaciones colectivas puede contribuir al desarrollo econ¨®mico de este pa¨ªs. Ser¨ªa la primera vez que provocando un caos se consiguiera avanzar.
P. ?Pretenden desarticular la negociaci¨®n colectiva y as¨ª controlar los salarios?, ?eso c¨®mo se logra, porque es dif¨ªcil de entender?
R. Yo tengo mucha dificultad para entenderlo. Si alguien pretende que negociando salarios empresa a empresa se moderan los sectores, ser¨¢ porque le gusta la guerra de guerrillas y conf¨ªa en ganarla. Pero creo que hay muchos convenios de empresa donde la gente tiene unos salarios excelentes y, sin embargo, hay convenios de sector, como el de banca, suscrito para tres a?os con moderaci¨®n salarial, con beneficios para las empresas.
P. ?Ser¨ªa como volver al periodo asambleario de principios de la democracia?
R. No lo s¨¦, pero desde luego ir¨ªamos a un proceso asambleario de los empresarios que ir¨ªan a la patronal a comunicarle que ten¨ªan las empresas hechas un cisco.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa la contestaci¨®n de CC OO a una reforma impuesta?
R. Una reforma impuesta por el Gobierno, por la fuerza e irresponsable, que supusiera desarticular el marco de este pa¨ªs, tendr¨ªa una respuesta muy dura del movimiento sindical. Pero no s¨®lo ser¨ªa una respuesta puntual, habr¨ªa una ofensiva sindical muy dura empresa por empresa para convencer al Gobierno de que las cosas no se pueden hacer as¨ª.
P. Tras esta mesa viene la de reforma del desempleo, ?se puede plantear un recorte?
R. No creo. Porque la cobertura deja fuera a la mitad de los parados y adem¨¢s la recaudaci¨®n de cotizaciones para desempleo tiene un notable excedente que se utiliza para estabilizar las cuentas p¨²blicas. Luego no entiendo porque habr¨ªa que hacer un recorte de prestaciones al desempleo cuando lo que habr¨ªa que hacer es un incremento. En este pa¨ªs, a base de tener super¨¢vit de cotizaciones al desempleo y de mantener una tasa de cobertura baja, la cotizaci¨®n al desempleo se ha convertido en un estabilizador autom¨¢tico del presupuesto. Esto es un poco de rechifla.
P. ?No ser¨ªa una torpeza que el Gobierno utilizase esas reformas para tapar los efectos pol¨ªticos del esc¨¢ndalo de Gescartera?
R. Desde luego paliar un esc¨¢ndalo con un conflicto social, me parece que es apagar fuegos con gasolina. Y no creo que el Gobierno est¨¦ compuesto de pir¨®manos.
P. ?Prev¨¦ un choque con el Gobierno del PP en un horizonte pr¨®ximo?
R. No quiero prever eso, porque tengo una gran responsabilidad y espero que haya una responsabilidad, al menos sim¨¦trica, en aquellas personas a quienes los ciudadanos espa?oles les han puesto a gobernar este pa¨ªs.
P. Estuvo en desacuerdo con la anterior reforma fiscal y ahora anuncia el Gobierno una nueva rebaja de impuestos.
R. Ya le dijimos al se?or Montoro: qu¨¦ bien le vendr¨ªan en este momento los 800.000 millones de gasto fiscal de una reforma injusta, porque la mitad fue para bajar las cargas del 10% de las rentas m¨¢s altas y la otra mitad para el resto, pero sobre todo mala porque era una reforma innecesaria, ya que nuestra presi¨®n fiscal es m¨¢s baja que la media de los pa¨ªses europeos, e inconveniente, como se ha demostrado, para la estabilidad presupuestaria. Defiendo la estabilidad presupuestaria, lo que no defender¨¦ en mi vida es que, encubri¨¦ndose en ella, se recorten gastos sociales, cuando previamente se han recortado los impuestos a los m¨¢s ricos.
P. ?Qu¨¦ le parece que hayan cuadrado los presupuestos con el super¨¢vit de la Seguridad Social y del Inem?
R. Muy mal, as¨ª llega a la estabilidad presupuestaria cualquiera. Bajar impuestos a los ricos y recortar prestaciones sociales, es lo contrario de Luis Candelas.
P. El Gobierno insiste de nuevo en ampliar a toda la vida laboral el c¨¢lculo de la pensi¨®n a partir de 2003.
R. Hace mal, porque lo primero que debe hacer es desarrollar lo que pactamos para esta legislatura, y espero que en enero se vean los incrementos acordados para pensiones m¨ªnimas y de viudedad. El a?o 2003 lo que corresponde es hacer una revisi¨®n global de todo el sistema y seguir consolidando la Seguridad Social.
P. Sin pretender ser agorera, parece inevitable que en un futuro cambie el c¨¢lculo de la pensi¨®n.
R. No lo s¨¦, porque las previsiones sobre la estabilidad del sistema p¨²blico que hizo CC OO coinciden bastante con los del ¨²ltimo informe de la Seguridad Social. Los que est¨¢n en grave riesgo son los sistemas de capitalizaci¨®n, porque han perdido rentabilidad y tambi¨¦n legitimaci¨®n social a consecuencia de esc¨¢ndalos como los de Gescartera.
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