14.000 alumnos piden el distrito abierto en tres grandes regiones

Menos de 14.000 j¨®venes han pedido en junio una plaza de distrito abierto para ir a una universidad de las tres comunidades aut¨®nomas que acaparan a casi la mitad del mill¨®n y medio de estudiantes que hay en Espa?a: Andaluc¨ªa (que cuenta con 253.000 estudiantes), Madrid (con 218.000) y Catalu?a (con 186.000). Son los primeros usuarios de la apertura al 20% de las vacantes universitarias para alumnos de fuera de las comunidades donde est¨¢n ubicadas las universidades, un proceso que contin¨²a el pr¨®ximo curso con la oferta del 50% de las plazas y que culmina en el curso 2003/2004 en el que los j¨®venes competir¨¢n por las vacantes con independencia de su procedencia geogr¨¢fica.

'Tampoco esper¨¢bamos una movilidad tremenda este primer a?o con la poca cultura que hay en este pa¨ªs de salir a estudiar fuera', dijo Vicente Ortega, secretario del Consejo de Universidades, quien considera que a¨²n es pronto para valorar el distrito abierto en su primer a?o de funcionamiento.

'No ha sido el gran boom, que preve¨ªa el Ministerio de Educaci¨®n', manifest¨® Jos¨¦ Garc¨ªa, hasta el pasado jueves director general de Universidades de la Comunidad de Madrid. Y eso que esta comunidad es a la que mejor le ha ido: de las 44.700 peticiones para nuevas admisiones que han tenido esta regi¨®n, unos 8.000 j¨®venes eran de otras comunidades aut¨®nomas (un 18%).

Catalu?a -que cuenta con la tradici¨®n de movilidad en comunidades pr¨®ximas como Valencia, Baleares y Arag¨®n- ha recibido tan s¨®lo 2.700 peticiones de estudiantes de fuera para las 38.000 plazas de nuevo acceso que ofrece, seg¨²n los datos del Consejo de Universidades. 'Esperamos que estos n¨²meros vayan creciendo a?o a a?o. Pero para eso hace falta un buen sistema de becas', dijo Marisa Florensa, secretaria del Consejo Interuniversitario de Catalu?a, que para este curso puso en marcha un sistema de preincripci¨®n por Internet.

Lo que parece claro ante estos datos es que los flujos de estudiantes van a ser muy heterog¨¦neos entre las distintas comunidades. Si en Adaluc¨ªa 50.000 j¨®venes pidieron plaza, tan s¨®lo 3.075 eran de otras comunidades, una cifra superior a la de Catalu?a, pero muy inferior a la de Madrid, a pesar de tener un volumen muy similar de alumnos. En Cantabria, por ejemplo, una comunidad que en n¨²mero de estudiantes es de apenas 12.000 j¨®venes, las peticiones de fuera representan casi un 40% del total de plazas que ofrecen de nuevo acceso: 1.100 de 2.800.

Falta tambi¨¦n por saber cu¨¢ntas de las 14.000 peticiones de las tres grandes comunidades se concretan en admisiones y c¨²antas de ¨¦stas se traducen en matr¨ªculas reales. Un proceso en el que ¨¦stos n¨²meros se ver¨¢n reducidos con toda seguridad. Como ejemplo basta Andaluc¨ªa, en la que tan s¨®lo 608, de las m¨¢s de 3.000 peticiones de distrito abierto, formalizaron la matr¨ªcula.

'Muchos estudiantes han pedido una plaza en varias comunidades por miedo a quedarse sin sitio en la licenciatura que quer¨ªan. Si finalmente entran en la suya, l¨®gicamente prefieren no moverse, porque no hay buenas ayudas para becas', explica Francisco Garc¨ªa, secretario general de Universidades.

Las becas concedidas por el Ministerio (entre 525.000 y 820.000 pesetas para todo el curso acad¨¦mico e incluyendo las tasas de matr¨ªcula) son el 'punto d¨¦bil' que se?alan los expertos para el ¨¦xito del distrito abierto. La necesidad de incrementarlas ha sido puesto de manifiesto tanto por el informe Bricall sobre la situaci¨®n de la universidad espa?ola, por los consejos sociales de las universidades, por la propia Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE) y por la oposici¨®n.