"El ataque ha logrado unir a los americanos"
El director, guionista y actor m¨¢s c¨¦lebre de Nueva York, Woody Allen, de 66 a?os, lleg¨® ayer a Barcelona, pese a su terror a los aviones, para promocionar su pen¨²ltima pel¨ªcula, La maldici¨®n del escorpi¨®n de jade. La vida debe continuar, dice Allen, que considera que tras el ataque terrorista del 11 de septiembre lo peor ser¨ªa meterse debajo de la cama. El cineasta expresa adem¨¢s su admiraci¨®n por las mujeres y compara la direcci¨®n de cine con la magia.
Woody Allen es una persona amable y educada que conoce el valor del tiempo y de la palabra, y que posee una brava firmeza ante la adversidad. Su prevista gira por Europa no se ha visto aplazada o anulada tras el atentado terrorista sufrido por su querida Manhattan. Telefone¨® a la gente de la distribuidora que, en Barcelona, ha cuidado de ¨¦l en todas sus visitas, y les confirm¨® que estar¨ªa aqu¨ª, tal como ten¨ªa previsto, para promover su pen¨²ltima pel¨ªcula, La maldici¨®n del escorpi¨®n de jade (tiene otra, reci¨¦n terminada: Hollywood endings).
'La Administraci¨®n Bush no ha respondido como si fueran justicieros o vaqueros'
La maldici¨®n del escorpi¨®n de jade, que se estrena el pr¨®ximo d¨ªa 11, es una divertida historia detectivesca ambientada en los a?os cuarenta, con hipnotismo e historia de amor antag¨®nico dentro, al estilo de los viejos films noirs que adora, y con un elenco de lujo, como siempre, compuesto por ¨¦l mismo, Helen Hunt, Don Aykroyd y Charlize Theron, entre otros.
Pregunta. As¨ª que no se arredr¨®, como otras estrellas norteamericanas que no volaron a San Sebasti¨¢n, a pesar de su conocida fama de neur¨®tico.
Respuesta. No soy nadie para juzgar las decisiones de otros. Pero d¨¦jeme decirle que, antes de los atentados, volar ya me aterrorizaba atrozmente. Es decir, que, incluso en los buenos tiempos, sentarme all¨ª arriba ya me daba miedo. Ahora no puede ser peor. Pienso que ser¨ªa un grave error para cualquiera meterse debajo de la cama. Hemos visto ocurrir algo horrible en Nueva York, pero tambi¨¦n hay mucho horror en otras ciudades, se han producido terremotos, cat¨¢strofes... La vida sigue, y no puedes permitir que los terroristas se metan en tu vida, dejar de ir a los restaurantes, a ver partidos de b¨¦isbol. Mi plan era venir a Europa y no ten¨ªa por qu¨¦ dejar de hacerlo.
P. Despu¨¦s de lo ocurrido, he vuelto a ver sus pel¨ªculas que transcurren en Nueva York... Es decir, pr¨¢cticamente todas. Cre¨ª que Manhattan iba a ser la que m¨¢s me impresionar¨ªa, pero quiero decir que ha sido Celebrity, con ese inicio y ese final en que la palabra 'Help!' aparece escrita en el cielo de Nueva York. Cuando la vi por primera vez me pareci¨® una especie de Satiric¨®n de nuestros d¨ªas.
R. Casi nadie la vio, en Estados Unidos. Quer¨ªa hablar de esa fama que hoy tiene todo el mundo porque sale en televisi¨®n, todos los cirujanos pl¨¢sticos, todos los predicadores.
P. Al verla de nuevo, he pensado que logr¨® usted una especie de anticipaci¨®n del futuro. Esa gente tan bien arreglada, tan vac¨ªa, mirando la palabra 'Socorro' escrita en la pantalla mientras come palomitas. Como si ya pensaran en el desastre que iba a suceder.
R. Anticipaci¨®n... En mi pa¨ªs hemos hablado durante muchos a?os sobre que esto pod¨ªa ocurrir. Y ahora ha sucedido y el pa¨ªs entero se ha sobrecogido, hemos comprendido que no est¨¢bamos preparados, a pesar de que se hablaba, en las noticias, en las conversaciones entre amigos, en la pol¨ªtica. Cuando ocurri¨®, todo el mundo se qued¨® at¨®nito. Creo que ahora las cosas han cambiado, se han tomado medidas, pero cuando miras atr¨¢s resulta especialmente triste ver tanta especulaci¨®n. Hab¨ªa un centenar de maneras de prevenirlo, pero ahora es demasiado tarde para toda la gente que ha muerto.
P. ?Puede el humor ayudarnos en momentos as¨ª?
R. El humor es una respuesta natural del ser humano ante la desgracia. Cualquier tema puede ser tratado con humor: los campos de concentraci¨®n, los guetos. Lo de NuevaYork es algo muy tr¨¢gico y no debe trivializarse, ni se debe a?adir dolor a quienes han perdido a sus seres queridos. Habr¨¢ humor acerca de esto, pero no puede trivializar ni aumentar el sufrimiento.
P. ?Cree que, despu¨¦s de los atentados, ha habido una derechizaci¨®n, una tejanizaci¨®n de Nueva York?
R. Los terroristas han conseguido que, ante un atentado enemigo y despu¨¦s de unas elecciones muy re?idas y confusas, los norteamericanos se unan. ?sta es una de las consecuencias del ataque, ponernos a trabajar todos juntos. Habr¨¢ el acostumbrado debate sobre c¨®mo hacer para combatir al terrorismo, y otro debate sobre qu¨¦ hacer para combinar seguridad con derechos civiles, pero se llegar¨¢ a una soluci¨®n razonable. Creo que eso es lo que suele pasar en Estados Unidos.
P. ?Ha mejorado su opini¨®n sobre el presidente Bush o sigue pensando que es como el personaje de Lukas Haas en Todos dicen I love you, antes de que se le disolviera el co¨¢gulo?
R. He sido muy cr¨ªtico con Bush; de hecho, yo no le vot¨¦, pero en la medida en que su Administraci¨®n ha tomado las decisiones adecuadas en esta situaci¨®n, que no han respondido como justicieros o vaqueros, y han ido poco a poco y con cuidado, creo que el presidente comprende la complejidad del problema. No creo que si Clinton a¨²n fuera presidente, o si hubiera resultado elegido Al Gore, lo hubieran hecho de forma diferente. Espero que contin¨²e as¨ª.
P. ?C¨®mo van a afectar los atentados al mundo del cine?
R. Las cosas no cambiar¨¢n entre los artistas serios de mi pa¨ªs, sean escritores o directores de cine. Har¨¢n lo que tengan que hacer, lo que les salga del coraz¨®n. En cuando a Hollywood, que s¨®lo piensa en el dinero y la taquilla, tendr¨¢n mucho cuidado con las palabras secuestro y terrorista, por miedo a dejar de ingresar beneficios.
P. Hablemos de La maldici¨®n del escorpi¨®n de jade. Tengo entendido que usted, de ni?o, hac¨ªa trucos de magia. ?Le ha servido para dirigir esta historia sobre detectives e hipnosis?
R. S¨ª, de ni?o era mago, practicaba durante muchas horas y le¨ªa muchos libros, precisamente, sobre hipnosis. En los a?os cuarenta, que es donde sit¨²o mi pel¨ªcula, la hipnosis estaba considerada milagrosa, ex¨®tica. Hoy en d¨ªa s¨®lo se usa para dejar de fumar o para que el dentista opere sin anestesia. Pero en aquellos a?os era como el vud¨². La gente cre¨ªa que si te hipnotizaban pod¨ªan hacer que te enamoraras o que cometieras cr¨ªmenes.
P. Conoc¨ª a alguien que se hizo hipnotizar para dejar el tabaco.
R. ?S¨ª? ?Lo consigui¨®?
P. S¨ª. Lamentablemente, tambi¨¦n dej¨® de interesarse por sus negocios, y fue a la bancarrota.
R. Yo nunca lo he probado, la verdad. Ni he sido hipnotizado, ni he hipnotizado a nadie.
P. De todas formas, ser director de cine ?es una especie de magia?
R. Desde luego. Hay una definitiva conexi¨®n entre la magia y un director, tanto de cine como de teatro. Trabajamos con las luces y las sombras, con la ilusi¨®n, haciendo que el p¨²blico vea una pel¨ªcula y piense que es algo real. Usamos t¨¦cnicas que la audiencia no advierte. Hay pel¨ªculas como las de Fred Astaire, que son hora y media de pura magia.
P. Hacer de detective duro, ?le gusta m¨¢s que interpretar a intelectuales?
R. No. Para mi papel hubiera preferido a Tom Cruise o Tom Hanks, pero tienen compromisos y los tendr¨¢n durante diez a?os. As¨ª que lo hice yo. Pero prefiero hacer las peque?as cosas que puedo interpretar mejor... Es divertido ponerse una gabardina y un sombrero y pretender ser Humphrey Bogart, pero en general prefiero no hacerlo.
P. Usted le da un punto tierno muy interesante.
R. Cuando escrib¨ª el gui¨®n lo hice muy duro, como el de Helent Hunt, pero sencillamente no pod¨ªa, ella lo consigui¨®, es una actriz afilada, brillante, r¨¢pida. Yo soy m¨¢s amable que duro.
P. Quiz¨¢ las mujeres somos m¨¢s duras.
R. Lo que son es superiores a nosotros en muchos, muchos sentidos. Siempre he sabido que son el sexo superior, de largo. Yo siempre estoy rodeado de mujeres. Mi productora, mi montadora, mi jefa de prensa, mi ayudante: siempre me sent¨ª m¨¢s c¨®modo. Son mucho m¨¢s responsables.
P. El personaje de Helent Hunt posee la brillantez de r¨¦plicas de Lauren Bacall, pero en realidad es como uno de esos ejecutivos, hombre o mujer, t¨ªpicos de los noventa, que cuando entran en una empresa lo primero que hacen es despedir gente. Un aut¨¦ntico tibur¨®n.
R. De acuerdo. En los a?os cuarenta, este tipo de mujer no exist¨ªa m¨¢s que en las pel¨ªculas: Rosalind Russell, Katharine Hepburn. Las pon¨ªan en los filmes porque en la vida real no exist¨ªan, en las oficinas s¨®lo hab¨ªa secretarias, y por eso en el cine resultaba divertido ver a una mujer as¨ª, capaz de enfrentarse al hombre. En aquel tiempo los hombres eran chauvinistas, y era excitante verlas competir. Ahora, esas mujeres est¨¢n en todas partes: en las universidades, en el campo de la ciencia. Afortunadamente. A m¨ª me gustan las mujeres que son al menos tan inteligentes como los hombres, y a los hombres que conozco les pasa lo mismo. No me gustan las mujeres pasivas. Eso me ha acarreado muchos problemas.
P. En muchas pel¨ªculas hace decir a sus personajes que el cerebro es un ¨®rgano sobrevalorado y que el coraz¨®n es m¨¢s importante. ?Es eso lo que usted piensa?
R. Bueno, creo que tienes que conseguir un buen equilibrio, pero tambi¨¦n que hay una tendencia general en la gente a querer ser demasiado cerebral, a confiar demasiado en el pensamiento que todo lo entiende y controla. Y ves a gente muy inteligente que en su vida rom¨¢ntica son un desastre, y te preguntas c¨®mo alguien tan capaz puede cometer tantos errores. La verdad del asunto es que piensan, piensan, piensan, pero en el fondo es el coraz¨®n el que empuja a actuar. Las decisiones se toman en lo m¨¢s profundo, en la preconsciencia.
P. Lo cierto es que un poco de hipnosis, como la que sale en su pel¨ªcula, no nos ir¨ªa mal para mantener a raya el cerebro.
R. Sabe, la se?orita Hunt, en mi pel¨ªcula, es muy brillante, muy inteligente, muy r¨¢pida, pero est¨¢ enamorada, con ese jefe de la oficina, y te preguntas c¨®mo puede hacerlo, ya que es alguien que sabemos que nunca dejar¨¢ a su mujer. Pero estas cosas pasan, es t¨ªpico.
P. Ese personaje que interpreta Don Aykroyd me recuerda mucho al Fred MacMurray de El apartamento.
R. S¨ª, es el tipo de pel¨ªcula que quer¨ªa hacer. Cuando yo era joven, este tipo de filme era muy com¨²n, de Wilder, Lubischt... Siempre hab¨ªa un peque?o film noir, con un romance entre un hombre y una mujer que se odiaban mutuamente, pero siempre sab¨ªas que acabar¨ªan juntos. Aunque no c¨®mo, porque todo eran malentendidos, y no sab¨ªas qu¨¦ har¨ªa el director para volver a reunirles. Y ¨¦ste es exactamente el filme que quer¨ªa hacer.
P. La atm¨®sfera, la oficina, recuerdan mucho tambi¨¦n otra pel¨ªcula estupenda, Perdici¨®n, de Billy Wilder.
R. ?Ah! ?sa es una de mis favoritas.
P. ?Sigue usted pensando que su cine no es tan importante como el de Bergman o Fellini?
R. Desde luego. Si va usted a un festival de cine, si ve juntas Ladr¨®n de bicicletas, El s¨¦ptimo sello, Rashomon, Ocho y medio, La gran ilusi¨®n... No, no he hecho ninguna pel¨ªcula que se pueda codear con ¨¦sas.
P. A m¨ª me parece extraordinaria Septiembre.
R. Se lo agradezco. Es una de mis favoritas. En Estados Unidos, apenas se vio, tampoco.
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