Descomposici¨®n pol¨ªtica y personal
Hace unos d¨ªas, el presidente del Gobierno afirm¨® que ve¨ªa a Rodrigo Rato 'bien' y que, si le apuraban, lo ve¨ªa incluso 'muy bien'. Desde luego, no lo parece. En sus dos ¨²ltimas intervenciones en el pleno del Congreso, en las sesiones de control parlamentario del Gobierno de los dos ¨²ltimos mi¨¦rcoles, la imagen que ha transmitido es la de un ministro al borde de un ataque de nervios, que ha perdido el control de s¨ª mismo y que le falta el canto de un euro para faltarse el respeto y para falt¨¢rselo al Gobierno y al grupo parlamentario al que pertenece.
El problema no tiene soluci¨®n. O Rodrigo Rato presenta su dimisi¨®n o simplemente ir¨¢ a peor tanto personal como pol¨ªticamente. Y no tiene soluci¨®n porque si es verdad en abstracto que un esc¨¢ndalo financiero le puede ocurrir a cualquier Gobierno, no lo es en concreto que pueda ocurrirle uno como el esc¨¢ndalo Gescartera.
A cualquier Gobierno le puede ocurrir que designe como gobernador del Banco de Espa?a a una persona que despu¨¦s se acaba sabiendo que tiene una cuenta en 'dinero negro', como le ocurri¨® al Gobierno del PSOE con Mariano Rubio. Esto es imprevisible. Pero, aunque lo sea, el responsable de la designaci¨®n tiene que asumir la responsabilidad pol¨ªtica. Es lo que le ocurri¨® a Carlos Solchaga, que tuvo que asumir dicha responsabilidad, incluso cuando ya hab¨ªa dejado de ser ministro de Econom¨ªa y Hacienda y era portavoz del grupo parlamentario en el Congreso. La cuenta opaca de Mariano Rubio ha jubilado pol¨ªticamente a una persona tan excepcionalmente valiosa como Carlos Solchaga. Pero esas son las reglas del juego de la democracia.
Pero el caso Gescartera es distinto. No es un esc¨¢ndalo que le haya 'sobrevenido' al Gobierno del PP, sino que es un esc¨¢ndalo que ¨²nicamente ha sido posible por la actuaci¨®n de varios ministros y en particular del vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa. Han sido los hombres y mujeres del vicepresidente, Enrique Gim¨¦nez-Reyna, Pilar Valiente, Luis Ramallo, sus dos jefes de gabinete, Jos¨¦ Mar¨ªa Rold¨¢n y Jaime P¨¦rez Renovales, Antonio Alonso Ureba, los que han impedido que la CNMV hiciera el trabajo que ten¨ªa que hacer y hubiera impedido que Gescartera llegara a ser lo que ha sido.
La responsabilidad pol¨ªtica de Rodrigo Rato no es s¨®lo por el 'resultado', sino sobre todo por el 'proceso' que ha hecho posible dicho resultado. La CNMV ha actuado de la forma en que lo ha hecho en relaci¨®n con Gescartera porque quienes propon¨ªan esa l¨ªnea de actuaci¨®n expresaban la posici¨®n del Gobierno respecto de la agencia de Antonio Camacho. Sin el 'impulso gubernamental' es imposible explicarse la configuraci¨®n de las mayor¨ªas en el interior de la CNMV en este asunto.
Puede que Rato no haya estado 'antes del parto'. Pero ha estado 'en el parto y despu¨¦s del parto' de Gescartera. Y ¨¦l lo sabe. Y se le nota que lo sabe. De lo contrario, resulta inexplicable, en una persona de su inteligencia y de su experiencia parlamentaria, sus respuestas en las dos ¨²ltimas sesiones de control.
No porque no tenga raz¨®n en lo que ha dicho. Coincido con ¨¦l en que la renovaci¨®n de los ¨®rganos constitucionales ha sido un desastre. Pero un vicepresidente del Gobierno o se calla o se planta. Lo que no puede es no callarse y no plantarse. Lo que no puede hacer es no contestar a una pregunta sobre su responsabilidad en el esc¨¢ndalo Gescartera, denunciando como indigno un pacto para la renovaci¨®n de unos ¨®rganos que despu¨¦s ¨¦l va a votar en el pleno del pr¨®ximo d¨ªa 24.
Es perfectamente leg¨ªtimo responder desde la dignidad a un planteamiento de naturaleza pol¨ªtica. Pero el recurso a la dignidad compromete a quien hace uso del mismo. La dignidad, como el nombre de Dios, no se puede invocar en vano. Las intervenciones parlamentarias de Rodrigo Rato de estos dos ¨²ltimos mi¨¦rcoles dibujan el perfil de una persona que est¨¢ avanzando peligrosamente en un proceso no s¨®lo de descomposici¨®n pol¨ªtica, sino tambi¨¦n personal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- VII Legislatura Espa?a
- Gescartera
- Vicepresidencia Gobierno
- Rodrigo Rato
- Remodelaci¨®n Gobierno
- MEco Espa?a
- Gobierno de Espa?a
- PP
- Ministerios
- Legislaturas pol¨ªticas
- Conflictos pol¨ªticos
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Empresas
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica
- Proceso judicial
- Administraci¨®n p¨²blica
- Econom¨ªa
- Justicia