As¨ª de raros fueron los a?os setenta
Tres recopilaciones ampl¨ªan la mirada del pop espa?ol hacia 'la d¨¦cada en la que no existi¨® el buen gusto'
Hasta ahora, la cr¨®nica de la m¨²sica popular espa?ola durante los a?os setenta se aten¨ªa a estas l¨ªneas maestras: los cantautores mantuvieron la dignidad frente al imperio de los mel¨®dicos y las canciones del verano, mientras el rock lat¨ªa en la clandestinidad.
Como todas las visiones esquem¨¢ticas, ¨¦sta es digna de ser mejorada. Tres recientes discos retrospectivos configuran un panorama m¨¢s complejo. El m¨¢s llamativo es Spanish bizarro (K Industria Cultural), por lo que tiene de cata en aspectos de la subcultura nacional demasiado incorrectos, pol¨ªtica y est¨¦ticamente, para ser tratados. En realidad, s¨®lo la provocadora revista Mondo Brutto lleva a cabo tales investigaciones por el lado salvaje.
Spanish bizarro, subtitulada Recopilaci¨®n psicotr¨®nica para mentes infames, fue inicialmente una colecci¨®n de discos piratas que reun¨ªan grabaciones ins¨®litas, el equivalente sonoro del Celtiberia show de Carandell. Ahora, respaldado por reproducciones de anuncios y titulares chocantes, el disco legal muestra un abanico de delirios hilarantes, hechos voluntariamente o no.
Entre los que van muy en serio destacan los recitados de Fernando Fern¨¢n-G¨®mez y Francisco Valladares o el alegato a favor de los derechos de Espa?a sobre Gibraltar que edit¨® Jos¨¦ Luis (antes, Jos¨¦ Luis y su guitarra). Al otro extremo est¨¢n los profesionales del chiste y la parodia, como Fernando Esteso, Desmadre 75, La Charanga del T¨ªo Honorio, Emilio el Moro, Tony Leblanc o los Hermanos Calatrava, estos ¨²ltimos demoliendo el Space oddity, de David Bowie. Aberraciones que recuerdan aquella definici¨®n de los setenta: 'La d¨¦cada en la que no existi¨® el buen gusto'. Spanish bizarro refleja el todo vale que defini¨® a la transici¨®n espa?ola. Se incluye el jingle de Habla, pueblo, habla, pero tambi¨¦n historias de drogas cantadas por El Payo Juan Manuel y El Fary, un tema porno de Susana Estrada o monstruosidades que gentes enfermas pensaron que pudieran llegar a ser ¨¦xitos, como la indescriptible diarrea verbal protagonizada por Dal¨ª o el grotesco In the ghetto cantado por El Principe Gitano en un ingl¨¦s particular¨ªsimo.
Los otros dos discos antol¨®gicos que cubren la misma ¨¦poca s¨ª obedecen a criterios sonoros rigurosos: Improvisto! (Hitop) y Spanish grooves (Nuevos Medios) reivindican una realidad olvidada, la pasi¨®n de muchos m¨²sicos espa?oles por el soul, el funk, el jazz bailable, el samba y otros g¨¦neros afroamericanos.
De ambas antolog¨ªas se extrae una ins¨®lita n¨®mina de instrumentistas, compositores y productores que trabajaron con ritmos negros: Juan Carlos Calder¨®n, Augusto Alguer¨®, Manuel Gas, Juan Pardo, Alfonso Santiesteban o el maestro Ant¨®n Garc¨ªa Abril se unen a Jordi Sabat¨¦s, Joan Bibiloni, Tito Duarte, Jayme Marques o el grupo Dolores (con Pedro Ruy-Blas y Jorge Pardo), muy apreciados por coleccionistas y pinchadiscos de toda Europa.
Los recopiladores de Spanish grooves, el m¨¦dico Luis Lapuente y el guionista de televisi¨®n Jos¨¦ A. Castillo, han recuperado incluso un tema, nunca publicado comercialmente, de C. Stif, seud¨®nimo de un m¨²sico militar que compuso e interpret¨® en 1972 rotundas piezas al estilo del sello Blue Note por encargo de TVE, que necesitaba fondos polivalentes para sus programas deportivos.
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