David Lynch retoma un camino tortuoso en 'Mulholland Drive'
La pel¨ªcula se estrena hoy en Estados Unidos
Mulholland Drive es el nombre de una de las carreteras m¨¢s populares de Hollywood. Estrecha y tortuosa, cada una de sus curvas ofrece una visi¨®n angelical de la ciudad de las estrellas desde la cima de unas colinas que separan la meca de los sue?os del valle donde reside el resto de los mortales. Mulholland Drive, que se estrena hoy en EE UU, tambi¨¦n es el t¨ªtulo de la ¨²ltima producci¨®n de David Lynch, a¨²n m¨¢s tortuosa y enrevesada que la carretera en cuesti¨®n, y cuyo camino hasta llegar a la pantalla, a tiempo de formar parte de la selecci¨®n oficial del Festival de Cannes, no ha podido contar con m¨¢s baches.
Concebida como una serie de televisi¨®n, Mulholland Drive fue presentada como un piloto de dos horas para la cadena de televisi¨®n estadounidense ABC, la misma que dio al mundo hace nueve a?os al agente Dale Cooper con sus pasteles de cereza, sus enanos y sus demonios mancos en Twin Peaks. 'Exterior. Noche. Colinas de Hollywood, Los ?ngeles. Oscuridad. Se escuchan los sonidos distantes de la autopista. Luego, el m¨¢s cercano de un coche, sus faros alumbrando los arbustos y el final de un eucalipto. Cuando las luces giran, una se?al queda claramente iluminada. En el cartel se puede leer Mulholland Drive. El coche pasa de largo y las letras vuelven a quedar en la oscuridad'. ?ste fue el comienzo de una exposici¨®n de dos p¨¢ginas que Lynch y su amigo el productor Tony Krantz hicieron ante los ejecutivos de ABC. Era una historia en la que una joven, Rita, sobrevive a un accidente automovil¨ªstico en el que pierde la memoria. La cosa se complica porque aparece en su apartamento con una bolsa que contiene 125.000 d¨®lares y una llave azul. Betty, una rubia con sue?os de estrella reci¨¦n llegada de Canad¨¢, la ayudar¨¢ a buscar su identidad, mientras otros muchos quieren destruirla. '?Qu¨¦ pasa despu¨¦s?', preguntaron los ejecutivos. Y David Lynch contest¨®: 'Tendr¨¦is que comprar la serie para saberlo', describi¨® Steve Tao, uno de los ejecutivos de la cadena, a la revista The New Yorker recordando el d¨ªa en que Mulholland Drive qued¨® listo para repetir el triunfo televisivo de Twin Peaks, la serie que reinvent¨® el lenguaje televisivo y consigui¨® que un tercio de los televisores estadounidenses sintonizaran la misma cadena para saber qui¨¦n asesin¨® a Laura Palmer.
El encuentro tuvo lugar en agosto de 1998, haciendo realidad una idea que el autor de Blue Velvet gestara a principio de los noventa. As¨ª comenz¨® un rodaje sobre el mundo de Hollywood en el que los magnates tienen un cuerpo reconstruido con pr¨®tesis y una cabeza desproporcionadamente peque?a, donde Lynch se permiti¨® planos enf¨¢ticos, como el de una mierda de perro, y, c¨®mo no, donde cont¨® de nuevo con la presencia de Michael J. Anderson, el enano de Twin Peaks. Si bien la cadena de televisi¨®n buscaba la originalidad con la que combatir el ¨¦xito de series como Friends, Urgencias y similares, el peculiar y complicado estilo de Lynch comenz¨® a preocupar m¨¢s que a intrigar a los ejecutivos, vigilantes sobre todo de los siete millones de d¨®lares invertidos en este arriesgado piloto. Disney (estudio unido a la cadena de televisi¨®n) pensaba distribuir su versi¨®n larga como filme en Europa, para lo que hab¨ªan solicitado del realizador que rodara m¨¢s material del necesario yde esa forma, poder presentar una historia con un cierto final
Ojos rojos
Seg¨²n el reportaje que sobre esta producci¨®n public¨® la revista The New Yorker, el golpe de gracia lleg¨® con la ¨²ltima escena de este episodio piloto, donde una cara negra llena de hongos ocupa toda la pantalla y unos ojos rojos miran fijamente a la c¨¢mara. ?El reflejo de un ne¨®n o un nuevo fen¨®meno extraterrestre que tanto le gustan a Lynch? El hecho de que las dos protagonistas fueran unas totales desconocidas (Naomi Watts y Laura Harring) tampoco agrad¨® a la cadena de televisi¨®n, descontenta adem¨¢s con el ritmo lento de la narraci¨®n. Finalmente, los responsables de ABC montaron en c¨®lera al recibir un piloto de 125 minutos cuando lo habitual son 44 minutos por especiales de una hora (m¨¢s publicidad) o, en este caso, 88 minutos si se habla de un p¨¬loto de dos horas. El resultado del tira y afloja entre Lynch y la cadena concluy¨® con la ausencia de Mulholland Drive en la presentaci¨®n de las nuevas series para la pr¨®xima temporada, y con un realizador proclamando su adi¨®s a la peque?a pantalla.
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