Di¨¢logo sin puertas
Felipe Gonz¨¢lez y Juan Luis Cebri¨¢n han vertido sus reflexiones sobre el pasado y el porvenir de Espa?a y Europa en el libro El futuro no es lo que era. Fruto de una larga conversaci¨®n, el ex presidente de Gobierno y el periodista abordan temas como la transici¨®n, la monarqu¨ªa o la globalizaci¨®n; adem¨¢s de desvelar algunos aspectos del mandato del l¨ªder socialista. J
EL FUTURO NO ES LO QUE ERA
Juan Luis Cebri¨¢n y Felipe Gonz¨¢lez Aguilar. Madrid, 2001 258 p¨¢ginas. 2.200 pesetas
Gonz¨¢lez no duda en asumir la responsabilidad de parte de la p¨¦rdida de nuestra memoria hist¨®rica al no haber promovido un debate sobre el franquismo
No es frecuente que un acad¨¦mico y un ex presidente del Gobierno acepten conversar libremente sobre temas comprometidos que hagan referencia tanto al pasado como al futuro. Sin duda, ¨¦ste es el principal atractivo del libro que, con el t¨ªtulo El futuro no es lo que era, recoge las conversaciones entre Felipe Gonz¨¢lez y Juan Luis Cebri¨¢n. Refugiados en una finca que lleva el nombre de El Obispo, ambos autores dialogaron a lo largo de un par de intensas jornadas sobre una serie de cuestiones de mucho inter¨¦s. En todo caso, el libro habr¨¢ servido, de entrada, para que Juan Luis Cebri¨¢n se confiese que al salir era m¨¢s amigo de Felipe Gonz¨¢lez que lo era al entrar; y tambi¨¦n servir¨¢ para que sus lectores se enteren de muchas cosas que hasta la fecha desconoc¨ªan o aparec¨ªan en nuestra reciente historia bajo muchos interrogantes y confusiones.
El libro, curiosamente, en su contenido discurre m¨¢s por el pasado que por el futuro; y ello no es ning¨²n reparo por cuanto en esta vertiente el libro presenta revelaciones muy interesantes; as¨ª, por ejemplo, cuando Felipe Gonz¨¢lez no duda en asumir la responsabilidad de parte de la p¨¦rdida de nuestra memoria hist¨®rica, lament¨¢ndose de no haber provocado durante su presidencia un debate sobre lo que hab¨ªa representado el franquismo en Espa?a. Esta revelaci¨®n me complace por cuanto ¨¦sta es una pregunta que yo mismo me hab¨ªa formulado en diversas ocasiones, cuando al socaire de alguna intervenci¨®n parlamentaria se observaba como un movimiento de disgusto en las filas del Gobierno si al hablar del r¨¦gimen anterior se utilizaba la palabra 'dictadura'.
Juan Luis Cebri¨¢n sabe conducir a Felipe Gonz¨¢lez a reconocimientos de esta naturaleza y a la vez a una defensa apasionada de lo que represent¨® el modelo de la transici¨®n en Espa?a. Ciertamente, una defensa que pretende contraponerse a una situaci¨®n actual que se describe como alejada de los valores del consenso que hicieron posible aquel proceso de transici¨®n. Me parece acertada la formulaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez cuando hace descansar en el conjunto de la sociedad y en el miedo que inspiraba el recuerdo de la guerra civil el ¨¦xito de la transici¨®n. Es bueno que en Espa?a se recupere el deseo de hablar sobre lo que represent¨® pol¨ªticamente la transici¨®n y sobre todo tambi¨¦n de sus errores, fallos, olvidos y de las consecuencias que todo ello represent¨® en la evoluci¨®n posterior de la democracia en Espa?a.
El libro no discurre exclusiva-
mente en el pasado ni seguramente ¨¦sta era la pretensi¨®n de sus autores. De manera fundamental, en los dos ¨²ltimos cap¨ªtulos dedicados a Europa y a la globalizaci¨®n, ambos autores se nos manifiestan m¨¢s libres, incluso menos viscerales. Al referirse al pasado, e incluso al presente, no pueden ni Felipe Gonz¨¢lez ni Juan Luis Cebri¨¢n separarse de la tentaci¨®n de denunciar cierto estilo de la pol¨ªtica espa?ola que aborrecen. Pero, seguramente, en este extremo incluso pueden ser un poco generosos consigo mismos, porque no queda del todo claro que, en alg¨²n otro momento de su protagonismo como editor y como pol¨ªtico, no hayan incurrido en algunas de las manifestaciones que ahora coinciden en denunciar.
Pero es evidente que ¨¦sta es la primera reflexi¨®n cr¨ªtica que Felipe Gonz¨¢lez formula en relaci¨®n a su actuaci¨®n como presidente del Gobierno, y en sus declaraciones, sinceras y desacomplejadas, encuentra el lector respuestas o informaciones que sirven muy positivamente para entender lo que fue la acci¨®n de gobierno de aqu¨¦l.
El estilo del di¨¢logo que Juan Luis Cebri¨¢n introduce y provoca permite que el ex presidente del Gobierno se acerque a temas complicados y complejos sin prevenci¨®n ni apriorismos y con ello aporte al lector incluso una nueva imagen de su persona que les podr¨ªa sorprender. El presidente del Gobierno deja paso al intelectual reflexivo, autocr¨ªtico y prospectivo que no se limita a una relaci¨®n de actuaciones o an¨¦cdotas, sino a extraer de todo ello ideas, propuestas, que hacen m¨¢s vivo el debate pol¨ªtico.
El libro adquiere esta especial dimensi¨®n de reflexi¨®n cuando Felipe Gonz¨¢lez se introduce en el campo de las grandes ideas que ahora dominan su actuaci¨®n: el 'c¨®mo seguir' de Europa y qu¨¦ representa la globalizaci¨®n que nos llega acompa?ada de una revoluci¨®n tecnol¨®gica sin precedentes en la historia de la humanidad. Nadie se atrever¨ªa a discutir a Felipe Gonz¨¢lez la calidad de ser uno de los pol¨ªticos que mejor ha comprendido el proyecto de Europa. Y ahora explica pedag¨®gicamente y en un ritmo lento, buscado a prop¨®sito, cu¨¢les son los graves e importantes problemas que Europa tiene planteados en este momento.
A uno se le ocurre pensar que Felipe Gonz¨¢lez hubiera sido un gran presidente de la Comisi¨®n Europea, y ciertamente el libro no nos aclara si no lo fue porque no quiso o porque no le dejaron. Pero para Felipe Gonz¨¢lez como para muchos presidentes europeos de largo mandato, Europa era el escenario en el que se sent¨ªan apasionados; era el campo en el que pod¨ªan superar las limitaciones prosaicas de la pol¨ªtica ordinaria para trasladar su ambici¨®n intelectual de construir un proyecto nuevo como el de la unidad europea.
Seguramente, en este campo,
se produce entre el lector y los autores del libro una comuni¨®n m¨¢s viva que cuando el pasado es el tema que les ocupa. Aqu¨ª el lector querr¨ªa opinar, interferir en el di¨¢logo, discrepar o apoyar a uno u otro autor. Ayuda a esto el hecho de que los propios autores, en este tema, se manifiestan m¨¢s discrepantes, con visiones diferentes de Europa y su pluralismo. Y este debate resulta apasionante porque aqu¨ª claramente la apuesta es de futuro y se describe en Europa el potencial de entusiasmo que a veces la fr¨ªa realidad burocr¨¢tica de Bruselas no permite vislumbrar.
Es a caballo de Europa como Felipe Gonz¨¢lez y Juan Luis Cebri¨¢n se introducen en el campo de la revoluci¨®n tecnol¨®gica y la globalizaci¨®n. Aqu¨ª, ambos se demuestran conocedores de esta problem¨¢tica. Se jalean el uno al otro, se estimulan y sus manifestaciones son menos respetadas por el otro. Se interrumpen, cambian r¨¢pidamente de temas, se entusiasman, para terminar casi secamente y de repente algunos de los puntos que han estado examinando, como si la riqueza de los mismos les impidiera acotar en un poco espacio de tiempo todo cuanto querr¨ªan exponer.
Ser¨¢ un libro para la pol¨¦mica. Y a sus autores les va a aportar m¨¢s de un quebradero de cabeza. En este pa¨ªs, opinar libremente es muy arriesgado. Y cuando la opini¨®n adem¨¢s puede ser interpretada sesgadamente, casi siempre lo es. Y si adem¨¢s detr¨¢s de los autores existe la sospecha de que su libro puede servir para una reaparici¨®n, m¨¢s protagonista en la vida p¨²blica, sus palabras ser¨¢n diseccionadas con rigor y avaricia.
Pero esto es un riesgo que seguro que tanto Felipe Gonz¨¢lez como Juan Luis Cebri¨¢n han aceptado, cuando lo que ten¨ªan ganas era pura y simplemente de decir lo que quer¨ªan decir; sin cortapisas, sin frenos, sin prejuicios. Es de agradecer este coraje, en un momento en el que el pensamiento pol¨ªtico en Espa?a aparece bastante hu¨¦rfano de ideas y, por otra parte, ¨¦sta es una obligaci¨®n que cabe atribuir a un ex presidente del Gobierno: no estar¨¢ 'actuante' pero se le quiere tener como 'pensante'. Incluso para criticarlo o para no compartir sus ideas, pero es bueno que los hombres que han asumido importantes responsabilidades de gobierno de un pa¨ªs no abandonen su compromiso de constituirse en un referente ideol¨®gico del mismo.
Ellos pasaron un fin de semana fant¨¢stico en El Obispo; sus lectores, m¨¢s modestos, podr¨¢n pasar un buen fin de semana ley¨¦ndoles en su casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.