Habermas afirma al recibir el Premio de la Paz que las heridas del holocausto siguen abiertas
El fil¨®sofo alem¨¢n propone una reflexi¨®n sobre Occidente para evitar un choque de culturas
'Si queremos evitar un choque de civilizaciones, debemos reflexionar sobre nuestro propio proceso occidental de secularizaci¨®n', afirm¨® ayer J¨¹rgen Habermas (D¨¹sseldorf, 1929) al recibir, en Francfort, el Premio de la Paz. Fue un discurso intenso, medido hasta el mil¨ªmetro, en el que no faltaron las referencias al holocausto. 'El deseo de perd¨®n contin¨²a', dijo, y se mantiene tambi¨¦n el 'deseo de deshacer el da?o causado a los otros'. El Premio de la Paz, dotado con 25.000 marcos (m¨¢s de dos millones de pesetas) lo otorga cada a?o, desde 1950, la Asociaci¨®n de Libreros y Editores de Alemania.
El llamado debate de los historiadores sobre las causas y la singularidad del holocausto, que enfrent¨®, en 1986, a los intelectuales parece que a¨²n sigue abierto. Hace tres a?os, en la Paulskirche de Francfort, en el mismo escenario en que J¨¹rgen Habermas recibi¨® ayer el Premio de la Paz, el escritor Martin Walser (Wasseburg, 1927) caus¨® gran impacto cuando afirm¨® que Auschwitz no pod¨ªa seguir siendo utilizado 'como amenaza'. 'Cierro mi mente hacia las cosas malas que soy incapaz de rectificar. He tenido que aprender a mirar hacia otro lado', dijo entonces Walser, en un discurs¨® en el que critic¨® duramente las ideas de Habermas.
Habermas puso de manifiesto ayer que ¨¦l no quiere olvidar, ni mirar hacia otro lado. Lo m¨¢s inquietante, dijo en el silencio sobrecogedor de la iglesia de san Pablo, es 'la irreversibilidad de los sufrimientos del pasado -la injusticia infligida contra personas inocentes, que fueron maltratadas, degradadas y asesinadas-, sin que el poder humano pueda repararlo'. 'La esperanza perdida de resurrecci¨®n' se siente a menudo como 'un gran vac¨ªo'.
Habermas cit¨® a dos pensadores de la Escuela de Francfort, de la que ¨¦l es considerado el heredero: el 'justificado escepticismo' de Horckheimer, que dijo que los muertos est¨¢n realmente muertos, en contraposici¨®n a la insistente 'esperanza de Benjamin' en la capacidad de reparaci¨®n del ser humano. 'El intercambio de cartas entre Benjamin y Horckheimer en la primavera de 1937'. Ambas cosas, 'el verdadero impulso y su impotencia, continuaron despu¨¦s de holocausto'.
'Fe y conocimiento'
Habermas se refiri¨® indirectamente a Walser ya al principio de su intervenci¨®n. 'No esperen ning¨²n serm¨®n del domingo que polarice' a los asistentes, haciendo que 'unos se pongan en pie y otros se queden sentados'. En 1998, tras el discurso de Walser, la mayor¨ªa de asistentes a la entrega del premio se pusieron de pie y aplaudieron. Algunos, entre ellos, el presidente del Consejo Jud¨ªo Alem¨¢n, se quedaron sentados.
El discurso, ayer, de Habermas lleva el significativo t¨ªtulo, en alusi¨®n a su obra, de Fe y conocimiento. Cuando se act¨²a bajo la presi¨®n de los acontecimientos, dijo, 'uno tiene la tentaci¨®n de competir con los John Waynes intelectuales para ver qui¨¦n desenfunda primero'. Propuso una reflexi¨®n serena sobre los acontecimientos desencadenados a partir del ataque terrorista a Estados Unidos. Hasta hace poco, otros asuntos, como la ingenier¨ªa gen¨¦tica, enfrentaban a los representantes de la 'ciencia institucionalizada y a los de las iglesias'. 'Pero desde el 11 de septiembre, la tensi¨®n entre la sociedad laica y la religi¨®n ha explotado de una manera totalmente diferente'.
Habermas desarroll¨® los argumentos apuntados el d¨ªa antes en una conferencia de prensa. 'Las esclerotizadas ortodoxias existen tanto en Occidente como en el Pr¨®ximo y Lejano Oriente, tanto entre cat¨®licos y jud¨ªos como entre musulmanes. Si nosotros queremos evitar un choque de civilizaciones, debemos reflexionar sobre nuestro propio proceso occidental de secularizaci¨®n, que no ha terminado a¨²n'. Y mencion¨® como ejemplo el debate sobre la ingenier¨ªa gen¨¦tica.
El fil¨®sofo insisti¨® en que, 'a pesar del lenguaje religioso, el fundamentalismo es un fen¨®meno exclusivamente moderno'. Analiz¨® el proceso 'radical de modernizaci¨®n' en sociedades tradicionales, que no comporta a cambio m¨¢s bienestar; el papel de la ciencia y de los cient¨ªficos, y, entre otros temas, las relaciones Estado-religi¨®n.
Habermas propuso, como el d¨ªa anterior, el di¨¢logo. 'Tenemos que trabajar para conseguir un lenguaje com¨²n, m¨¢s all¨¢ de la muda violencia de terroristas y misiles. Frente a la globalizaci¨®n que se impone por la desregularizaci¨®n de los mercados, muchos de nosotros esperamos el retorno de una pol¨ªtica diferente'.
'Se nos ha dejado s¨®lo poco m¨¢s que una brizna de esperanza para la raz¨®n'. Hay que aprovecharla. 'Solo si nos damos cuenta de lo que la secularizaci¨®n significa en nuestra propias sociedades postseculares' se podr¨¢n valorar los riesgos que comporta 'una secularizaci¨®n equivocada en otras partes del mundo'.
M¨¢s libros y menos fusiones
El temor a posibles atentados se ha mantenido hasta el final en la feria, aunque los controles no han sido tan rigurosos como al principio y la disminuci¨®n de asistentes (en un 18% el s¨¢bado, en que se abri¨® al p¨²blico) los han aliviado bastante. Los profesionales han tenido mucha m¨¢s tranquilidad y tiempo para sus encuentros, aunque, seg¨²n algunos editores, no se ha producido un verdadero debate sobre el futuro de la edici¨®n en el nuevo contexto mundial. Todos opinan que se producir¨¢n cambios sustanciales. De momento, en comparaci¨®n con el a?o pasado, se ha hablado m¨¢s de libros que de fusiones o de compra de editoriales, aunque todo el mundo tiene los ojos puestos en c¨®mo evoluciona la fusi¨®n de Plaza y Jan¨¦s y Grijalbo Mondadori en el Grupo Random House Mondadori. En Francfort se han hecho p¨²blicos los nombres de nuevos directores editoriales: Valeria Ciompi, hasta ahora responsable de las ediciones especiales de la Filmoteca Nacional, al frente de Alianza, y Emilio Pascual, de C¨¢tedra. Ambas editoriales pertenecen al Grupo Anaya (Vivendi desde 1998). Pascual ha dirigido durante 20 a?os las publicaciones infantiles y juveniles de Anaya. Sustituye a un cl¨¢sico entre los editores, Gustavo Dom¨ªnguez.
En lo que se refiere a compra y venta de derechos, los espa?oles se van en general contentos. Salvat se ha quedado con una biograf¨ªa de Osama Bin Laden y Edhasa recibi¨® en la feria la noticia de que Peter Weir (El show de Truman o El club de los poetas muertos) ser¨¢ el guionista y director de la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Capit¨¢n de mar y de guerra, de Patrick O'Brian, cuyos derechos para la pantalla grande ha cerrado en Francfort la Twentieth Century Fox. Tambi¨¦n ha comprado Bandas de Nueva York, un libro de los a?os veinte, que ser¨¢ llevado al cine por Scorsese, con Robert de Niro y Leonardo di Caprio.
Y satisfacci¨®n general por las ventas: Tusquets y El Acantilado est¨¢n encantados con la acogida europea de Javier Cercas. Alfaguara ha vendido El l¨¢piz del carpintero, de Manuel Rivas, a Rusia, Israel y Jap¨®n, y Que me quieres amor a Estados Unidos, as¨ª como novelas de Clara S¨¢nchez, Manuel Vicent y Eliseo Alberto (las premio Alfaguara) a Jap¨®n. Casi con sorpresa (no se lo esperaban), Ediciones B ha colocado en China Adicci¨®n a las sectas, de Pepe Rodr¨ªguez. Anagrama ha podido comprobar, una vez m¨¢s, que Rafael Chirbes funciona de maravilla en Alemania, mejor casi que en Espa?a, desde que lo lanz¨® en su programa de televisi¨®n Marcel Reich-Ranicki.
Babelia
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