Twitter: ?el nuevo p¨¢jaro grita?
La plataforma de ¡®microblogging¡¯ est¨¢ dise?ada para esparcir niveles alarmantes de toxicidad y, adem¨¢s, reporta la tasa de impunidad m¨¢s alta entre todas las plataformas digitales
En las ¨²ltimas semanas, la red social X ¡ªese tache met¨¢lico que alguna vez fue un azul pajarito¡ª se ha transformado en campo de batalla. Donde antes hab¨ªa palabras, ahora hay graznidos. Plumas de todos los colores vuelan desprendidas en el aire.
?Ser¨¢ imputable a la nueva y ¡ªseg¨²n afirman, autoritaria¡ªadministraci¨®n de Claudia Sheinbaum? ?Acaso a la polarizaci¨®n? ?Al efervescente obradorismo? ?A ¡ªesos que llaman¡ª los ultras? ?A X¨®chitl G¨¢lvez y sus argentinos bots? Nada de eso.
La noticia es rancia. La violenta tendencia, global.
La plataforma de microblogging est¨¢ dise?ada para esparcir niveles alarmantes de toxicidad y, adem¨¢s, reporta la tasa de impunidad m¨¢s alta entre todas las plataformas digitales.
La red mezcla tres ingredientes explosivos: la brevedad de los caracteres que evita los matices; la polarizaci¨®n cr¨®nica del discurso p¨²blico; y su uso para ventilar asuntos pol¨ªticos. Juntos, estos elementos son dinamita.
El resultado es un c¨®ctel que exalta la indignaci¨®n, la confrontaci¨®n y la furia. Aplausos para el aleteo m¨¢s explosivo. Los p¨¢jaros de vuelo sereno ¡ªpalomas blancas que no toleran el estruendo¡ª eligen la retirada silenciosa, abandonan el nido. Los loros se quedan con los loros.
Equis ha sido ¡ªy seguir¨¢ siendo¡ª la red del odio, el reino de los picotazos. ?Lo novedoso? ?Lo verdaderamente novedoso? El volumen.
La llegada de Elon Musk al nido desat¨® un cambio de plumaje en X. Bajo el grito de guerra ¡°?el p¨¢jaro ha sido liberado!¡± (Musk, 2022), el empresario implement¨® tres importantes cambios en la plataforma.
Primero, abri¨® sus puertas y permiti¨® el regreso de cuentas suspendidas. Entre ellas, el ejemplar m¨¢s emblem¨¢tico (y da?ino) es Donald Trump ¡ªaliado pol¨ªtico de Musk¡ª, quien utiliz¨® su perfil en la plataforma para incitar a sus seguidores al asalto del Capitolio.
Segundo. Musk, quien se autoproclama un ¡°absolutista de la libertad de expresi¨®n¡± y describe a X como la ¡°plaza p¨²blica del mundo,¡± insiste en que esa libertad debe ser el pilar de la red. Bajo esta bandera, relaj¨® las reglas de moderaci¨®n y contenido y desplum¨® a gran parte del equipo encargado de aplicarlas. ?Despedidos!
Por ¨²ltimo, el fundador de Space X ajust¨® el algoritmo. Con ese cambio, nuestro querido Twitter se convirti¨® en una red marcada por la polarizaci¨®n con din¨¢micas de poder evidentes, dejando atr¨¢s su car¨¢cter de plataforma comunitaria de funcionamiento horizontal. Adi¨®s a las bandadas. Ahora, la red funciona como una jaula de eco, donde los usuarios revolotean entre ideas que solo refuerzan sus propias creencias. El canto repetitivo crea una ilusi¨®n poderosa: ?c¨®mo podr¨ªa estar equivocado si todos en mi l¨ªnea del tiempo trinan igual que yo?
La creciente toxicidad de la plataforma, combinada con el nombramiento del due?o de Tesla por parte de Donald Trump como uno de los l¨ªderes del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de los Estados Unidos ha desatado reacciones inmediatas.
Cuentas importantes ¡ªalgunas con m¨¢s de 27 millones de seguidores¡ª han anunciado su migraci¨®n fuera de la plataforma.
¡ª La atm¨®sfera se ha convertido en algo demasiado t¨®xico ¡ªdenunci¨® Stephen King.
¡ª La plataforma se ha convertido en una caja de resonancia para las teor¨ªas de la conspiraci¨®n y la desinformaci¨®n ¡ªse?al¨® el diario barcelon¨¦s La Vanguardia antes de volar de la red.
¡ªLa red se ha llenado de contenido perturbador ¡ªse?al¨® The Guardian antes de emprender su retirada. ¡ªEn la plataforma predominan actores que difunden desinformaci¨®n para alimentar la intolerancia ¡ªa?adi¨®.
¡ªMusk ha utilizado la red para promocionar la candidatura de Donald Trump¡ªtambi¨¦n acus¨® el peri¨®dico brit¨¢nico resaltando como la plataforma ha sido utilizada para moldear el discurso pol¨ªtico.
¡ªThe Guardian es irrelevante y una m¨¢quina de vil propaganda ¡ªreplic¨® el millonario Musk con la poca ecuanimidad que lo caracteriza.
La plataforma que hace tiempo ayud¨® a democratizar la conversaci¨®n p¨²blica, que dio voz a los an¨®nimos y construy¨® narrativas horizontales, yace herida. Su esencia luce desdibujada.
El p¨¢jaro ya no p¨ªa: grita. Un graznido agudo que corta el aire y desordena la discusi¨®n p¨²blica, sacudi¨¦ndola con el caos de su algor¨ªtmico aleteo.
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