En manos de los 'pistolos'
La familia de Alejandro Salas ignora, tres meses despu¨¦s de su muerte, qu¨¦ empresa le contrat¨®
'Lo que quer¨ªa ya se fue. Con la muerte de mi hijo he perdido toda la ilusi¨®n. Es una situaci¨®n muy dura. Muy dolorosa'. A F¨¦lix Salas todav¨ªa se le quiebra la voz cuando recuerda el d¨ªa en el que le avisaron de que su hijo Alejandro, de 28 a?os, empleado de la construcci¨®n como ¨¦l, hab¨ªa fallecido mientras trabajaba en una obra de Majadahonda. Era lunes. 'Y ¨¦l estaba feliz porque el viernes anterior le hab¨ªan entregado el coche nuevo que hab¨ªa comprado con financiaci¨®n', cuenta su padre, ya recuperado de la baja por depresi¨®n que sufri¨® entonces.
Alejandro Salas Carvajal naci¨® el 6 de agosto de 1973 en Talavera de la Reina, una poblaci¨®n de Toledo desde donde cada d¨ªa miles de obreros se desplazan a Madrid para trabajar. Los sindicatos CC OO y UGT calculan que la capital recibe a diario a unos 25.000 trabajadores de provincias lim¨ªtrofes, sobre todo del sector de la construcci¨®n.
El accidente en el que perdi¨® la vida Alejandro ocurri¨® a las 8.15 del pasado 16 de julio en el n¨²mero 16 de la calle del Velero, en Majadahonda, minutos despu¨¦s de iniciar su jornada laboral. Salas falleci¨® tras caer desde una altura de seis metros en la obra de un edificio de cuatro plantas.
Tras la muerte de Salas, la Inpecci¨®n de Trabajo revis¨® la obra y hall¨® graves irregularidades en materia de seguridad laboral, que obligaron a la posterior paralizaci¨®n de los trabajos. En t¨¦rminos generales, el caso de Salas ilustra la situaci¨®n que padecen muchos obreros de la construcci¨®n: j¨®venes sin demasiada experiencia seducidos por los sueldos que reciben.
A Alejandro, como a muchos empleados de la construcci¨®n, lo contrat¨® un pistolo. ?stos, seg¨²n los sindicatos, son falsos empresarios que se dedican a reclutar a trabajadores sin ofrecerles ning¨²n tipo de seguridad en el tajo. Se convierten en subcontratas de las grandes empresas y, a veces, seg¨²n explica Alberto Trigo, de la Federaci¨®n de la Construcci¨®n de CC OO, 'desaparecen sin dejar rastro y dejan totalmente desamparados a los obreros'.
En el sector de la construcci¨®n 'se mueve mucho dinero negro. Es verdad', explica V¨ªctor Garc¨ªa, del sindicato CC OO, 'que a veces se cobran sueldos de hasta 200.000 pesetas limpias, pero a cambio de que trabajes m¨¢s de 12 horas al d¨ªa y sin ning¨²n tipo de seguridad. As¨ª no resulta rentable'. Y a?ade: 'Lo que ganan es nada comparado con la cantidad que se llevan los pistolos'.
M¨¢s de tres meses despu¨¦s de la dram¨¢tica muerte de Alejandro Salas, su padre, F¨¦lix, ni siquiera sabe con exactitud para qu¨¦ empresa trabajaba. 'A ¨¦l le dijeron que faltaba alguien en una obra y entonces comenz¨®. Llevaba cuatro meses', cuenta. Alejandro se hab¨ªa casado el pasado 21 de abril. Ten¨ªa un hijo de tres a?os que lleva su mismo nombre. Era el menor de tres hermanos. 'Era un chico cari?oso, amigo de todos', recuerda su hermana Felisa.
El de Alejandro ha sido el primer accidente que enluta la vida de la familia Salas. El padre, los dos cu?ados y el suegro de Alejandro trabajan en la construcci¨®n. 'Yo me ocupo de cosas que son menos peligrosas. He trabajado toda mi vida en esto y ahora hago dep¨®sitos de agua, alcantarillas y puentes', se?ala F¨¦lix Salas. Y agrega: 'Esto ha sido terrible. Pero tenemos que continuar'.
Salas Carvajal hab¨ªa hecho la mili y al volver se dedic¨® a la carnicer¨ªa. Como en este oficio no ganaba mucho dinero, decidi¨® seguir los pasos de su progenitor. Lo intent¨® una vez y poco a poco se fue metiendo de lleno en la construcci¨®n. 'Comenz¨® como pe¨®n. No ten¨ªa mucha formaci¨®n, pero fue aprendiendo y lleg¨® a ser encofrador', recuerda F¨¦lix. Alejandro, seg¨²n su padre, 'estaba loco de contento con su trabajo'. Un trabajo que acept¨® porque crey¨® que ser¨ªa m¨¢s rentable.
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