ETA, globalizada
La opini¨®n p¨²blica occidental, y muy especialmente la anglosajona, estaba habituada a contemplar el fen¨®meno del terrorismo vasco a trav¨¦s del filtro del irland¨¦s. La comparaci¨®n entre ETA y el IRA ha sido constante y as¨ª la expresi¨®n 'separatistas vascos' ha sido usual en la prensa inglesa y estadounidense. Cierto que no se hablaba de 'luchadores por la libertad', pero la menci¨®n al car¨¢cter 'terrorista' de ETA era marginada sistem¨¢ticamente. Por supuesto ese modo de aparecer le daba a ETA un plus notable de credibilidad internacional, que repercut¨ªa tambi¨¦n en Europa y, sobre todo, en Latinoam¨¦rica
Hay que reconocer que el Gobierno del PP ha hecho una excelente labor, iniciada hace a?os con la generosa colaboraci¨®n del PSOE, para darle un vuelco a la imagen del terrorismo vasco en Europa. Utilizando h¨¢bilmente las instituciones de la Uni¨®n se ha conseguido privar a ETA y su discurso de ese plus de credibilidad de que gozaba, y los apuros del PNV en Europa prueban que su comprensi¨®n hacia el terrorismo ya no era comprendida por sus socios pol¨ªticos.
Todo esto ocurr¨ªa antes del 11 de septiembre, que le ha dado un vuelco a la actitud occidental hacia el terrorismo. Para empezar, y aunque Setien sigue manteniendo que hay excepciones al quinto mandamiento y matar no es siempre igualmente malo, la opini¨®n p¨²blica mundial, sin duda bastante m¨¢s cristiana que su prelado, ha aceptado la regla de oro de que los terrorismos no tienen adjetivos y todos ellos son formas de violencia inaceptables, sea cual fuere su motivaci¨®n.
Adem¨¢s, y puesto que la guerra contra el terrorismo es la legitimidad de la actual intervenci¨®n armada en Afganist¨¢n, Estados Unidos consigui¨® que las Naciones Unidas aprobaran el 29 de septiembre pasado una important¨ªsima resoluci¨®n, la 1373, aprobada por unanimidad por los 189 pa¨ªses invocando el cap¨ªtulo 7 de la Carta, lo que le da car¨¢cter imperativo, y que obliga a todos los pa¨ªses a colaborar en la lucha contra el terrorismo. La resoluci¨®n vino as¨ª a dar pleno respaldo a las reiteradas peticiones espa?olas a favor de una orden de detenci¨®n europea y otras medidas de colaboraci¨®n entre los pa¨ªses de la Uni¨®n. De este modo, al aislamiento en la opini¨®n p¨²blica y en la legalidad internacional se suma el de la m¨¢s efectiva legalidad europea.
Todo ello tiene mucho que ver, por supuesto, con la petici¨®n que Gerry Adams formul¨® al IRA para que ¨¦ste entregara las armas, y con la posterior aceptaci¨®n de su solicitud. La noticia es pues muy bienvenida, no s¨®lo porque abre el camino para la paz en Irlanda sino porque puede tambi¨¦n abrirlo en Euskadi. ETA es hoy el ¨²nico grupo terrorista de Europa. Y lo es en el peor momento posible. La probabilidad de que ETA o cualquier grupo armado pueda conseguir sus objetivos por medios terroristas es hoy mucho menor que hace seis meses. La presi¨®n policial sobre ETA est¨¢ dando frutos notables; su movilidad en Francia ha decrecido; el entramado financiero se complica; el aprovisionamiento y la log¨ªstica pasan a ser problemas de enorme complejidad. Puede que el actual silencio de ETA responda a dificultades internas o puede que sea s¨®lo un movimiento t¨¢ctico a la espera de que el furor antiterrorista amaine, pero es indudable que la organizaci¨®n est¨¢ pasando por serias dificultades.
A cuyo alivio acude sol¨ªcito el talib¨¢n Arzalluz con la ins¨®lita sugerencia de celebrar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n si ETA no deja las armas, lo que es tanto como pedir el reparto de la riqueza si los ladrones no paran de robar. Propuesta vergonzante que trata despu¨¦s de corregir sugiriendo otro refer¨¦ndum adicional, ¨¦ste contra ETA, como si los vascos no estuvieran hartos de decir no a la violencia, un clamor que ha alcanzado a todo el mundo menos a este sujeto. Es hora de que no s¨®lo Batasuna, sino el PNV todo, reconsidere su actitud hacia la violencia nacionalista. Pues puede que haya un contencioso pol¨ªtico en Euskadi pero, hoy por hoy, ese contencioso se manifiesta sobre todo en la falta de libertades y, en definitiva, en la ausencia de democracia para la mitad de los vascos, esos que una y otra vez nos dicen que no se atreven a hablar de pol¨ªtica en una sociedad supuestamente libre.
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