Argentina corre hacia el precipicio

Dos semanas despu¨¦s del rev¨¦s sufrido por el Gobierno argentino en las elecciones del 14 de octubre, el presidente Fernando de la R¨²a todav¨ªa no ha anunciado ninguno de los cambios en el Gabinete prometidos la noche de los comicios para revertir una recesi¨®n econ¨®mica que cumple ya 40 meses. Todo est¨¢ paralizado a la espera de un acuerdo que no s¨® no llega entre el Gobierno federal y las administraciones de las provincias, que en conjunto arrastran una deuda de m¨¢s de 21.000 millones de d¨®lares (8.000 millones en cr¨¦dito directo de bancos locales), sino que la negociaci¨®n se ha roto abruptamente. El problema es que, cada d¨ªa que pasa, menos argentinos creen en un golpe de tim¨®n de un presidente impopular y debilitado, que acumula un claro deterioro del bienestar -17% de desempleo y 33% de pobreza-, una alt¨ªsima conflictividad social -huelgas y cortes de carretera diarios- y un endeudamiento inmanejable del Estado.

Una de las discusiones es el recorte de los 1.364 millones de d¨®lares que el Estado transfiere a las provincias

Una misi¨®n del FMI llegar¨¢ esta semana a Buenos Aires para dar la luz verde al desembolso de 1.260 millones de d¨®lares

Cuando parec¨ªa que el acuerdo Estado-provincias estaba a punto de cerrarse, la noche del jueves los gobernadores peronistas se levantaron de la mesa de negociaciones y dieron un portazo despu¨¦s de un enfrentamiento verbal, con insultos incluidos, con el ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo. Esta ruptura coloca al sistema financiero argentino al borde del abismo. Los principales puntos en discusi¨®n son el recorte de los 1.364 millones de d¨®lares que el Estado transfiere mensualmente a las provincias, la refinanciaci¨®n de las deudas provinciales con los bancos a un inter¨¦s inferior al 24% actual y el pago de las deudas del Estado con las provincias a trav¨¦s de Letras de Cancelaci¨®n de Obligaciones Provinciales (Lecop), que sustituir¨¢n a los bonos emitidos por varias administraciones provinciales, como los patacones en Buenos Aires. Todas ellas son medidas que Cavallo justifica como imprescindibles para cumplir con la ley de d¨¦ficit cero.

El nuevo escenario pol¨ªtico configurado despu¨¦s de las elecciones, en las que el peronismo consolid¨® su poder en la mayor¨ªa de provincias, hace imperativo un nuevo marco de relaci¨®n entre el Gobierno central y los poderes provinciales. Un acuerdo exige concesiones de ambas partes: las provincias tienen que renunciar a la suma fija mensual de coparticipaci¨®n federal, que se establecer¨¢ en funci¨®n de lo que recaude el Estado, y apoyar¨¢n en el Congreso la ley de cr¨¦dito p¨²blico, y el d¨¦ficit cero como ley convenio. A cambio, el Gobierno central coparticipar¨¢ en el canje de la deuda provincial, acordando con la banca privada una rebaja de los intereses (del 24% al 7%) y garantizar¨¢ los t¨ªtulos que reemplazar¨¢n a los distintos bonos que emitieron las provincias para pagar los sueldos de los funcionarios.

Actualmente, los gobernadores reclaman una deuda de 520 millones de d¨®lares de la coparticipaci¨®n de impuestos de los ¨²ltimos tres meses, y los 1.364 correspondientes al ¨²ltimo trimestre del a?o, tal y como se acord¨® en noviembre del 2000. La falta de confianza pol¨ªtica en estos momentos es muy grande entre unos y otros.

La deuda externa, la carga m¨¢s pesada sobre la econom¨ªa argentina -136.000 millones de d¨®lares del sector p¨²blico, m¨¢s 20.000 millones del sector privado- es imposible de pagar en los t¨¦rminos actuales, seg¨²n coincide la mayor¨ªa de pol¨ªticos y economistas. Los intereses de los pr¨®ximos tres a?os superan los 40.000 millones de d¨®lares. Sin una reestructuraci¨®n programada, la econom¨ªa argentina no saldr¨¢ a flote.

El paquete de nuevas medidas de ajuste que tiene en cartera el equipo de Domingo Cavallo incluye un canje de bonos de deuda p¨²blica en poder de los fondos de pensiones, que tropieza con serias resistencias; flexibilizaci¨®n de los encajes bancarios para dar mayor liquidez al sistema financiero; un nuevo mecanismo para pagar los subsidios locales a desempleados e indigentes; un nuevo ajuste del sector p¨²blico, con recortes de hasta el 30% en gastos operativos de organismos y ministerios, y jubilaciones anticipadas.

Para estimular el consumo y combatir la evasi¨®n, el Gobierno propone devolver tres puntos del IVA en compras con tarjeta de cr¨¦dito (actualmente, del 21%). Este impuesto es el que m¨¢s dinero aporta al Tesoro (19.000 millones de d¨®lares al a?o) y hay que tener en cuenta que, en septiembre, la recaudaci¨®n por IVA cay¨® un 31,4% respecto a hace un a?o.

Al no mejorar el ingreso, el Gobierno se encuentra acuciado por el d¨¦ficit y est¨¢ obligado a m¨¢s recortes presupuestarios, despu¨¦s de haber rebajado los salarios de funcionarios y pensionistas y de haberse enfrentado a protestas sociales generalizadas. Los planes de competitividad (planes sectoriales de reducci¨®n de impuestos, canasta de monedas, factor de convergencia) puestos en marcha por Domingo Cavallo, con el aval del Congreso, que le otorg¨® en su d¨ªa poderes especiales, no han dado resultados y han puesto de relieve que sin orden fiscal no hay reactivaci¨®n posible.

La producci¨®n industrial ha ca¨ªdo un 3,8% de promedio en lo que va de a?o, y en septiembre el desplome fue del 8,2% con relaci¨®n al mismo mes del a?o anterior. Ni bajo el efecto tequila, en 1995, se alcanz¨® un porcentaje tan negativo. El sector automotor es el m¨¢s afectado, con un retroceso del 48%, seguido del textil, con el -21%. Las ventas de autom¨®viles se han derrumbado a pesar de las facilidades de pago. Ya no es s¨®lo una cuesti¨®n de precio; en una ¨¦poca de recortes salariales y de despidos pocos se aventuran a cambiar de coche.

Argentina no ser¨¢ abandonada a su suerte. Una misi¨®n del FMI llegar¨¢ esta semana a Buenos Aires para auditar las cuentas fiscales y dar la luz verde al desembolso de 1.260 millones de d¨®lares correspondientes al pr¨¦stamo (blindaje) de 8.000 millones acordado en agosto pasado. Tom¨¢s Reichmann, encargado de Argentina en el FMI, ha dicho esta semana en la capital argentina que el organismo no contempla aportar fondos suplementarios, aunque en caso de extrema necesidad el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) s¨ª podr¨ªan enviar dinero fresco.