El bosque animado
Cuando se est¨¢ inmerso en un mundo conflictivo y cambiante tranquiliza mucho que existan puntos fijos. As¨ª, mientras en Afganist¨¢n se suceden las escenas de muerte, hambre y ¨¦xodos masivos sin que la ultim¨ªsima tecnolog¨ªa b¨¦lica ni la voluntad mundial puedan ponerles urgente coto, existe un lugar anclado en el musgo y las tradiciones, el bosque animado. Para muchos lo est¨¢ porque se halla pose¨ªdo por la Santa Compa?a, esa hilera eterna de ¨¢nimas que lo recorre sin descanso; claro que, si algo caracteriza a Fraga no es precisamente que tenga un alma en pena y, si vamos a eso, unas piernas para andar mucho -pisa como un elefante escorado-, pero ah¨ª est¨¢ tan pimpante. No habr¨¢ en el mundo nadie al que le haya sentado mejor un ba?o en aguas radioactivas, tanto a la hora de sobrevivir a sus diferentes mudas ideol¨®gicas como al desgaste inherente al propio hecho de gobernar que, como cualquiera sabe -incluso Arzalluz, que por eso nunca quiso-, acaba hasta con Mao.
Aunque el bosque no es s¨®lo la Santa Compa?a; tambi¨¦n hay un torillo que ha pegado su cornada y un druida que no se anda por las ramas a la hora de cortar el mu¨¦rdago m¨¢gico, pero al que su pasi¨®n por Ast¨¦rix le ha pasado factura. Ya es m¨¢s dif¨ªcil identificar al bandido Fendetestas, pero incluso en el mejor de los mundos posibles los hay. Aunque todav¨ªa lo es m¨¢s vaticinar qu¨¦ pasar¨¢ en el sotobosque tras la apuesta por la inmovilidad de la Galicia can¨ªbal (vaya un sol del carallo). A bote pronto se podr¨ªa decir que el eje de la Galeuska -no hay bosques sin carretas- quedar¨¢ para el engrase, aunque muchos de los que tiran de ella prefieran no hacerlo porque les gusta el ruido -es demasiado aburrido seguir y seguir la huella-; sin embargo, se est¨¢ produciendo una agitaci¨®n entre los gnomos que podr¨ªa darle un nuevo empuje ya que no una cartola nueva. Por la banda mediterr¨¢nea se agita cada vez m¨¢s quien quiere ser Pujol en lugar de Pujol para, en destron¨¢ndolo, reducirlo a la condici¨®n de enano de jard¨ªn mientras mantiene -pura magia boscosa- sus esencias, o sea, esa gana nacionalista.
El monte bajo de aqu¨ª tambi¨¦n anda muy revuelto. A imagen de su compadre oriental, Mudito est¨¢ saliendo del armario, es decir de su mutismo al menos extramunicipal, para darle un vuelco al bosque porque ha visto que los bosques s¨®lo pueden serlo si se enraizan en el humus m¨¢s sombr¨ªo, digo, m¨¢s aut¨®ctono y aut¨¦ntico. Por su parte, la Bruja Pirul¨ª -imposible concebir un bosque animado sin bruja- ha vuelto por donde sol¨ªa echando a la olla de los sortilegios una oreja -de mayor- y unas palabras rituales que tienen que ver con los muertos -le gusta m¨¢s mentar a Franco que Fraga- para que la sesi¨®n parlamentaria sobre el autogobierno vaya caliente. Tambi¨¦n ha dicho una sandez sobre los asesinos quienes, para que nadie se olvide de que existen -a poco m¨¢s pueden aspirar ya con lo de capa ca¨ªda que est¨¢n y la que les caer¨ªa (y les caer¨¢) internacionalmente encima a nada que sus delirios adquirieran visos de realidad- ten¨ªan fecha para matar. Flaco favor est¨¢ haciendo la Bruja Pirul¨ª a los habitantes del bosque tom¨¢ndolos por tontos que a¨²n habr¨ªan de firmar lo mucho que est¨¢n repitiendo de viva voz en la calle y con las urnas.
Pero ahora parece que nada tiene realidad si no se expresa mediante refer¨¦ndum. A ese paso tendr¨¢n que convocar uno para refrendar a Blancanieves en su puesto porque, vaya, a ver qui¨¦n se f¨ªa de las urnas cuando unas veces se les hace caso y otras no. Porque si no vale que una mitad del bosque haya dicho con votos que no quiere deforestaci¨®n, tampoco deber¨ªa valer que Blancanieves siga liderando a los Siete Enanitos. Lo m¨¢s gracioso es que una encuesta -ojo, no un refer¨¦ndum- ha dicho que vivimos en un bosque primario, pues la mitad de la gente no sabe qui¨¦n le gobierna y eso pese a que el 13-M se abstuvieron muy pocos y hubo muchos truenos acerca del infierno que se avecinaba. M¨¢s les valdr¨ªa a algunos mirarse en el espejo del Feinn-IRA y ejercer todas las presiones no para votar sobre ETA, sino para que ETA vote su disoluci¨®n. Luego, hasta podremos seguir oyendo las mismas mandangas de siempre sobre bellotas, amanitas ancestrales y dem¨¢s casta?as.
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