'?Por qu¨¦ el pacto es hacer siempre lo que los nacionalistas quieren?'
Javier Corcuera (Bilbao, 1946) es uno de los especialistas que m¨¢s en profundidad han estudiado el Estatuto de Gernika y la construcci¨®n y desarrollo del entramado institucional vasco.
Pregunta. Empecemos por lo m¨¢s general. ?Qu¨¦ balance se puede hacer del Estatuto y de su desarrollo tras 22 a?os?
Respuesta. Si nos ponemos en 1975, ni el nacionalista m¨¢s furibundo podr¨ªa imaginar que ¨ªbamos a tener la autonom¨ªa que tenemos. Si nos ponemos en el momento de su aprobaci¨®n, ni el nacionalista m¨¢s furibundo podr¨ªa imaginar que su desarrollo iba a dar lo que ha dado. Lo que en 1979 se vive como una gran victoria, 10 a?os despu¨¦s ya se empieza a decir que est¨¢ superado y 20 a?os despu¨¦s se dice que es una carta otorgada. ?Cu¨¢l es el balance del Estatuto? Tambi¨¦n se supone que pretend¨ªa ser una salida pol¨ªtica al problema de ETA, pero relativamente pronto se vio que la autonom¨ªa no iba a acabar con ETA. Hubiera debido ser tambi¨¦n un acuerdo para empezar a construir por fin un pa¨ªs integrado, en que no hubiera una escisi¨®n enorme entre nacionalistas y no nacionalistas. Pero no fue del todo un elemento de integraci¨®n y s¨®lo con el primer bipartito PSE-PNV [1987] empieza a plantearse una v¨ªa de integraci¨®n.
'La actitud de los nacionalistas ante la autonom¨ªa en buena medida ha sido jugar a la frustraci¨®n'
P. Y ahora parece que vuelve a ser elemento de ruptura.
R. A veces digo: ?qu¨¦ son derechos hist¨®ricos? Es tener m¨¢s, y nunca se concreta nada. Se concreta algo que no se ten¨ªa la v¨ªspera y se quiere para el d¨ªa siguiente. La actitud de los nacionalistas vascos ante la autonom¨ªa en muy buena medida ha sido continuamente jugar a la frustraci¨®n, a la trampa de Madrid, lo que no facilita la tranquilidad en un pa¨ªs en que bastante falta de tranquilidad tenemos. Sobre todo, cuando se mezcla con que existe ETA y se vuelve a decir que hay un problema pol¨ªtico y hay que buscar soluciones pol¨ªticas. Si se dicen estas cosas es para legitimar otra vez unas expectativas de siempre conseguir m¨¢s porque hay una frustraci¨®n hist¨®rica de los vascos y para aislar a los que no est¨¢n por la labor.
P. ?Ligar¨ªa a eso la idea ahora manejada por el lehendakari de que el Estatuto fue s¨®lo una 'respuesta posible'?
R. Pero es que entonces daba la sensaci¨®n de que estaban la mar de contentos de lo que hab¨ªan sacado. Como no hay memoria, pues se puede decir todo, pero la postura de los nacionalistas era de extraordinaria dicha. ?Qu¨¦ les pod¨ªa haber gustado m¨¢s?, porque metieron absolutamente todo. Y lo que no ten¨ªan muy claro, lo metieron en plan vaporoso: todos los 'sin perjucio', los 'sin renuncia' por si acaso. El proyecto de Estatuto fue un proyecto nacionalista desde el principio y las modificaciones que se hicieron fueron b¨¢sicamente formales. ?Es lo que se pod¨ªa entonces? Es lo que se quer¨ªa entonces. Existe cierta tradici¨®n en este pa¨ªs de nunca decir las cosas que se quieren, ni las que se tienen. Hay continuamente una cantidad de impl¨ªcitos que parece que quieren decir algo y normalmente no quieren decir nada. Queremos m¨¢s autonom¨ªa: ?cu¨¢l? No se desarrolla el Estatuto: ?en qu¨¦?
P. Ahora nadie parece satisfecho de c¨®mo se hicieron las cosas.
R. Decir ahora que el Estatuto no ten¨ªa que haber salido as¨ª es una ligera estupidez si lo planteamos como reflexi¨®n que pueda inspirar la pol¨ªtica actual. El Estatuto que tenemos es el que tenemos y est¨¢ muy bien para desarrollar la autonom¨ªa que queremos. El Estatuto nace como nace y que ahora los nacionalistas digan 'carta otorgada' o 'lo que se pod¨ªa', sencillamente, parece falso, sin m¨¢s historias.
P. Una serie de ideas se repiten una vez y otra: 'Actualizaci¨®n de los derechos hist¨®ricos', 'pleno y leal desarrollo del Estatuto', 'explorar las potencialidades'... ?Cree que se explican suficientemente?
R. Se puede jugar con las palabras much¨ªsimo, pero no conviene jugar demasiado. Si nos ponemos en serio, derechos hist¨®ricos es lo que dice la Constituci¨®n: 'La actualizaci¨®n general de dicho r¨¦gimen foral se llevar¨¢ a cabo en la Constituci¨®n y en los estatutos de autonom¨ªa' [Disposici¨®n Adicional Primera de la Constituci¨®n]. El Estatuto es el que concreta derechos hist¨®ricos. Los derechos que como a tal pueblo le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, ?qu¨¦ es eso? Siempre hay una especie de continua queja, de decir 'cuanto sufrimos, Espa?a no nos entiende, no nos dejan ser como somos'. Todas estas grandes palabras, ?qu¨¦ quieren decir? Pues supongo que mantener a la parroquia nacionalista atenta.
P. ?Con qu¨¦ esp¨ªritu cree que se puso la Disposici¨®n Adicional del Estatuto?
R. Me temo que se puso para seguir diciendo a los de HB y a las propias bases nacionalistas que no renunciamos a nada. Tiene un elemento de afirmaci¨®n ideol¨®gica notable. ?Qu¨¦ acaba queriendo decir? Pues ley¨¦ndola desde la l¨®gica constitucional quiere decir que es posible modificar el Estatuto. Nada m¨¢s. En definitiva, que se puede cambiar el Estatuto como se puede cambiar la Constituci¨®n. Es otra vez una apelaci¨®n ideol¨®gica estrictamente nacionalista que les sirve cada cierto tiempo.
P. El Gobierno y el PNV siguen una doble v¨ªa: una m¨¢s pol¨ªtica, ligada a la autodeterminaci¨®n, y otra m¨¢s t¨¦cnica sobre las transferencias pendientes.
R. Mantener el debate t¨¦cnico no quita que se mantengan levantadas las banderas de la santa indignaci¨®n. Igual algo tiene que ver con que est¨¢n negociando el Concierto y quedan dos meses. Y cuanto m¨¢s soberanismo y frustraci¨®n tengas, m¨¢s capacidad de presi¨®n tienes. El elemento ideol¨®gico-patri¨®tico, el llanto eterno, se ha combinado con la regulaci¨®n normal.
P. El lehendakari aduce que el Estado ha incumplido el pacto a que en su d¨ªa se lleg¨® con el Estatuto y que hace falta otro.
R. ?Pod¨ªa haber sido distinto el sistema auton¨®mico? Claro, pod¨ªa haber sido distinto en un sentido m¨¢s o menos centralista. Que el Parlamento defiende como b¨¢sicas cuestiones que los nacionalistas preferir¨ªan que fueran distintas, pues estupendo, pero jugamos a que hay unas mayor¨ªas pol¨ªticas que deciden en las Cortes. ?Siempre que no sale la postura que pretendemos nosotros es una quiebra del pacto? ?Y por qu¨¦ el pacto es hacer siempre lo que t¨² quieres? Aparte que el pacto es aceptar el juego constitucional, que hay unas instancias que defienden lo b¨¢sico y otras que controlan si esa definici¨®n es inconstitucional. Esta idea extraordinariamente nacionalista lo que trasluce es una concepci¨®n no de un Estado con 17 comunidades, sino de la autonom¨ªa que tengo yo y que he pactado con Espa?a. Vamos a una l¨®gica que no es la constitucional. Con esto no quiero decir que la autonom¨ªa sea un tema cerrado y que el nivel de competencias est¨¦ fijado para siempre.
P. ?Qu¨¦ actitud observa en las formaciones pol¨ªticas no nacionalistas?
R. Creo que a nadie se le ocurre poner en duda el Estatuto o redefinirlo en un sentido m¨¢s estricto. Han podido cuestionar pol¨ªticas de los nacionalistas o formas de entender algunas cuestiones, pero nadie ha cuestionado la autonom¨ªa.
P. Terminemos tambi¨¦n por lo general. ?Qu¨¦ futuro le ve al Estatuto?
R. No s¨¦. Siempre tienes la tendencia a pensar que las cosas se van a desarrollar en un sentido sensato, que el PNV volver¨¢ a la sensatez. ?Cu¨¢ndo dejar¨¢n de intentar atraerse al electorado de HB?, ?cu¨¢ndo dejar¨¢n de jugar hacia la ruptura? No tengo ni idea.
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