Grandes hasta el l¨ªmite

Grandes hasta el l¨ªmite. Mart¨ªn Fiz y Abel Ant¨®n se despidieron de los maratones de ¨¦lite con una actuaci¨®n deportiva por debajo de su gloria, l¨®gica por la tensi¨®n y su inactividad, ya al borde de la retirada, pero sobradamente a la altura de su leyenda. De hecho, no desentonaron en las dos carreras disputadas en su adi¨®s. No estuvieron en la del triunfo, que se llev¨® el italiano Stefano Baldini, de largo el mejor europeo del a?o, ante la marea negra inevitable de kenianos y el et¨ªope Simretu Alemayehu. Pero s¨ª lo hicieron, y sufriendo m¨¢s que nunca, en la del sentimiento, que sirvi¨® para que Fiz, al acabar mejor que Ant¨®n, igualara incluso a dos el duelo particular entre ambos. Hasta en eso ha sido justa la historia. M¨¢s larga en triunfos la de Fiz; m¨¢s corta la de Ant¨®n, pero tan completa como la de su rival m¨¢s emblem¨¢tico, porque ambos han simbolizado al m¨¢ximo la grandeza del marat¨®n espa?ol.

Fiz incluso se tom¨® una peque?a revancha de aquella derrota en los Mundiales de Atenas 97 que levant¨® tanta pol¨¦mica. Fue all¨ª, en el legendario recorrido del marat¨®n desde Olimpia, cuando Ant¨®n gan¨® su primer t¨ªtulo mundial con su habitual y astuta forma de correr: seguir el ritmo del vitoriano y vencerle al sprint gracias a su mayor velocidad final. Ayer, cuando parec¨ªa que ni siquiera se iba a producir algo parecido, al descolgarse Fiz en el kil¨®metro 19, la carrera dio un vuelco. Ant¨®n aguant¨® hasta el 23 en el grupo de cabeza, pero le dio un tir¨®n y empez¨® a ceder terreno. Fiz le alcanz¨® en el 30, tras coger un avituallamiento, y le dej¨® como una bala. No pod¨ªa permitir que le siguiera para ganarle una vez m¨¢s. Pero Ant¨®n tampoco estaba para seguirle. De hecho, al no responderle la pierna, se hundi¨® tanto que a falta de menos de un kil¨®metro debi¨® incluso pararse para estirar los m¨²sculos. Fue una imagen parecida a la de Fabi¨¢n Roncero en una de sus geniales carreras en Rotterdam, el escenario de sus haza?as. Pero Ant¨®n no pod¨ªa retirarse en su despedida y lleg¨® a las orillas del lago de la madrile?a Casa de Campo empujado por el cari?o de los aficionados. No fue un final apote¨®sico, como el de su segundo Mundial en el estadio de la Cartuja de Sevilla, pero s¨ª con tanta emoci¨®n. Fiz, que hab¨ªa acabado mucho antes, casi 10 minutos, lleg¨® tambi¨¦n tan al l¨ªmite que se qued¨® bloqueado de pie y fue evacuado en camilla.

Bravura compartida, pues, mientras lejos, en la carrera de los que a¨²n seguir¨¢n en la ¨¦lite, Baldini confirm¨® su tercer puesto en los pasados Mundiales de Edmonton y su t¨ªtulo europeo. Se dej¨® llevar por Alemaheyu y los kenianos y atac¨® en el kil¨®metro 35. S¨®lo le sigui¨® Simon Bor, pero le fue despegando poco a poco con un ritmo sostenido. Y logr¨® una buena marca, al menos por debajo de 2h 10m, la mejor de siempre en Madrid y la segunda en Espa?a, a 11 segundos de la del marroqu¨ª Abdeesalam Serroj en Barcelona, en 1998. La altitud inevitable (600-650 metros) y el calor inesperado influyeron nuevamente, aunque el recorrido era m¨¢s suave, en su segunda mitad, que el tradicional de la carrera del Mapoma.

Clasificaciones: Hombres: 1. Stefano Baldini (Italia), 2h 9m 59s. 2. Simon Bor (Kenia), 2h 10m 54s. 3. Fred Kiprop (Kenia), 2h 11m 24s. 4. Elijah Korir (Kenia), 2h 11m 30s. 5. Simretu Alemayehu (Etiop¨ªa), 2h 12m 14s. 11. Mart¨ªn Fiz (Espa?a), 2h 17m 51s. 17. Abel Ant¨®n (Espa?a), 2h 27m. Mujeres: 1. Fatuma Roba (Etiop¨ªa), 2h 28m 33s. 2. Jane Salumae (Estonia), 2h 32m 2s. 5. Mar¨ªa Luisa Mu?oz (Espa?a), 2h 57m 20s.