Battiato, un m¨²sico que cultiva otros caminos

Buscando siempre al arm¨®nico equilibrio entre m¨²sica culta y pop, entre la filosof¨ªa y la poes¨ªa, entre la inercia cosmol¨®gica y la abstracci¨®n de la geometr¨ªa, entre los influjos orientalistas y el enfoque de un italiano contempor¨¢neo, Franco Battiato se mueve, musicalmente hablando, como un escurridizo pez en el agua, y as¨ª lo demostr¨® en sus dos ¨²ltimos conciertos ofrecidos en la capital y a teatro lleno.

Battiato ofreci¨® dos actuaciones llenas de hermosas composiciones que van desde sus principios como exc¨¦ntrico compositor e int¨¦rprete de un pop experimental y sus mayores escarceos con el ¨¦xito -Voglio vederti danzare o Centro di gravit¨¢ permanente- hasta las bellas y cultas composiciones que forman su ¨²ltima obra de madurez, Ferro battuto, pasando por sus personales recreaciones de canciones de otros, como fue la delicada revisi¨®n que hizo de Ruby tuesday de los Rolling Stones. Ataviado con un chaleco-levita que otorgaba a su aspecto cierto toque de maestro oriental y sentado al borde del escenario en un div¨¢n, que daba la espalda a los m¨²sicos, o bien evolucionando por el escenario con movimientos que delataban su dinamismo juguet¨®n y desinhibido, el solista fue encadenando canciones con alegre levedad, extrayendo de ellas siempre una veta de belleza optimista.

En Strani giorni y Bist du bei mir, Battiato se hizo acompa?ar por las evoluciones de una bailarina del vientre y tambi¨¦n invit¨® a su colaborador, el fil¨®sofo y escritor Manlio Sgalambro, con el que ha trabajado ya en cuatro discos y junto al que ha compuesto dos piezas de m¨²sica cl¨¢sica, a que cantara cuatro composiciones, entre ellas el Me gustas t¨² de Manu Chao.