?Indestructibles!

Disfrutar de M¨¢rtires del Comp¨¢s requiere entrar en un universo peculiar, donde conviven los chispazos que algunos llamar¨ªan 'porreros' con certeros an¨¢lisis del desastre ecol¨®gico de Aznalc¨®llar, las frustraciones sexuales de Internet, la alucinaci¨®n colectiva del Roc¨ªo, la tragedia de las pateras en el Estrecho, el disparate de circular sobre ruedas por el centro de una ciudad hist¨®rica y, s¨ª, las incertidumbres del momento presente.

Cuentan los M¨¢rtires que los sucesos del 11 de septiembre les pillaron en Los ?ngeles, alojados en el mismo hotel en el que, hace 31 a?os, Janis Joplin dio el ¨²ltimo suspiro. Demasiadas coincidencias para un grupo sevillano que acababa de concluir su primera gira estadounidense y que estaba corto de dinero, tras agotar la subvenci¨®n de la SGAE. Una semana m¨¢s tarde, con pr¨¦stamos del consulado espa?ol, lograron regresar tras recorrer de nuevo todo el pa¨ªs. Aqu¨ª est¨¢n de nuevo, fortalecidos por la experiencia, con un cartel que grita 'No a la guerra' al fondo del escenario y estrenando una canci¨®n provisionalmente titulada Los escombros.

Lo de M¨¢rtires sigue deslumbrando. Por su ¨®ptica disidente, su inventiva ling¨¹istica, su capacidad de comunicaci¨®n, su precisi¨®n sonora. Con una instrumentaci¨®n b¨¢sica, esculpen potentes palos flamencos e irresistibles ritmos for¨¢neos, ese potaje ¨²nico que denominaron flamencobilly. Un combinado donde hay margen para que salga una ni?a a bailar y aquello no apeste a ternurismo. Un espect¨¢culo donde ni siquiera la sensualidad de Roc¨ªo V¨¢zquez llega a eclipsar al Rasput¨ªn del sexteto. Chico Oca?a, a pesar de quejarse del estado de su garganta, mantiene un magn¨¦tico control sobre el personal con sus salidas, sus improvisaciones, sus bailes.

Un carisma intransferible, un repertorio inoxidable que explican que, a lo largo de tres d¨ªas, llenen una sala a reventar en un Madrid semivacio por el puente. Grupo de dif¨ªcil encaje en un mercado donde se potencia la reiteraci¨®n musical y la tibieza ideol¨®gica, los M¨¢rtires andan ya por su tercera compa?¨ªa discogr¨¢fica y muestran una inquebrantable vocaci¨®n de supervivencia. Disfruten de sus directos cuando se pongan a tiro o rueguen por un disco que re¨²na la crema de su prodigioso cancionero... y lo que se pueda grabar de esos ¨¦xitos ajenos que tritura su batidora callejera y subversiva.