La encrucijada del socialismo vasco
El PSE se debate entre moderar al nacionalismo o forjarse como alternativa
Las aguas bajan turbias y revueltas en el socialismo vasco. El abrazo que hace dos a?os uni¨® en una pi?a a las distintas familias y direcciones provinciales del PSE-EE se ha deshecho bruscamente cuatro meses despu¨¦s de que las elecciones auton¨®micas ratificaran la mayor¨ªa nacionalista. Bajo la interesada mirada del PNV, que cuenta con incorporar al PSE a su estrategia autodeterminista para aislar al PP, los socialistas vascos polemizan p¨²blicamente cruz¨¢ndose reproches cargados de recelo.
Con la vista puesta en la pr¨®xima conferencia pol¨ªtica o, llegado el caso, en el congreso extraordinario por el que claman algunos, el PSE resucita sus viejos fantasmas dom¨¦sticos del vasquismo y el espa?olismo, desata las luchas intestinas, se divide en raz¨®n del antagonismo PP-PNV y despliega las maniobras internas en un espect¨¢culo ya caracter¨ªstico, no exento de frivolidad.
'Que tengamos que separarnos del PP no significa que vayamos a pasarnos al PNV'
'Toda nuestra cultura de la transici¨®n, basada en el di¨¢logo y el consenso, ha hecho agua'
No es que el acoso terrorista haya desaparecido, ni tampoco que el nacionalismo en el poder haya vuelto precisamente a la senda estatutaria, pero una parte del socialismo vasco, bien representado en las ejecutivas provinciales de Guip¨²zcoa y Vizcaya, cree llegado el momento de 'adaptarse a las nuevas circunstancias' y marcar claramente distancias con el PP. 'La pol¨ªtica de frentes ya no tiene sentido, porque el nuevo Gobierno vasco no necesita ahora a Batasuna y se muestra m¨¢s contundente con la violencia. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que IU se ha integrado en ese Gobierno', sostiene Patxi L¨®pez, secretario general de la muy dividida organizaci¨®n de Vizcaya.
Documento pol¨¦mico
Las alarmas han saltado con la publicaci¨®n en la prensa del resumen de un documento elaborado por el secretario general de Guip¨²zcoa y vicesecretario general del partido, Jes¨²s Eguiguren, en el que se admite, aunque cr¨ªticamente, la convocatoria de una consulta popular sobre la autodeterminaci¨®n y se reconoce la existencia de un problema vasco anterior a la aparici¨®n de ETA. Ese mismo d¨ªa, el alcalde de San Sebasti¨¢n, Od¨®n Elorza, elemento destacado de la denominada corriente vasquista, lanzaba un fort¨ªsimo pulso a sus socios del PP en el Gobierno municipal, al tiempo que abogaba p¨²blicamente por un cambio radical en la direcci¨®n de su partido y por la apertura de un congreso extraordinario.
El presidente de los socialistas de ?lava, Mario Onaind¨ªa, considera, a su vez, que el desenlace del incipiente debate resultar¨¢ crucial a la postre. 'Para el PSE-EE es un asunto de vida o muerte', subraya el antiguo secretario general de Euskadiko Ezkerra, 'en la medida en que el proyecto de ETA pasa por nuestro exterminio como disidentes y el de Arzalluz nos reserva', dice, 'el papel de los antiguos marranos, aquellos jud¨ªos que vivieron marginados a pesar de que hab¨ªan renunciado a su religi¨®n para poder integrarse en la Espa?a de los Reyes Cat¨®licos'.
Como primer efecto, la crisis abierta en el socialismo vasco ha trastocado completamente los apoyos del secretario general del PSE-EE. La crisis ofrece hoy la visi¨®n parad¨®jica de un Nicol¨¢s Redondo abandonado por los sectores que hace casi cuatro a?os le auparon a la secretar¨ªa general y confortado por aquellos que, como la propia Rosa D¨ªez, su contrincante de entonces, le negaron el respaldo. 'Nicol¨¢s andaba en aquel tiempo en la onda vasquista y tanto Eguiguren como el sector de los vizca¨ªnos interesados en continuar en las instituciones apoyaron su candidatura para conservar su peso en el partido', coinciden en se?alar varias fuentes. 'Lo que pasa es que Nico les ha salido rana, se ha cre¨ªdo su papel de secretario general y demuestra que tiene convicciones propias. Como ahora les molesta, le est¨¢n segando la hierba bajo los pies', a?aden.
Sin dejar de admitir que algunos socialistas buscan su destituci¨®n y que hay sectores que pretenden reeditar los pactos con el nacionalismo, el secretario general del PSE-EE trata de que los ¨¢nimos se apacig¨¹en durante los dos o tres meses que quedan para la conferencia pol¨ªtica. 'En el PSE ha habido siempre dos almas, y una de ellas tiene una visi¨®n pol¨ªtica muy condicionada por el ambiente que se respira en Guip¨²zcoa. Esas dos almas se pusieron de acuerdo en la pasada legislatura ante la dura situaci¨®n que soportamos, pero ahora, despu¨¦s de las elecciones, volvemos a plantearnos qu¨¦ pol¨ªtica debemos hacer en estos pr¨®ximos cuatro a?os. Es un debate razonable, y creo que hay verdaderas ansias de discusi¨®n y reflexi¨®n'.
Cuando se le pregunta si est¨¢ por mantener la l¨ªnea de firmeza de la pasada legislatura, aunque coincida con el PP vasco, Redondo se?ala que el PSE debe ser leal con sus votantes: 'Creo que nuestra pol¨ªtica en la presente legislatura debe ser coherente con lo que hemos defendido estos dos a?os atr¨¢s y que nos ha dado 250.000 votos'.
En el documento de su n¨²mero dos, Jes¨²s Eguiguren, se acepta la consulta sobre la autodeterminaci¨®n y la existencia de un conflicto hist¨®rico vasco. En sectores del PSE se considera que ¨¦sas son las premisas planteadas por el PNV para renovar los pactos con los socialistas. Redondo opina que ello supondr¨ªa romper el pacto del Estatuto.
'Yo tambi¨¦n he hablado de conflicto. Lo que a m¨ª me interesa es la forma de superar los problemas. El PSE est¨¢ radicalmente en contra de que se salten las reglas de juego'.
Direcci¨®n del PSOE
Sobre el apoyo que la actual direcci¨®n del PSE tiene en el PSOE, redondo no tiene dudas, aunque sabe que hay gente que se mueve en la sombra. 'El PSE-EE y su direcci¨®n tienen suficiente cr¨¦dito en el PSOE, aunque tambi¨¦n hay otra gente que se refugia en el anonimato. Jos¨¦ Luis Zapatero est¨¢ conmigo'.
El secretario general del PSE de Vizcaya, Patxi L¨®pez, niega la mayor. 'No hay un intento de cargarse a Redondo. Lo que pasa es que se han sacado las cosas de contexto. Ahora todo el mundo habla de la consulta popular, que, en efecto, es una reivindicaci¨®n nacionalista, pero el documento tiene 193 p¨¢ginas e incorpora toda la doctrina y el pensamiento del socialismo vasco en los ¨²ltimos a?os', se defiende Patxi L¨®pez.
'Eso de que buscamos entrar en el Gobierno es simplemente mentira. El electorado vasco nos ha mandado a la oposici¨®n para los pr¨®ximos cuatro a?os y ah¨ª vamos a estar. La discusi¨®n est¨¢ entre quienes creemos que hay que entrar a debatir el asunto de la autodeterminaci¨®n para poder as¨ª armar pol¨ªticamente a nuestra gente y aquellos que creen que no hay que hacerlo. Tenemos que dar una respuesta positiva, pero s¨®lida y argumentada, a la pregunta '?Los socialistas aceptar¨¢n la decisi¨®n de los vascos?', que el nacionalismo nos lanza todos los d¨ªas. Que tengamos que separarnos del PP no significa que vayamos a pasarnos al PNV', apostilla Patxi L¨®pez.
Aunque el momento parece pol¨ªticamente propicio para el desarrollo de un debate ambicioso en torno al modelo de federalismo, a la corresponsabilidad de las autonom¨ªas en el Estado, a la implicaci¨®n y al reparto de competencias en el proceso de construcci¨®n europea, que rellene, de paso, las lagunas existentes en el propio PSOE, pocos socialistas vascos creen que la atm¨®sfera interna permitir¨¢ una discusi¨®n verdaderamente enriquecedora.
En los sectores que apoyan a Nicol¨¢s Redondo, las tesis y movimientos que se le atribuyen al l¨ªder socialista catal¨¢n Pascual Maragall -'no para de hacer llamadas'- son vistos como intromisiones gratuitas y abusivas. Esas fuentes aseguran que, a la vista del conflicto, la Ejecutiva Federal ha reclamado la retirada del documento de Eguiguren y que si el texto no ha sido retirado es porque el propio Nicol¨¢s Redondo prefiere no caldear m¨¢s los ¨¢nimos y enmendarlo en la conferencia pol¨ªtica.
'No est¨¢bamos preparados para resistir la presi¨®n a que nos han sometido, primero con nuestro desalojo forzado del Gobierno y luego con la kale borroka y los asesinatos. Toda nuestra cultura de la transici¨®n, basada en los valores del di¨¢logo y el consenso, ha hecho agua', se?ala Mario Onaind¨ªa. 'Tenemos que preguntarnos por qu¨¦ quieren matarnos a nosotros que estamos en la oposici¨®n y somos la tercera fuerza pol¨ªtica mientras el nacionalismo en el poder maneja un presupuesto de un bill¨®n de pesetas, por qu¨¦ la ¨²nica persona con escolta en una urbanizaci¨®n de lujo de Zarautz, por ejemplo, es el jardinero socialista. Lo que le molesta a ETA no es nuestra disposici¨®n al di¨¢logo y al consenso moderador, sino la libertad', afirma Onaind¨ªa. '?Tenemos que ir a los batxokis a tirarles de las levitas suplicando que tengan un poco de piedad con nosotros sabiendo perfectamente que no la van a tener? Debemos ser muy conscientes de que ¨¦sta es una lucha por la libertad. Es el debate central', se?ala el dirigente socialista vasco.
Proyecto alternativo
Onaind¨ªa ha teorizado el proyecto de partido alternativo al nacionalismo que ser¨¢ presentado a la conferencia pol¨ªtica de finales de a?o o primeros del pr¨®ximo. 'Tenemos que construir un proyecto propio socialista no s¨®lo pol¨ªtico, sino sobre todo cultural e ideol¨®gico que en ning¨²n caso, dice, 'oponga los valores de autogobierno y libertad. Estamos por el federalismo y el autogobierno, pero defendiendo con u?as y dientes la libertad'. A su juicio, el nacionalismo busca preferentemente con el refer¨¦ndum de autoderminaci¨®n no tanto que los vascos decidan su relaci¨®n con el Estado espa?ol como el efecto ideol¨®gico de ese proceso y el reconocimiento impl¨ªcito de los postulados nacionalistas. 'Eso nos llevar¨ªa a ser presentados como partidos estatalistas, colonialistas, invasores, instrumentos enviados por Franco para asimilar a los vascos. La estrategia actual de construcci¨®n nacional del PNV y EA', a?ade Onaind¨ªa, 'es la creaci¨®n de la naci¨®n de los nacionalistas en la sociedad civil utilizando las instituciones auton¨®micas y tratando de desprestigiar al m¨¢ximo a las instituciones estatales. Vuelven a hablar de d¨¦ficit democr¨¢tico del Estado, de las presuntas torturas a los detenidos, de que la Audiencia Nacional vulnera la presunci¨®n de inocencia'.
El ex secretario general de Euskadiko Ezkerra argumenta que ante esta situaci¨®n s¨®lo cabe o reproducir el pacto con el nacionalismo, lo que en su opini¨®n tendr¨ªa efectos catastr¨®ficos y consagrar¨ªa el principio de las dos comunidades bajo un modelo nacionalista radical, o bien plantearse una estrategia de proyecto alternativo fortaleciendo la cultura y la ideolog¨ªa pol¨ªticas y recuperando se?as de identidad y valores del socialismo.
Onaind¨ªa considera imprescindible potenciar el tejido social del socialismo vasco y replantearse conceptos de la tradici¨®n republicana como el de la libertad, la patria c¨ªvica, el valor de la ley y la virtud. 'En nuestra situaci¨®n, seguir pensando en las grandes virtudes del di¨¢logo y la negociaci¨®n resulta igual de letal', a?ade, 'que seguir albergando las falsas ideas que sobre la modernidad y la sociedad moderna tenemos los no nacionalistas. ?Qui¨¦n puede estar dispuesto a sacrificar su vida en aras de no se sabe qu¨¦ objetivos s¨®lo porque son fruto del di¨¢logo y la negociaci¨®n? ?C¨®mo lograremos confeccionar las listas para las elecciones municipales? ?No estaremos ante el desmoronamiento de la democracia en Euskadi si no somos capaces de presentar esas listas?', se pregunta Onaind¨ªa.
Amenazados y marginados
Como prueba de los recelos que envuelven la vida del partido, algunos socialistas, los cr¨ªticos con el sector llamado vasquista tiran de hemeroteca para mostrar que los promotores del pol¨¦mico documento son los mismos que en junio de 1998 criticaron airadamente la decisi¨®n de Nicol¨¢s Redondo de romper con el PNV y salir del Gobierno vasco. 'A pesar de que el PNV votaba una y otra vez con Herri Batasuna, a pesar de que era evidente que el nacionalismo hab¨ªa llegado a un acuerdo con los amigos de ETA, acuerdo luego plasmado en Lizarra; a pesar de que, como nos repet¨ªa Fernando Buesa (el asesinado ex vicepresidente vasco, portavoz socialista en la C¨¢mara vasca y m¨¢ximo responsable del PSE alav¨¦s) nuestra situaci¨®n en el Gobierno vasco era indigna, de verdadera humillaci¨®n, ellos se resistieron como gato panza arriba a romper con el PNV', recuerda un antiguo cargo socialista. Y sostiene que la idea de que la co-gobernaci¨®n de nacionalistas y socialistas es siempre positiva y ha sido utilizada para camuflar la falacia de que no ha existido nunca una verdadera cohabitaci¨®n en el Ejecutivo auton¨®mico. 'Se presentan como vasquistas pero confunden el vasquismo, que es una asignatura pendiente, con la sumisi¨®n al PNV. La realidad es menos honorable porque lo que de verdad defienden muchos de ellos es simplemente un lugar al sol. Es muy duro vivir con el miedo en el cuerpo, con el temor a que te maten y, al mismo tiempo, verte marginado pol¨ªticamente', a?ade.
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