Atropello pol¨ªtico

El pr¨®ximo s¨¢bado es la cita para asistir al ¨²ltimo atropello pol¨ªtico que el Partido Popular va a consumar en Andaluc¨ªa. Si un arrebato de sentido com¨²n no lo impide a ¨²ltima hora, ese d¨ªa se celebrar¨¢ el pleno de la corporaci¨®n municipal de la localidad de Estepona (M¨¢laga) en el que presentar¨¢n los populares la moci¨®n de censura contra su actual alcalde, el socialista Antonio Barrientos.

Les arrebatar¨¢n as¨ª la alcald¨ªa gracias al apoyo de los ex ediles del GIL, contra alguno de los cuales, incluso, mantienen abiertas varias demandas judiciales por presuntos casos de corrupci¨®n y viejas pendencias pol¨ªticas. El esc¨¢ndalo surgido en todo el pa¨ªs, a ra¨ªz de esta extra?a operaci¨®n, con cr¨ªticas procedentes desde todos los ¨¢ngulos posibles, no parece suficiente raz¨®n para la rectificaci¨®n en el PP, sobre todo ante la oportunidad de asumir el control de un municipio cargado de expectativas urban¨ªsticas, junto con otros tambi¨¦n ubicados en el cintur¨®n costero del litoral andaluz y que han ca¨ªdo en sus manos bajo el mismo m¨¦todo.

El gesto a la desesperada del consejero de Gobernaci¨®n, Alfonso Perales, enviando una carta al vicepresidente y ministro del Interior, Mariano Rajoy, apelando al pacto antitransfuguismo que ambos firmaron a?os atr¨¢s en Madrid, con el fin de que aborte esta iniciativa, tiene, m¨¢s que todo, un valor simb¨®lico, dado que los populares se muestran muy firmes en su estrategia.

Hasta el punto de que el secretario general, Javier Arenas, amenaza, como no, con m¨¢s querellas a todo aquel que vincule esta jugada con intereses ocultos y relacionados, supuestamente, con el horizonte judicial del alcalde de Marbella, Jes¨²s Gil. Jueces y notarios tienen aqu¨ª un nuevo frente de trabajo, por si ya no hubiera bastante. A ver si de una vez por todas presenta ya dichas querellas tantas veces anunciadas.

As¨ª las cosas, como muestra de la supuesta bondad democr¨¢tica del asalto al poder municipal que el PP va a perpetrar en Estepona esta semana, lo mejor que pueden hacer sus dirigentes es personarse en esta localidad el d¨ªa de la moci¨®n de censura y, abiertamente y sin rubor alguno, arropar a los suyos en tan trascendental momento. La foto que propiciar¨ªan con su presencia quedar¨ªa registrada ante los andaluces como prueba evidente de aquello que tanto preconizan unos y otros, y que m¨¢s tarde incumplen, como es ese principio, ya tan superado por la realidad, y que se?ala que 'no todo vale en pol¨ªtica'.

El discurrir de los acontecimientos de estas jornadas nos llevar¨¢, adem¨¢s, a la comparecencia de la consejera de Econom¨ªa, Magdalena ?lvarez, en el Parlamento andaluz para la presentaci¨®n formal de los Presupuestos para el pr¨®ximo ejercicio ante los distintos grupos pol¨ªticos. Unos Presupuestos considerados expansivos, dicen en el Gobierno andaluz, para combatir as¨ª la recesi¨®n econ¨®mica que se avecina. ?lvarez continuar¨¢ su peregrinaje m¨¢s tarde con un encuentro con los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, y, por ¨²ltimo, con la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa. Todo ello pendiente de la inminente convocatoria, por fin, del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal en donde se espera que se determinen con exactitud las cifras que corresponder¨¢n a Andaluc¨ªa en virtud del nuevo acuerdo de financiaci¨®n auton¨®mica. Igualmente hay que estar a la espera de conocer los detalles del anunciado nuevo Plan contra los Malos Tratos que la Junta de Andaluc¨ªa va a poner en marcha y para el que se contempla una dotaci¨®n de 6.000 millones de pesetas.

En este clima, no se descartan nuevos mensajes desde Andaluc¨ªa en favor de la distensi¨®n en las relaciones entre Espa?a y Marruecos. Unos llamamientos a la concordia que no resultan del todo inocentes en el Gobierno andaluz desde el momento en el que uno de sus miembros, el consejero de Asuntos Sociales, Isa¨ªas P¨¦rez Salda?a, aparece, muy ufano, participando en el simulacro de refer¨¦ndum sobre el Sahara que se celebr¨® en la sede de la C¨¢mara auton¨®mica, iniciativa que tanto ha molestado a nuestros vecinos.