Mohamed VI recort¨® su visita al S¨¢hara para evitar una protesta saharaui
Fuentes marroqu¨ªes achacaron la cancelaci¨®n del recorrido por Smara al fuerte siroco
El rey de Marruecos, Mohamed VI, suspendi¨® el viernes pasado su visita a Smara, la ciudad santa del desierto. Era el broche de su pol¨¦mico viaje por el S¨¢hara Occidental. Fuentes de la comitiva real culparon de la cancelaci¨®n al siroco que sopla estos d¨ªas en el territorio. El Frente Polisario denunci¨®, sin embargo, que la verdadera causa era una manifestaci¨®n de saharauis en el centro de la localidad.
Un grupo de periodistas espa?oles se traslad¨® el s¨¢bado hasta esta ciudad, que desde hace varios a?os no hab¨ªa sido pisada por la prensa internacional. Dos controles policiales vigilaban la entrada. En la carretera de acceso, grupos de funcionarios retiraban las vallas desplegadas para contener a la multitud que deb¨ªa haber recibido a Mohamed VI.
El monarca posaba, ataviado con diversos atuendos (comendador de los creyentes, militar, marino, civil), en numerosos cartelones. Los edificios frente a los que debi¨® pasar su comitiva hab¨ªan sido pintados recientemente en color sepia. Tras ellos se ocultaban barrios miserables de casas de adobe. La presencia de las fuerzas de seguridad en las calles era discreta.
Smara, situada 250 kil¨®metros al este de El Aai¨²n, muy cerca de las minas de fosfatos de Bucra¨¢, es una ciudad conflictiva. Fue fundada en 1902 por el chej Ma el Ainin, hombre santo y milagrero que se proclam¨® mahdi, o imam, reformador inspirado por Al¨¢, declar¨® la guerra al colonialismo franc¨¦s y se convirti¨® en el primer l¨ªder del nacionalismo saharahui. En Smara naci¨® tambi¨¦n, en 1969, la Organizaci¨®n Avanzada para la Liberaci¨®n del S¨¢hara (OALS), cuyos partidarios fueron masacrados un a?o despu¨¦s en El Aai¨²n por los legionarios espa?oles cuando se manifestaban a favor de la independencia. Y de Smara eran la mayor¨ªa de los l¨ªderes que en 1973 fundaron el Frente Polisario. Hace s¨®lo un a?o, Marruecos disolvi¨® violentamente aqu¨ª una manifestaci¨®n de centenares de personas que exig¨ªan mejoras sociales y reclamaban la autodeterminaci¨®n del S¨¢hara.
Durante el ¨²ltimo lustro, los saharauis han disfrazado sus exigencias independentistas bajo el manto de las demandas sociales para evitar la represi¨®n de la polic¨ªa. En las manifestaciones, hombres y mujeres portan carteles pidiendo viviendas o empleos con leyendas escritas en los colores de la bandera del Polisario. Suelen enarbolar ense?as de pa¨ªses ¨¢rabes ajenos al conflicto del S¨¢hara para demostrar que no aceptan la ense?a jerifiana.
Si Mohamed VI hubiese viajado el viernes a Smara, se habr¨ªa encontrado con una de esas manifestaciones. Desde el pasado 31 de octubre, un centenar de saharauis, en su mayor¨ªa j¨®venes y mujeres, se manifestaban en la puerta de la wilaya (sede del Gobierno provincial) en demanda de viviendas, puestos de trabajo, becas para la universidad y noticias sobre sus familiares desaparecidos a manos de la polic¨ªa marroqu¨ª.
Las mismas peticiones que, en 1999 en El Aai¨²n y un a?o m¨¢s tarde en Smara, degeneraron en violentos enfrentamientos con la polic¨ªa y con los colonos marroqu¨ªes. De los 50.000 habitantes con que cuenta la localidad, s¨®lo una cuarta parte son saharauis; los dem¨¢s han sido instalados por Rabat en un intento de diluir la identidad de la poblaci¨®n.
Los saharauis de Smara tienen un largo historial de sufrimientos. Poco antes de que los tanques marroqu¨ªes entraran en la ciudad en 1976, centenares de ellos huyeron hacia Argelia. Durante el ¨¦xodo, fueron bombardeados con napalm y f¨®sforo blanco. De los 526 desaparecidos que reconoce Amnist¨ªa Internacional, 74 resid¨ªan aqu¨ª.
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