Defensa del Reina Sof¨ªa
Carta abierta a do?a Piedad del Sagrario L¨®pez Mart¨ªnez, de Cabril (Granada): Acabo de leer su carta del 1 de noviembre. Me siento profundamente afligido por el dolor que usted transmite a consecuencia de la muerte de su querido hijo. Mi calidad de padre de familia me hace comprender que la suya est¨¦ destrozada por tan tremenda p¨¦rdida. Pero como tambi¨¦n se da la circunstancia de que soy presidente de una Asociaci¨®n de Enfermos Renales (ALCER) y he de asumir responsabilidades hacia ese colectivo al que represento y en el que hay muchos trasplantados, con todo respeto le ruego lea mi opini¨®n sobre el Hospital Reina Sof¨ªa de C¨®rdoba ya que, por estar ligado al citado centro hospitalario desde hace m¨¢s de 20 a?os, creo poder hablar tambi¨¦n con algunos conocimientos del mismo.
Coincido con usted en que hay m¨¦dicos muy impersonales con los enfermos, incluso voy m¨¢s all¨¢ en mi denuncia, que adoptan actitudes prepotentes con los pacientes que, en la sanidad privada, no se les permitir¨ªan. Tambi¨¦n coincido en que la informaci¨®n que se da del estado del enfermo, sus tratamientos, etc¨¦tera, no es suficiente ni lo fluida que deber¨ªa ser. Es cierto que la limpieza deja mucho que desear, que la amabilidad de algunas enfermeras brilla por su ausencia, que hay m¨¢quinas por los pasillos, que los enfermos contraen infecciones, que a veces el caos en algunos servicios se asemeja a lo que vemos en la tele en los hospitales de guerra. Pero aun siendo verdad todo ello, mi querida amiga, no es menos cierto que dentro de ese recinto a diario trabajan, se esfuerzan, ponen sus cinco sentidos para sanar y curar a los pacientes una legi¨®n an¨®nima de personas que, en muchas ocasiones, el mejor salario que perciben por tanta dedicaci¨®n es la sonrisa agradecida del paciente curado o felizmente trasplantado y, por el contrario, su mayor enfado y frustraci¨®n les viene cuando, a pesar de sus desvelos, la ciencia no fue capaz de salvar la vida de un enfermo, como por desgracia sucedi¨® con su querido hijo.
Reiter¨¢ndole mi m¨¢s sentido p¨¦same, me despido con un cordial saludo.
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