'Mujeres impresionistas' muestra en el Bellas Artes de Bilbao la atm¨®sfera ¨ªntima del mundo femenino del XIX
La exposici¨®n estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 3 de febrero
El movimiento impresionista no respetaba las reglas. Su car¨¢cter revolucionario facilit¨® la presencia de las pintoras en sus exposiciones, pero la sociedad francesa de la ¨¦poca segu¨ªa relegando a un segundo plano de la vida p¨²blica a las mujeres. Ellas pintaban, pero en sus cuadros s¨®lo pod¨ªan reflejar su mundo femenino: escenas de la vida dom¨¦stica, de su intimidad y de los c¨ªrculos burgueses en los que se mov¨ªan. Mujeres impresionistas. La otra mirada re¨²ne obras de cuatro pintoras -Mary Cassat (1844-1926), Marie Bracquemond (1840-1916), Eva Gonzal¨¨s (1849-1883) y Berthe Morisot (1841-1895)- que ni formaron un grupo ni compartieron el mismo estilo, pero aportaron la esfera de la vida privada a la iconograf¨ªa del impresionismo. La exposici¨®n que ayer se inaugur¨® en la sala BBK del Museo de Bellas Artes de Bilbao revela 'la atm¨®sfera ¨ªntima' que estas cuatro pintoras, cuya aportaci¨®n a la historia del arte se ha visto ensombrecida por los grandes nombres masculinos del Impresionismo, supieron crear en sus obras.
Las cuatro artistas nunca pensaron en exponer juntas, siguieron estilos de caracter¨ªsticas diferentes y, aunque se conocieron entre s¨ª, nunca formaron un grupo cohesionado. La muestra Mujeres impresionistas, dividida en bloques tem¨¢ticos que enfrentan las pinturas de cada autora, aspira a destacar que cada una de ellas contribuy¨® al proceso de innovaci¨®n del Impresionismo. 'No tuvieron una identidad com¨²n', subray¨® el comisario de la muestra, Xavier Bray, conservador del museo bilba¨ªno. 'Cada una se relacion¨® a su manera con los debates art¨ªsticos y pol¨ªticos de la ¨¦poca, pero no buscaron una identidad de grupo como mujeres pintoras'.
Las cuatro tuvieron el reconocimiento de sus compa?eros impresionistas y contaron con el apoyo y la gu¨ªa de distintos colegas. Gonzal¨¨s fue alumna de Edouard Manet, de quien recibi¨® una gran influencia; Morisot tambi¨¦n tuvo una estrecha relaci¨®n profesional con Manet y Renoir, y Cassat, formada en Filadelfia, trabaj¨® con D¨¨gas. Bracquemond, de origen social modesto, contact¨® a trav¨¦s de su marido con Monet y Renoir.
El origen de la exposici¨®n Mujeres impresionistas. La otra mirada est¨¢ en la obra Mujer sentada con un ni?o en brazos, de Mary Cassat, adquirida por el Museo de Bellas Artes de Bilbao en 1919, en vida de la artista, y considerada una de las obras maestras de sus fondos. Alrededor de la obra de Cassat se han reunido 70 cuadros, entre pintura y obra gr¨¢fica.
El recorrido por la exposici¨®n comienza con una selecci¨®n de retratos de varias de las pintoras realizados por destacados colegas del movimiento impresionista. Degas, por ejemplo, pint¨® a Cassat en varias ocasiones, visitando las salas del Museo del Louvre. Y Manet retrat¨® a Berthe Morisot y a su disc¨ªpula Eva Gonzal¨¨s. Esta peque?a colecci¨®n de retratos que revelan los rostros de las pintoras son, seg¨²n Bray, una presentaci¨®n de las artistas y un punto de comparaci¨®n estil¨ªstica con sus autorretratos y el resto de las obras incluidas en la muestra.
Desde trayectorias e influencias diferentes y aut¨®nomas, las cuatro pintoras coincidieron, se?al¨® Bray, al llevar a sus pinturas una tem¨¢tica distinta a la que cultivaron sus colegas masculinos. 'Estas pintoras crean una atm¨®sfera m¨¢s ¨ªntima', destac¨® el comisario en la sala de exposiciones. 'Tuvieron vetada la entrada a las academias de arte de Par¨ªs, as¨ª que buscaron la inspiraci¨®n en el ambiente m¨¢s cercano y se expresaron, en general, de una forma m¨¢s intuitiva, con m¨¢s libertad'.
Las obras de las mujeres impresionistas han sido ordenadas por temas. El primer bloque est¨¢ formado por los retratos que hicieron a otras mujeres. El segundo grupo de pinturas se agrupan en torno a escenas de toilette. 'Es la visi¨®n de la intimidad de sus protagonistas directas, lejos del enfoque voyeurista que dieron a estos temas sus colegas masculinos, como D¨¨gas que recurr¨ªa a modelos y prostitutas para poder pintar escenas de intimidad', a?adi¨® Bray. En la misma l¨ªnea siguen las obras que plasman escenas dom¨¦sticas, que 'hicieron visible su mundo familiar', y las maternidades.
Las composiciones tomadas de la ¨®pera y el teatro, muy abundantes en las cuatro pintoras, fueron su oportunidad de pintar los ¨²nicos ambientes p¨²blicos en los que pod¨ªan participar. La exposici¨®n se cierra con las escenas al aire libre, 'espacios y horizontes m¨¢s amplios' que sugieren su deseo de buscar 'espacios de mayor libertad'.
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