Reto para la ONU

La guerra de Afganist¨¢n no ha terminado, pero el progresivo desplome del poder talib¨¢n hace necesarias decisiones urgentes de la ONU para evitar que el pa¨ªs centroasi¨¢tico se sumerja en un caos similar al de 1989. Una de ellas, b¨¢sica pero inevitablemente lenta, es el ensamblaje de una conferencia pol¨ªtica de todos los grupos afganos con voz sobre el futuro, algo que, pese a su complejidad, no puede dilatarse en vista del ritmo acelerado de ganancias territoriales de la Alianza del Norte.

Mientras los fragmentados afganos se juntan para intentar erigir un Gobierno provisional capaz de partir de cero, se hace imprescindible el despliegue de tropas que garanticen la seguridad de Kabul y otras ciudades e impidan el control de la emblem¨¢tica capital por alguno de los grupos implicados en la guerra. Esta fuerza multinacional, robusta y numerosa, tendr¨¢ tambi¨¦n que proteger la reanudaci¨®n de la vital ayuda humanitaria y hacer posible el trabajo de quienes han de poner en marcha las estructuras del nuevo Estado. El Consejo de Seguridad aprob¨® el mi¨¦rcoles una prolija resoluci¨®n sobre Afganist¨¢n que da largas a este aspecto crucial.

Esa fuerza sin concretar no deber¨ªa ser el habitual contingente pacificador, d¨¦bil, lento de poner en pie y de mandato ambiguo, que tan malos resultados ha dado en lugares como Bosnia o Somalia. La situaci¨®n, por el contrario, requiere tropas operativas, bien entrenadas y de despliegue r¨¢pido, en d¨ªas o semanas, no meses. Ser¨ªa preferible un contingente legitimado por el Consejo de Seguridad que no dependiera de la burocracia de la ONU en sus tareas diarias. As¨ª se hizo con buenos resultados en Timor.

EE UU, por boca de su ministro de Defensa, ha venido casi a descartarse de la misi¨®n, algo l¨®gico cuando son sus fuerzas armadas las que llevan el peso de la guerra. Pero el Reino Unido tiene ya listos a varios miles de sus mejores soldados, y pa¨ªses musulmanes como Indonesia, Bangladesh, Jordania y presumiblemente Turqu¨ªa -con un ej¨¦rcito disciplinado y moderno- estar¨ªan dispuestos a asumir el grueso de la tarea. El polvor¨ªn afgano exige que la ONU se sacuda su habitual torpor con medidas en¨¦rgicas, r¨¢pidas y flexibles.