Londres y Madrid anuncian que habr¨¢ acuerdos en la cumbre sobre Gibraltar
Caruana no descarta incorporarse al proceso tras la reuni¨®n del martes en Barcelona
Espa?a y el Reino Unido esperan anunciar resultados inmediatos del di¨¢logo sobre Gibraltar cuando los respectivos ministros de Exteriores, Josep Piqu¨¦ y Jack Straw, lo reanuden el pr¨®ximo martes, en Barcelona. Ambas partes reconocen, no obstante, que no podr¨¢ haber avances significativos mientras no se incorpore a las conversaciones el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana. ?ste no descarta hacerlo en el futuro. La reciente asunci¨®n por Londres de la responsabilidad de liquidar el para¨ªso fiscal gibraltare?o en 2005 puede contribuir a que se sume al di¨¢logo.
Lo resultados que, probablemente, se anuncien no ser¨¢n, en efecto, espectaculares. Espa?a est¨¢ dispuesta a activar cerca de 100.000 l¨ªneas telef¨®nicas m¨¢s para el Pe?¨®n -que ped¨ªa un mill¨®n- y a negociar un acuerdo para que los gibraltare?os sean tratados gratuitamente en hospitales espa?oles si no pueden serlo en la Roca. El Reino Unido, por su parte, reiterar¨¢ su voluntad de negociar la soberan¨ªa de la colonia con Espa?a, en los t¨¦rminos del Tratado de Utrecht, mientras se avance paralelamente en el desarrollo de medidas de confianza.
El problema es que medidas m¨¢s ambiciosas, como ser¨ªa un aeropuerto de uso conjunto sobre el istmo, resultan imposibles de aplicar sin colaboraci¨®n gibraltare?a. Adem¨¢s, Londres se mantiene fiel al compromiso recogido en la Constituci¨®n de Gibraltar, de 1969, de que cualquier cambio del estatuto de soberan¨ªa del Pe?¨®n tendr¨¢ que ser aprobado por sus habitantes. De ah¨ª que, aunque incluso el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y su hom¨®logo brit¨¢nico, Tony Blair, hayan proclamado que las negociaciones proseguir¨¢n en cualquier caso, ser¨¢ muy dif¨ªcil avanzar mientras no participe Caruana.
Se da pr¨¢cticamente por seguro que el ministro principal de Gibraltar no estar¨¢ el martes en Barcelona. Su rechazo se produce a pesar de que la diplomacia brit¨¢nica asegura que las condiciones de participaci¨®n exigidas por los gibraltare?os -una voz separada dentro de la delegaci¨®n brit¨¢nica- est¨¢n garantizadas. Fuentes pr¨®ximas a Caruana lo niegan, porque, afirman, Londres les ofrece la posibilidad de oponerse a cualquier acuerdo sobre la soberan¨ªa, pero no sobre las dem¨¢s materias.
En todo caso, la negativa del ministro principal est¨¢ lejos de ser definitiva, y un paso fundamental que dio el pasado martes lo demuestra. Caruana se entrevist¨® en Madrid con el n¨²mero dos de la Secretar¨ªa de Estado para Europa, Carlos Basterreche. Ning¨²n ministro principal de Gibraltar hab¨ªa cruzado el dintel del Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores hasta esa fecha. Es m¨¢s, el propio Caruana desisti¨® en 1998 de la entrevista que le ofreci¨® Abel Matutes, al rechazar antes de que el encuentro se produjera la propuesta de soberan¨ªa compartida que el entonces ministro de Exteriores hizo a Londres.
El ministro principal dijo tras la entrevista con Basterreche que el encuentro hab¨ªa sido 'positivo' y consider¨® que esos contactos directos 'son buenos y normales en democracia'. Fuentes de su entorno a?aden que 'hay que entender que la puerta para participar en futuras fases de las conversaciones queda abierta'.
Lo cierto es que, como afirm¨® Blair durante la visita de Aznar a Londres la semana pasada, la reanudaci¨®n del llamado Proceso de Bruselas, interrumpido desde 1998 a ra¨ªz del fracaso de la propuesta de Matutes, no responde a ning¨²n cambio de Espa?a ni del Reino Unido en las posiciones de principio sobre el contencioso. Tampoco los gibraltare?os renuncian a la autodeterminaci¨®n, que Espa?a no acepta, ni a su rechazo de una negociaci¨®n bilateral entre Madrid y Londres, como la que est¨¢ planteada.
El verdadero elemento nuevo es la voluntad declarada por Londres de resolver el problema. Los brit¨¢nicos han demostrado en experiencias anteriores, como las de Hong Kong o Diego Garc¨ªa, que, cuando deciden descolonizar, pueden actuar de manera incluso dr¨¢stica.
Refuerza esa voluntad la creciente presi¨®n internacional en contra de los para¨ªsos fiscales, como el que sustenta la econom¨ªa de Gibraltar desde que, en marzo de 1991, el Reino Unido redujo a un m¨ªnimo simb¨®lico su presencia militar en la colonia. Si el centro financiero gibraltare?o pierde pujanza, los habitantes de el Pe?¨®n tendr¨¢n buenas razones para aproximar su econom¨ªa a la espa?ola. Esta semana pasada se ha dado un paso fundamental tambi¨¦n en ese contexto.
El Reino Unido acept¨® el pasado mi¨¦rcoles ser responsable directo ante la OCDE de que Gibraltar, como las dem¨¢s ¨¢reas brit¨¢nicas, cumplir¨¢ cuanto se le exija para depurar su econom¨ªa financiera de la opacidad y el secreto en que hoy se sustenta. El compromiso responde a una exigencia de Espa?a, que desde el pasado mes de julio se negaba a aprobar, si no se inclu¨ªa la cl¨¢usula citada, el informe anual de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo sobre la lucha contra las pr¨¢cticas fiscales lesivas. El pacto fue cerrado el pasado 29 de octubre en Luxemburgo por el secretario de Estado para Europa, Ram¨®n de Miguel, con su hom¨®logo brit¨¢nico, Peter Hain, y es tambi¨¦n un signo de los nuevos tiempos.
La OCDE desarrolla desde 1998 un proyecto para que los 35 para¨ªsos fiscales que tiene identificados dejen de serlo antes del 31 de diciembre de 2005.
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