Un tribunal revela graves infracciones en un concurso de plazas de profesor universitario
La esposa de uno de los que lograron una vacante formaba parte de la comisi¨®n de evaluaci¨®n
La Complutense pagar¨¢ cara la adjudicaci¨®n que hizo de tres plazas de profesor asociado en 1997. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia le obliga a abonar a uno de los candidatos, Francisco Duque Colino, las retribuciones que dej¨® de cobrar (unos dos millones de pesetas) al no haberle sido adjudicada una de estas vacantes. El tribunal desvela 'la gravedad de las infracciones cometidas': la esposa de uno de los ganadores era miembro del tribunal y no se le exigi¨® ni a ¨¦ste ni a otro de los profesores que acreditaran los m¨¦ritos que dec¨ªan tener en sus curr¨ªculos.
El de 30 de octubre de 1997 Francisco Duque, psic¨®logo del hospital Gregorio Mara?¨®n, pidi¨® a la Universidad Complutense que anulase la adjudicaci¨®n de tres plazas de profesor asociado para impartir pr¨¢cticas a los alumnos de Psicolog¨ªa en este hospital. Duque consideraba que la composici¨®n de la comisi¨®n de evaluaci¨®n que valor¨® a los cinco candidatos era 'manifiestamente ilegal y nula de pleno derecho', ya que uno de sus miembros, Mar¨ªa Peir¨® Riesco, era esposa de uno de los que obtuvieron una plaza (Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez Mill¨¢n).
El rector de la Complutense, Rafael Puyol -que inicialmente paraliz¨® el concurso-, decidi¨® finalmente, el 25 de febrero de 1998, desestimar el recurso al considerar que la participaci¨®n de Peir¨® en la evaluaci¨®n de los candidatos fue 'absolutamente irrelevante' por dos motivos: primero, porque los miembros de la comisi¨®n evaluadora (dos del Gregorio Mara?¨®n y otros dos de la Complutense) fueron un¨¢nimes en sus calificaciones, y segundo, porque las notas que otorgaron fueron fruto de un baremo acordado entre la universidad y la Consejer¨ªa de Sanidad.
Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia ha quitado la raz¨®n a la Complutense. En una sentencia de fecha 13 de octubre pasado, los magistrados consideran que 'la se?ora Peir¨® intervino directamente en la valoraci¨®n del curr¨ªculo de su esposo, e incluso decidi¨® respecto de la adjudicaci¨®n al mismo de una de las plazas ofertadas'. El ponente, Santiago de Andr¨¦s Fuentes, contin¨²a: 'El hecho de que la puntuaci¨®n obtenida por los distintos concursantes fuera otorgada por unanimidad, no nos puede permitir minimizar, sin m¨¢s, la importancia que pudo tener la intervenci¨®n de la se?ora Peir¨® en la sesi¨®n valorativa'.
Pero el tribunal, adem¨¢s de constatar que la comisi¨®n de evaluaci¨®n no presentaba 'las m¨ªnimas garant¨ªas de imparcialidad y objetividad exigibles', revela otra infracci¨®n: ni P¨¦rez Mill¨¢n, el esposo de Peir¨®, ni otro de los adjudicatarios de las plazas, Mar¨ªa Luisa Die Trill, hab¨ªan acreditado los m¨¦ritos ni la experiencia que aseguraban tener en sus curr¨ªculos. Y ¨¦ste era un requisito exigido en la convocatoria.
La 'gravedad de las infracciones' llev¨® al tribunal a concluir que, 'de haberse seguido el procedimiento regularmente y no haberse valorado m¨¦ritos no acreditados de los dos concursantes que fueron seleccionados, (...) resultar¨ªa que Francisco Duque habr¨ªa sido acreedor de una de las plazas convocadas'. Resuelve, por ello, que Duque 'obtuvo, a todos los efectos, una de las plazas', y obliga a la Complutense a pagarle lo que dej¨® de cobrar al no haber obtenido la vacante, as¨ª como los intereses correspondientes. Seg¨²n los c¨¢lculos de la propia universidad, esta indemnizaci¨®n ascender¨ªa a dos millones de pesetas (por los cuatro a?os en los que deber¨ªa haber trabajado).
'La universidad se ha convertido en una especie de invernadero de la mala hierba', dice Duque, satisfecho del resultado del recurso que present¨® su abogado, Rafael Mateo Alc¨¢ntara. Aun as¨ª, dice que renunciar¨¢ a la plaza que ahora, por derecho, le corresponde. De momento, P¨¦rez Mill¨¢n y Die Trill siguen como profesores adjuntos en el hospital Gregorio Mara?¨®n. Aunque, seg¨²n Duque, les queda poco porque la convocatoria, cuya resoluci¨®n se realiz¨® el 15 de octubre de 1997, era para un trabajo de cuatro a?os.
No era profesora
'No creo que presentemos recurso contra la sentencia', asegura la vicerrectora de Profesorado de la Complutense, Mercedes Doval. ?sta considera que 'no se trata de ning¨²n esc¨¢ndalo y que la universidad actu¨® de buena fe', ya que Peir¨® no fue nombrada por la universidad para la comisi¨®n evaluadora, sino por el hospital Gregorio Mara?¨®n, como establece el convenio con la Consejer¨ªa de Sanidad
Doval aleg¨® que el recurso presentado por Duque se basaba en que Peir¨® era la esposa de P¨¦rez Mill¨¢n, y que la ley de Procedimiento Administrativo contempla que 'la actuaci¨®n de autoridades y personal al servicio de las administraciones p¨²blicas en los que concurran motivos de abstenci¨®n no implicar¨¢ necesariamente la invalidez de los actos en que hayan intervenido'.
La vicerrectora 'est¨¢ convencida' de que, si Duque hubiera alegado inicialmente que dos de los candidatos que obtuvieron la plaza no hab¨ªan acreditado la experiencia profesional que mencionaban en sus curr¨ªculos -como hizo, en cambio, ante el Tribunal Superior-, la universidad habr¨ªa decidido aceptar el recurso. Pero Duque no pudo hacerlo porque no tuvo acceso a los expedientes del concurso hasta que acudi¨® a la v¨ªa judicial.
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