'Mi suerte ha sido no quedarme nunca satisfecho'
Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, a sus 88 a?os, deja hoy la presidencia de Unicef-Espa?a, que ostentaba desde 1989. Ser¨¢ el broche de oro a una cadena de cargos de responsabilidad pol¨ªtica, acad¨¦mica, diplom¨¢tica y religiosa desde los a?os cuarenta. Don Joaqu¨ªn sigue fiel a su genio y figura: nunca denostador, siempre discreto, atento a sacar agua, incluso bendita, de cualquier pozo seco y hasta de las llamas del infierno. Prefiere, m¨¢s que hurgar en el pasado, creer en el futuro. Con humor suave, se aplica a s¨ª mismo las palabras de Antonio Machado: 'Guardo la emoci¨®n de las cosas, pero hay lagunas en mi memoria'.
Pregunta. ?C¨®mo ha hecho usted para pasar por tantos puestos dirigentes y mantener intacta su imagen de honradez?
'Es muy dif¨ªcil ser fiel a la conciencia y actuar con t¨¦cnicas pol¨ªticas: pero ¨¦se es el reto'
Respuesta. Le rectifico a usted m¨ªnimamente: quien mucho abarca, poco aprieta. Creo que he pasado con honestidad. Mi suerte ha sido no quedarme nunca satisfecho; para quedar satisfecho, hay que ser un pretencioso o un ignorante. He cometido errores, pero sin mala intenci¨®n. Aunque tambi¨¦n he aprendido que no basta con la buena intenci¨®n, sino que hay que tener una visi¨®n de las circunstancias concretas.
P. ?La pol¨ªtica es un terreno m¨¢s minado de tentaciones de corrupci¨®n que otros?
R. Es muy dif¨ªcil ser fiel a la conciencia y actuar con t¨¦cnicas pol¨ªticas: pero ¨¦se es el reto.
P. ?Qu¨¦ ha supuesto para usted presidir Unicef?
R. Me ha permitido identificarme con el destino de Unicef, que es lograr el pleno cumplimiento de la Convenci¨®n de Naciones Unidas sobre los Derechos del Ni?o de 1989. Unicef trabaja nada menos que por conseguir que menores y adolescentes vean reconocidos sus derechos y, a la vez, vayan incorpor¨¢ndose a la vida social sin perder los valores. Esa tarea es muy emocionante para todo educador, que es lo que yo he intentado ser. Unicef ha sido lo m¨¢s importante que he hecho, junto con ser Defensor del Pueblo de 1982 a 1987.
P. En 1956, como ministro de Educaci¨®n del Gobierno de Franco, permiti¨® un primer congreso de estudiantes, y fue destituido. ?Crey¨® que podr¨ªa democratizar el r¨¦gimen desde dentro?
R. De 1951 a 1956 cont¨¦ con estupendos colaboradores, y todos sentimos dolor y pena porque lo que intent¨¢bamos no iba a poder ser. Aunque, visto desde ahora, todo avanza en zigzags. Por ello no hay que mirar atr¨¢s con melancol¨ªa, lamentando lo mucho que nos dejamos en el camino. Creo que las puertas que entreabrimos entonces han terminado por abrirse, porque una puerta entreabierta ya no est¨¢ cerrada, hay que aprovechar lo que tiene de abierto. Fue muy arduo trabajar para borrar las huellas de la guerra civil, que gravitaban de modo especial sobre la juventud y siguieron gravitando hasta los a?os sesenta.
P. La Universidad siempre est¨¢ en crisis, desasosegada. Ahora mismo, una nueva ley solivianta a toda la instituci¨®n.
R. Espero que la Universidad espa?ola nunca retroceda a aquel pasado. Si miro atr¨¢s, es evidente el gran paso que hemos dado en el ¨¢mbito universitario. La Universidad es siempre la instituci¨®n que culmina y custodia la conciencia cr¨ªtica de una sociedad. Es la c¨²spide de la conciencia cr¨ªtica en el orden humano. Lo religioso tiene otras reglas.
P. ?C¨®mo sigue de fe?
R. Soy cat¨®lico, siempre lo he sido. He tratado de ser fiel, aunque con resbalones, tropezones, de todo. Y tambi¨¦n con mis momentos de crisis, que he superado con ayuda de mi mujer, de mis hijos, de los amigos. He ido adapt¨¢ndome a los cambios, pero manteniendo mi fidelidad a los valores que me inculc¨® mi padre, que era cat¨®lico y muy, muy liberal , y mi madre, que era creyente.
P. Usted ha tenido una trayectoria muy ligada a la Iglesia: de 1948 a 1951 fue embajador en el Vaticano, el embajador m¨¢s joven de Espa?a, y ha presidido instituciones como Pax Romana o Justicia y Paz. ?Qu¨¦ huella le dej¨® el Concilio Vaticano II, qu¨¦ queda vivo de aquello?
R. Para mi generaci¨®n, el m¨¢ximo ejemplo fue su santidad Juan XXIII. Su concilio fue extremadamente importante, al punto que ya entonces los que comulg¨¢bamos con ese esp¨ªritu vimos que aquellas metas y sue?os no se lograr¨ªan sino en dos o tres generaciones. El Vaticano II supo asumir el di¨¢logo, los signos del cambio. Los padres conciliares no se arrugaron. ?Habr¨¢ un nuevo concilio, el del siglo XXI? La vida siempre trae nuevas exigencias. La vida es fluencia, tambi¨¦n para la Iglesia. La vida es un r¨ªo. Vivir es revisar, es inventar. En fin, a algunos nos queda mucha tarea y muy poco tiempo. Nuestros nietos intentar¨¢n avanzar.
P. En 1962 emprende una aventura ins¨®lita en el periodismo espa?ol, Cuadernos para el Di¨¢logo, que concluir¨¢ ya en la transici¨®n.
R. No fue s¨®lo obra personal m¨ªa, sino de un colectivo que compart¨ªa los valores del concilio y de la lucha por la democracia. Ah¨ª quedan los vol¨²menes y las monograf¨ªas de Cuadernos y, aunque haya cosas envejecidas, creo que es m¨¢s lo a¨²n vivo. Fue un lugar donde coincidieron ideolog¨ªas muy varias, aspectos religiosos contrapuestos, sin nacionalismos pat¨¦ticos, con una inspiraci¨®n universal y humanista. Seguramente ahora ser¨ªa necesario otro Cuadernos que se interrogara sobre el siglo que empieza, no s¨®lo en el sentido economicista, sino de los valores humanos.
P. Aquella etapa le llev¨®, en la transici¨®n, a intentar ganar las primeras elecciones con un partido, Izquierda Democr¨¢tica (ID). No hubo ¨¦xito.
R. Era en realidad IDC, la C de Cristiana. Lo que ocurre es que a los de izquierdas la C les parec¨ªa que adulteraba y a los cristianos que la I desviaba. ?ramos cristianos, pero vimos que hab¨ªa que hacer cambios democr¨¢ticos r¨¢pidos, y eso s¨®lo se pod¨ªa hacer con la izquierda.
P. Pero usted declar¨® que no era partidiario de una Democracia Cristiana.
R. S¨ª, en Espa?a no lo ve¨ªa. En la posguerra la DC hab¨ªa dado resultado en Italia y Alemania, porque en esos pa¨ªses lo cristiano hab¨ªa quedado oscurecido por el totalitarismo y, ca¨ªdas las dictaduras, era un t¨ªtulo de garant¨ªa de avance. En Espa?a las circunstancias eran otras. Pero los historiadores opinar¨¢n. Yo ya no estoy para dar lecciones.
P. ?Publicar¨¢ sus memorias?
R. Tengo miles de p¨¢ginas de todos los temas, y montones de cartas. Si alguien quiere meterse a ordenar esos dep¨®sitos, pues muy bien. Tendr¨¢ que descifrar: mi ortograf¨ªa ha sido m¨¢s o menos correcta, pero mi caligraf¨ªa es jerogl¨ªfica, y cada vez m¨¢s. A uno un d¨ªa le componen en el taller algo, y otro d¨ªa otro algo, pero la verdad es que ya se est¨¢ para el museo. Aunque la verdad es que espero que el siglo sea un gran siglo, de respeto a los valores, un siglo que apriete los v¨ªnculos de la solidaridad humana.
Una duquesa, contra el candidato de Ruiz-Gim¨¦nez
Hoy Unicef-Espa?a vota dos candidaturas para suceder a Ruiz-Gim¨¦nez. Una, grata al Gobierno: Reyes Marcos, duquesa de Fern¨¢ndez Miranda (mujer de Enrique Fern¨¢ndez Miranda, secretario de Estado para Extranjer¨ªa), presidenta de Unicef-Madrid y jefa de protocolo de CajaMadrid. De vicepresidente, ?ngel Nogales, sin v¨ªnculo con Unicef, catedr¨¢tico de Pediatr¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid y supernumerario del Opus Dei. La otra, apoyada por Ruiz-Gim¨¦nez, es la de Francisco Gonz¨¢lez Bueno, vicepresidente primero de Unicef-Espa?a y ex secretario general del Defensor del Pueblo; como vicepresidenta, Consuelo Crespo, presidenta de Unicef-Pa¨ªs Vasco.
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