Los estudiantes vuelven a las calles

Los estudiantes universitarios est¨¢n de nuevo en la calle. Ya no tendr¨¢n que ser sus padres los que les cuenten las carreras delante de los grises, la adrenalina que produce la convicci¨®n de estar viviendo un momento hist¨®rico sobre el asfalto. El m¨¦rito es de la nueva Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU), aprobada por el PP recientemente en el Congreso y que ahora se discute en el Senado. 'El Gobierno ha metido los tanques en la Universidad', dice Jorge Garc¨ªa, estudiante de Sociolog¨ªa. Ah¨ª est¨¢. Hasta el viejo lenguaje de guerra ha sido desempolvado para responder a lo que consideran 'un ataque en toda regla contra la comunidad universitaria'. Fue el pasado mi¨¦rcoles a mediod¨ªa cuando se fragu¨® la mayor protesta universitaria de la democracia. M¨¢s de 200.000 estudiantes salieron a la calle en 53 ciudades para enviar un mensaje muy n¨ªtido a la ministra de Educaci¨®n, Pilar del Castillo: 'No a la LOU. Otra universidad es posible'.

El mi¨¦rcoles hab¨ªa en la calle universitarios de todos los sectores, y ¨¦sa fue la primera victoria que resaltan todos y que ir¨®nicamente atribuyen a la ministra. Jorge Fabra, del Bloque de Estudiantes de Izquierdas, explica su sorpresa por el entendimiento alcanzado entre todas las sensibilidades pol¨ªticas presentes en la Universidad espa?ola: 'En cinco a?os nunca hab¨ªa visto nada parecido. Desde los del centro-izquierda hasta los m¨¢s radicales estamos siendo capaces de reunirnos en una misma sala y llegar a acuerdos. Esto no se consegu¨ªa desde las movilizaciones por la democracia'. Se est¨¢ viviendo en las facultades una actividad inusitada, m¨¢s propia de otros tiempos, asegura Fabra: 'Estamos trabajando el d¨ªa entero, desde dar charlas aqu¨ª y all¨ª hasta doblar folletos o pegar carteles. Para conseguir parar la LOU, estamos dedicando 24 horas al d¨ªa y siete d¨ªas a la semana'.

A modo de s¨ªntesis, los estudiantes quieren lo siguiente: 'Una ley de financiaci¨®n que acompa?e a la reforma y la haga efectiva, ya que sin dinero ser¨¢ inaplicable. No hace falta estar muy bien informado para darse cuenta de que en las facultades falta dinero. Es absurdo propugnar la reforma de la Universidad con uno de los presupuestos en educaci¨®n m¨¢s bajos de la OCDE', detalla Ignacio Feliz de Vargas, estudiante de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica en Valladolid. Tambi¨¦n quieren los estudiantes que se definan claramente los sistemas de acceso. Lo explica muy gr¨¢ficamente Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa: 'No basta con quitar la selectividad. Si cada facultad llega a tener su propia prueba de acceso, vamos a ver autobuses de estudiantes haciendo pruebas de un lado para otro del pa¨ªs'. Hay, adem¨¢s, otro punto que dispara la alarma. 'El PP ya ha privatizado todo (los tel¨¦fonos, las l¨ªneas a¨¦reas..). S¨®lo le faltaba la Universidad. Con la LOU, la investigaci¨®n en la Universidad estar¨¢ regida por los intereses de las empresas y no por el inter¨¦s acad¨¦mico', vaticina Jorge Garc¨ªa. De todas formas, ninguna de estas reivindicaciones, con ser importantes, hubiera sido suficiente para mover de sus pupitres a los estudiantes. Lo verdaderamente importante es que estas reformas, que reconocen necesarias, sean discutidas entre todos los sectores y no vengan impuestas desde el ministerio. Di¨¢logo. ?sta es su principal exigencia.

Seg¨²n el an¨¢lisis que hacen los propios estudiantes, es la tercera vez en los ¨²ltimos 30 a?os que la Universidad en pleno se echa a la calle. La primera vez fue con Franco moribundo, para conseguir la democracia. La segunda, a mediados de los ochenta, para lograr una universidad p¨²blica a la que tuviera acceso todo el mundo, objetivo que lleg¨® -con sus fallos y sus aciertos- con la aprobaci¨®n en 1983 de la Ley de Reforma Universitaria (LRU). Y ahora todos -desde la ministra al estudiante m¨¢s d¨ªscolo- est¨¢n de acuerdo en que ha llegado el momento de disputar el tercer asalto: convertir esa universidad de masas en una de calidad. ?C¨®mo? ?sa es la cuesti¨®n. Y ¨¦ste es el punto de vista de los estudiantes.

'La ley nace muerta desde el momento en que no se consulta con nadie, ni con alumnos, ni con profesores ni tampoco con el personal laboral, y mucho menos con los rectores', lo dice ?ngel Gonz¨¢lez, estudiante de Pol¨ªticas en la Universidad de Granada. ?ngel, que habla en nombre de las asociaciones andaluzas, pone el dedo en la llaga que m¨¢s escuece a los alumnos. La ley se empez¨® a discutir en mayo, justo durante la ¨¦poca de ex¨¢menes; se tramit¨® en el Congreso durante el verano, con los estudiantes de vacaciones, y se someti¨® a la votaci¨®n de los diputados reci¨¦n empezado el curso. Es ahora, con la ley ya en el Senado, cuando la comunidad universitaria, que lleva urdiendo una respuesta contundente desde el verano, ha conseguido abarrotar las calles.

'No hemos querido salir a dar la cara de mala forma. Desde el principio tuvimos claro que nos daban igual los planes del Gobierno. Lo primero era informar a los estudiantes y ponernos todos de acuerdo', explica Jorge Garc¨ªa, representante en Junta de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid. Garc¨ªa, que adem¨¢s milita en las Juventudes de Izquierda Unida, a?ade: 'Si la idea es parar la ley, da igual que est¨¦ en tr¨¢mite, aprobada o no'. Si la primera gran movilizaci¨®n estudiantil estuvo marcada por las canciones de Raimon, la de ahora tiene su icono en una careta blanca con la boca tapada. As¨ª expresan los estudiantes su frustraci¨®n porque el Gobierno del PP no les haya pedido opini¨®n para elaborar una ley fundamental para ellos.

Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, presidente de la Confederaci¨®n Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae). Garc¨ªa, alumno de Pol¨ªticas en la Complutense, deja claro que, una vez que se consiga retirar la LOU, el Gobierno debe abrir 'un debate p¨²blico entre todos los sectores implicados para hacer la reforma universitaria que de verdad se necesita'. 'Y ese debate', a?ade Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, 'no puede liderarlo esta ministra, porque ha insultado a toda la comunidad universitaria y ha conseguido un grado de enfrentamiento insalvable'. En su ya lucha encarnizada contra Pilar del Castillo, los estudiantes ofrecen un dato que, dicen, la retrata: las 800 enmiendas a la Ley Org¨¢nica de Universidades se debatieron entre las once de la ma?ana de un lunes hasta las cuatro de la madrugada siguiente. Los diputados pararon s¨®lo tres cuartos de hora para comer. Todo qued¨® solventado al trote, en un s¨®lo d¨ªa. Todos los grupos parlamentarios, menos el PP y CC, calificaron este calendario de 'ins¨®lito'.

Desde la acera del PP se cree que no es para tanto. Desde Manuel Fraga hasta los portavoces de Nuevas Generaciones, pasando por la propia titular de Educaci¨®n, consideran que los estudiantes est¨¢n saliendo a la calle m¨¢s por rebeld¨ªa juvenil y ganas de juerga que contra la ley. Garantizan que la gran mayor¨ªa no tiene ni idea del contenido de la reforma. 'A las manifestaciones no s¨®lo est¨¢n yendo universitarios', se queja Pedro Ciriza, estudiante de Derecho en la Complutense y militante de Nuevas Generaciones del PP, 'tambi¨¦n est¨¢ asistiendo mucha gente joven, de 17 o 18 a?os; a la gente le encanta protestar, salir a la calle y montar el cirio, pero no es as¨ª como se arreglan los problemas'. Seg¨²n Ciriza, 'la gente que protesta est¨¢ sufriendo una manipulaci¨®n pol¨ªtica, m¨¢s que a la ley est¨¢n atacando al Gobierno'.

Es ¨¦sa precisamente la acusaci¨®n de que los universitarios se est¨¢n manifestando a tontas y a locas, sin saber muy bien por qu¨¦, lo que m¨¢s crispa a los l¨ªderes estudiantiles. 'La ministra puede fanfarronear de que no estamos informados porque ¨¦se es su m¨¦rito; el ministerio ha llevado a cabo una campa?a de desinformaci¨®n desde el principio', contraataca Kamel Karabelli, representante de la Federaci¨®n de Asociaciones de Estudiantes (FAES). Karabelli, que estudia Inform¨¢tica de Sistemas por la Universidad a Distancia (UNED), a?ade: 'La t¨¢ctica de Pilar del Castillo incluye dos fases. Primero, un proceso oscurantista de elaboraci¨®n. Y, luego, dejar que pase el tiempo'.

Quiz¨¢s el error del PP, seg¨²n reflexionan los estudiantes, haya sido pensar que la Universidad segu¨ªa dormida, que s¨®lo los rectores alcanzar¨ªan a esbozar alguna protesta, que ya quedaron definitivamente superados los tiempos de la revuelta estudiantil. 'Y es verdad que hace un a?o', admiten Mar¨ªa del Mar Garc¨ªa y ?ngel Gonz¨¢lez, estudiantes de la Universidad de Granada, 'esta movilizaci¨®n hubiera sido impensable. Ha sido muy dif¨ªcil mover a la gente, sobre todo en Andaluc¨ªa, donde est¨¢ especialmente dormida'. Hasta ahora, a?aden, se hab¨ªan manifestado los de siempre. La diferencia con cualquier protesta anterior es que al toque a rebato ha acudido gente que no sab¨ªa lo que era una manifestaci¨®n. 'Hay una gran masa que es muy dif¨ªcil de mover', dice Mar¨ªa del Mar, 'pero ahora existe una nueva mentalidad cr¨ªtica, ganas de luchar, una nueva conciencia universitaria, y eso, pese a lo que diga la ministra, se ha conseguido gracias a la informaci¨®n; gracias a que los de siempre hemos informado a los dem¨¢s. La gente sale a la calle porque sabe de qu¨¦ va la ley'.

No es mentira, sin embargo, que esta protesta tan masiva hubiera sido imposible hace un a?o.Los movimientos de izquierda que la lideran admiten que las campa?as antiglobalizaci¨®n, donde muchos tambi¨¦n militan, ha ayudado enormemente a articular una protesta de ¨¢mbito nacional. Es lo que ellos llaman con bastante orgullo 'el efecto G¨¦nova'. No en vano el lema 'otra universidad es posible' est¨¢ inspirado en 'otro mundo es posible', frase bandera del movimiento antiglobalizaci¨®n desde que se acu?¨® a principios de este a?o en Porto Alegre (Brasil).

En la calle, y m¨¢s despiertos que nunca, los j¨®venes tienen conciencia de estar viviendo un momento hist¨®rico, nada m¨¢s y nada menos que la resurrecci¨®n del poder de la Universidad. Por tanto, creen que tarde o temprano el presidente Aznar tendr¨¢ que hacerles caso. 'Las manifestaciones est¨¢n siendo impresionantes', dice Tom¨¢s de Frutos, estudiante de Ingenier¨ªa Qu¨ªmica en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, '?c¨®mo no nos vamos a sentir poderosos? En la calle hay verdadera sensaci¨®n de que podemos cambiar las cosas. Le estamos robando portadas a la guerra'.

?sta no es, en cualquier caso, una protesta triste. Los j¨®venes se est¨¢n tomando con bastante chanza lo que consideran 'el ¨²nico intento de la ministra' por acercarse a ellos. 'Cuando ya hab¨ªamos hecho todo el trabajo para recabar informaci¨®n y difundirla por las facultades', recuerda Jorge Fabra, 'nos mandaron desde el Ministerio de Educaci¨®n un resumen del proyecto de ley explicado con flechitas, dibujitos y cuadritos. Se?ora ministra, no soy un teletubbie'.

Con informaci¨®n de Xos¨¦ Hermida en Santiago de Compostela.