El c¨®nsul intent¨®, sin ¨¦xito, abrir otras dos oficinas en la ciudad
Durante once meses, Mohamed el Haiti no pudo acceder al primer local de 1.400 metros cuadrados que hab¨ªa alquilado para trasformarlo en consulado de Marruecos en el barrio de la Pescader¨ªa de Almer¨ªa.
Poco despu¨¦s de firmar, en diciembre pasado, el contrato, que estipulaba un alquiler mensual de un mill¨®n de pesetas, se dio cuenta de que sus vecinos, muchos de ellos pescadores, no eran nada acogedores. Cuando en abril qued¨® claro que Marruecos no renovaba el acuerdo de pesca, las reticencias del entorno se convirtieron en franca hostilidad.
Pese a la presencia policial en las puertas del local, los piquetes imped¨ªan al c¨®nsul entrar en las dependencias. 'No podemos emplear la fuerza', le explicaban los agentes, 'porque el barrio se nos echar¨ªa encima'. 'No era el momento id¨®neo para instalarse all¨ª', reconoce el alcalde de Almer¨ªa, Santiago Mart¨ªnez Cabrejas. 'Pod¨ªa parecer una provocaci¨®n'.
Aunque tuvo que sufragar el alquiler hasta octubre, El Haiti desisti¨® en verano de abrir las oficinas de la Pescader¨ªa y se puso a buscar otro local. En septiembre se fij¨® en uno de la calle de Gerona, pero apenas manifest¨® su inter¨¦s aparecieron pintadas antimarroqu¨ªes y surgi¨® otro inquilino.
A finales de octubre encontr¨® en una antigua parroqu¨ªa de la calle de Soldado Espa?ol, frente a la Comandancia de la Guardia Civil, un tercer local que por su ubicaci¨®n y dimensiones reun¨ªa los requisitos, pero tambi¨¦n los vecinos se han resistido hasta esta semana.
Marruecos no tiene suerte con sus consulados en Andaluc¨ªa. El primero que abri¨®, en M¨¢laga, fue cerrado de sopet¨®n en diciembre de 1995. Rabat protest¨® as¨ª por la detenci¨®n del c¨®nsul, Jalifa el Bai, y su traslado a la Audiencia Provincial tras ser acusado por un inmigrante de lesiones y detenci¨®n ilegal por fumar durante el mes de ayuno del Ramad¨¢n. Aquel episodio provoc¨® una mini crisis diplom¨¢tica entre Rabat y Madrid.
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