Socialdemocracia es igual a capitalismo civilizado
Cuando declinaba el siglo XX y el llamado socialismo real -un eufemismo por comunismo- sucumbi¨® como una enorme carcasa vac¨ªa, fue costumbre preguntar por el futuro de la socialdemocracia, o simplemente anunciar su fin y escribir un regocijado obituario. Cierto que por aquellos a?os, nadie que se preciara dej¨® de profetizar el fin de cualquier cosa y el comienzo de otra radicalmente nueva: as¨ª ocurri¨® con el Estado-naci¨®n que muchos tuvieron por muerto; con la pol¨ªtica, que no pocos dieron por volatilizada, y hasta con la historia, cuyo fin anunci¨® alg¨²n experto en filosof¨ªa hegeliana. En aquella puja por anunciar el fin de tantas cosas, el socialismo o la socialdemocracia ocup¨®, como era l¨®gico esperar tras el derrumbe del comunismo, un lugar de privilegio.
CIEN A?OS DE SOCIALISMO
Donald Sassoon. Traducci¨®n de Miguel Izquierdo Ram¨®n Edhasa. Barcelona, 2001 1.096 p¨¢ginas. 9.500 pesetas
Aguijoneados por la arrogante satisfacci¨®n neoliberal que atribuy¨® la crisis del capitalismo a los errores fatales del socialismo y propuso como gran remedio el adelgazamiento o la supresi¨®n del Estado, no faltaron investigadores que pusieron manos a la obra para ver qu¨¦ hab¨ªa ocurrido realmente en la reciente historia de los partidos socialistas. Entre ellos, Wolfgang Merkel demostr¨®, de manera convincente, no s¨®lo que est¨¢bamos lejos de un final de la socialdemocracia, sino que la suerte corrida por los partidos socialistas en los a?os de su presunto final dependi¨® m¨¢s de su capacidad para responder a las transformaciones del capitalismo y del Estado que a causas estructurales.
La investigaci¨®n exhaustiva
de Donald Sassoon se sit¨²a en la misma direcci¨®n: indagar lo ocurrido durante el ¨²ltimo tercio de siglo con la socialdemocracia europea sin proyectar ning¨²n determinismo sobre su pasado ni precipitar ninguna profec¨ªa sobre su futuro. Partiendo del supuesto de que el socialismo ha alterado la naturaleza tanto del capitalismo como de los Estados europeos, es decir, de que la historia de esas dos grandes creaciones que son el capital y el Estado habr¨ªa sido muy diferente sin el socialismo, Sassoon ha buceado en las ra¨ªces de la presente crisis remont¨¢ndose hasta la creaci¨®n de la Internacional Obrera y Socialista para averiguar en qu¨¦ ha consistido exactamente esa alteraci¨®n.
Su respuesta constituye el m¨¢s ambicioso y logrado intento de dar cuenta en un solo libro, y por un solo autor, de la trayectoria del socialismo en Europa occidental concediendo una atenci¨®n espec¨ªfica a los diferentes recorridos de los partidos nacionales y a diversas alternativas que nunca llegaron a cuajar. La magnitud del empe?o requer¨ªa asentarlo sobre la firme armaz¨®n de los dos grandes partidos socialdem¨®cratas, el alem¨¢n y el brit¨¢nico, a los que concede m¨¢s atenci¨®n que a sus hom¨®logos franc¨¦s e italiano, incapaces de crear estructuras tan s¨®lidas. Aqu¨ª y all¨¢ sigue tambi¨¦n las diversas fortunas de los partidos n¨®rdicos, siendo mucho menor, y hasta nula en buena parte del recorrido, la atenci¨®n que merecen socialismos como los de Espa?a, Portugal y Grecia. No todo se puede tratar con detalle en un solo libro, aunque sea tan exhaustivo como ¨¦ste.
El inter¨¦s y calidad del relato aumenta con el discurrir del tiempo. La primera parte -Expansi¨®n- cubre desde la fundaci¨®n de la Internacional Obrera hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Algo m¨¢s de cien p¨¢ginas que, si prestan atenci¨®n a la escisi¨®n comunista, pasan por alto muchas cuestiones laterales y algunas fundamentales que conciernen a los socialistas en el periodo de entreguerras. Sabe a poco la atenci¨®n dedicada a la pol¨ªtica de la socialdemocracia alemana desde su llegada al poder el d¨ªa siguiente de la ca¨ªda del k¨¢iser hasta su derrota frente a Hitler y tal vez pudo explorarse algo m¨¢s en las derivaciones de las pol¨ªticas de frente popular en Francia y Espa?a durante los a?os treinta. Pero ¨¦sta es una opci¨®n del autor perfectamente leg¨ªtima puesto que las tesis fuertes de su obra se encuentran en los libros segundo y tercero, los titulados Consolidaci¨®n y Crisis.
A partir de 1945, en efecto, estos Cien a?os de socialismo cambian de ritmo, m¨¢s pausado, y de contenido, m¨¢s complejo. Su gran acierto consiste en una sabia mezcla de pensamiento socialista con las estrategias de los partidos en cada coyuntura pol¨ªtica, sin olvidar los cambios estructurales inducidos en los Estados nacionales como respuesta a las exigencias de las dos grandes guerras: hacia dentro, con el incremento de su intervenci¨®n en la econom¨ªa, y hacia fuera, con la inexorable interdependencia derivada de las alianzas selladas para hacer frente al esfuerzo b¨¦lico. De este modo, cuestiones fundamentales como la construcci¨®n del Estado de bienestar o el control del capitalismo por medio de nacionalizaciones y planificaci¨®n, dejando a salvo la propiedad privada y el mercado, se estudian como respuestas a situaciones concretas de las que no son ajenas los condicionantes exteriores a cada Estado: la guerra fr¨ªa y el atlantismo.
Gracias a esta variedad de ingredientes,
que se repiten luego, cuando se abordan los grandes debates y los nuevos retos de los a?os setenta, la obra de Sassoon evita las trampas de las cl¨¢sicas historias del pensamiento socialista, aunque podr¨¢ encontrarse en ella la sustancia de ese pensamiento; tampoco es un mero recordatorio de las estrategias para alcanzar el poder o ejercer la oposici¨®n, pero no queda ninguna de ellas sin analizar o comentar; ni se limita, en fin, a evaluar una serie m¨¢s o menos fragmentaria de las pol¨ªticas decididas en cada caso, pero a todas pasa revista. Lo que de verdad convierte a esta obra en un trabajo imprescindible para la historia del socialismo europeo es el an¨¢lisis que ofrece de decisiones pol¨ªticas tomadas en el marco de unas cambiantes estrategias que tratan de responder a las transformaciones del capital, el crecimiento del Estado y las constricciones de la pol¨ªtica exterior en dos momentos cruciales: la segunda posguerra y el fin de la edad de oro del capitalismo.
Haberlo logrado en un relato ¨¢gil, salpicado con gotas de humor e iron¨ªa t¨ªpicamente brit¨¢nicas, manejando una bibliograf¨ªa apabullante, permite a Sassoon culminar su recorrido en una s¨ªntesis muy plausible de aquella alteraci¨®n de la historia del capitalismo en la que ha consistido la secular presencia del socialismo: la socialdemocracia ha civilizado al capital. ?se es el ¨¦xito del socialismo, pero ¨¦se es tambi¨¦n su fracaso: en su origen, el socialismo no se hab¨ªa propuesto modificar al capitalismo sino abolirlo; su fracaso, dice Sassoon, es inherente a la naturaleza de la relaci¨®n entre pol¨ªtica y capitalismo moderno. Ahora bien, una vez fracasado en su ¨¦xito, o sea, una vez civilizado el capital y asentado el Estado democr¨¢tico y de bienestar, ?qu¨¦ futuro le queda al socialismo? Y en este punto, Sassoon no se aventura m¨¢s all¨¢ de recordar que a partir de los a?os ochenta el marco en que operaba la socialdemocracia -el Estado nacional- ha cambiado. De c¨®mo sepan los socialistas afrontar ese cambio depender¨¢ su futuro, como depende tambi¨¦n el de todos los dem¨¢s partidos y hasta el de la misma pol¨ªtica: no es mucho saber pero es algo m¨¢s, y m¨¢s estimulante, que escuchar cada dos por tres el sonsonete del fin de la socialdemocracia.
Espa?a a dos velas
COMO SASSOON apenas se ocupa del socialismo espa?ol hasta la muerte de Franco y la transici¨®n a la democracia, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Ramos presta en su largo ap¨¦ndice m¨¢s atenci¨®n a lo m¨¢s remoto y pasa al vuelo por lo m¨¢s reciente. Los ¨²ltimos 25 a?os, cruciales en la historia del socialismo espa?ol, apenas merecen unos ligeros comentarios: poco sabemos de las posiciones de los socialistas espa?oles ante las grandes cuestiones que han agitado a la socialdemocracia internacional en este cuarto de siglo. No mucha mayor atenci¨®n se dedica al largo exilio y a la oposici¨®n interior, de los que, sin embargo, Mart¨ªn Ramos ha demostrado ser magn¨ªfico conocedor. La parte del le¨®n de su trabajo se la lleva el periodo comprendido entra la fundaci¨®n del PSOE y el final de la guerra civil, que el autor domina con solvencia, pero que se aleja del prop¨®sito central de la obra: seguir la fortuna del socialismo europeo desde los debates sobre el Estado de bienestar y la pol¨ªtica atlantista de los a?os cuarenta y cincuenta hasta el nuevo revisionismo de los ochenta y la crisis que vino despu¨¦s. De todo eso, en lo que concierne al socialismo espa?ol nos quedamos, como aquel que dice, a dos velas.
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