Vecinos de Mungia se enfrentan a simpatizantes y cargos de Batasuna

Mungia (Vizcaya) se neg¨® ayer a silenciar su rabia e indignaci¨®n por el asesinato de la v¨ªspera, en Beasain (Guip¨²zcoa), de los agentes de la Ertzaintza Ana Isabel Arostegi y Javier Mijangos. Lo de menos fueron los gritos de los vecinos contra los concejales de Batasuna en el pleno de condena. La Polic¨ªa Municipal tuvo que intervenir, terminado el acto, para evitar que los enfrentamientos fueran a mayores.

El dolor ante los atentados mortales de ETA nunca se manifiesta de id¨¦ntica forma en el Pa¨ªs Vasco. En Mungia, localidad natal de Arostegi, sali¨® ayer a relucir la ira y en Beasain, la frialdad. Ambos municipios hab¨ªan convocado plenos de urgencia para condenar la ¨²ltima acci¨®n asesina de la organizaci¨®n terrorista.

El primer pleno se celebr¨® a mediod¨ªa en el municipio en el que cayeron asesinados los dos agentes de la polic¨ªa auton¨®mica. En la sala, atestada de vecinos y de representantes de todos los partidos pol¨ªticos, el alcalde Jon Jauregi (PNV) -tambi¨¦n presidente de la Udalbiltza del PNV-EA- ped¨ªa a los presentes que se escucharan todas las intervenciones, tambi¨¦n la de Batasuna. 'Solicito', dijo antes de leer el texto de condena aprobado por PNV-EA, PSE y PP, 'un comportamiento c¨ªvico, respetuoso con todos los planteamientos e ideas'. La sala sigui¨® sus dictados al pie de la letra; escuch¨® ambas mociones en silencio. De entre el p¨²blico salieron algunos gritos para recriminar la postura de los ediles de Batasuna: 'C¨®mplices', 'condenarlo', 'hip¨®critas'. Pero no fueron m¨¢s que intentos acallados con siseos. Todos se silenciaron en un ambiente g¨¦lido.

Beasain fue s¨®lo una cara de la moneda. Media hora despu¨¦s, comenzaba en Mungia -tambi¨¦n gobernada por el PNV- otro pleno convocado de urgencia. Los vecinos escucharon estoicamente el texto aprobado despu¨¦s por PNV, EA, PP y PSE. Pero no quisieron contener su rabia cuando los ediles de Batasuna insistieron en que el doble asesinato era una consecuencia del 'conflicto' vasco. 'No queremos o¨ªr eso. Batasuna, laguntzaile (colaboradora)'. La impotencia se transform¨® en gritos. 'S¨®lo quer¨¦is los derechos humanos para vosotros, asesinos, basta ya'. Hubo incluso quien pidi¨® la ilegalizaci¨®n del partido de Arnaldo Otegi.

La tensi¨®n era tal, que el alcalde, Jos¨¦ Antonio Torrontegi, se vio obligado a intervenir en varias ocasiones. Algunos vecinos abandonaron la sala absolutamente irritados y se encontraron en su camino con simpatizantes de Batasuna. Fue entonces cuando comenzaron los empujones, insultos y forcejeos. 'Asesinos, nazis'. La Polic¨ªa Municipal evit¨® que el enfrentamiento llegase a las manos. Mientras, las familias de los dos ertzainas sufr¨ªan en la intimidad. Hoy despedir¨¢n a Arostegi en la iglesia San Pedro de Mungia y a Mijangos, en la localidad burgalesa de Bujedo, donde resid¨ªa con su esposa.