Miles de personas se manifiestan en Beasain contra los terroristas
El silencio s¨®lo se rompi¨® cuando la cabeza de la manifestaci¨®n lleg¨® a la rotonda de Zaldizurreta de Beasain, el lugar donde dos pistoleros de ETA asesinaron el viernes a los agentes de la polic¨ªa vasca Ana Isabel Arostegi y Javier Mijangos. 'Gora gure Ertzaintza. Aurrera' (Viva nuestra Ertzaintza. Adelante). Hasta entonces, miles de personas, vecinos de la localidad y autoridades pol¨ªticas, sindicales y sociales, hab¨ªan caminado por las calles de la localidad sin mediar palabra, conteniendo su rabia incluso a su paso por la Herriko Taberna, sede social de Batasuna.
Pero los ramos de flores y una ikurri?a con cresp¨®n negro quebraron esa quietud. Y asom¨® t¨ªmidamente la rebeld¨ªa que proclamaba un escrito en el mismo lugar del atentado: 'Ana y Javier, ertzainas que cuidan al pueblo porque el pueblo se lo pide. Os han matado porque los enemigos del pueblo saben que os van a encontrar enfrente'. Los manifestantes permanecieron parados unos minutos y aplaudieron antes de reiniciar su marcha.
La manifestaci¨®n arranc¨® sobre las 19.30 de las inmediaciones del Ayuntamiento. A la cabeza, portando la pancarta de Paz y libertad, ETA no, se encontraban entre otros, el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe; el vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy; el consejero del ramo, Javier Balza, y los secretarios generales de UGT de Euskadi y ELA, Carlos Trevilla y Jos¨¦ Elorrieta. No hubo, sin embargo, ning¨²n representante sindical de la Ertzaintza a la cabeza de la marcha. El mayoritario, Erne, decidi¨®, pese a los requerimientos de Interior, no ocupar su plaza para marcar as¨ª la distancia con la pol¨ªtica del Departamento.
No a la imposici¨®n
Miles de ciudadanos y l¨ªderes de todos los partidos pol¨ªticos, salvo de EH, discurrieron tras ellos hasta la calle de Sempelar, donde se encuentra situada la comisar¨ªa de la Ertzaintza. Una vez all¨ª, el alcalde de Beasain, Jon Jauregi (PNV), ley¨® la moci¨®n aprobada por el Ayuntamiento. 'Los vascos', repiti¨®, 'jam¨¢s aceptar¨¢n la imposici¨®n de un proyecto en contra de la voluntad mayoritaria de la ciudadan¨ªa'.
Pero tras estas palabras, tras las concentraciones de repulsa celebradas en municipios de todo el Pa¨ªs Vasco, quedan dos familias deshechas. La de Javier Mijangos lo dej¨® ayer claro: 'Nos lo han matado brutalmente (...). Han dejado unas familias destrozadas. Pero ya no nos lo quitar¨¢n, pues permanece en nosotros para siempre con su sonrisa'. Y pidi¨® que 'no se convierta en un n¨²mero m¨¢s de las estad¨ªsticas', ni que se 'utilice su nombre para beneficio de nadie'.
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