Bush advierte de que EE UU debe dar ahora los 'pasos m¨¢s dif¨ªciles'

La guerra no ha hecho m¨¢s que empezar, y los estadounidenses deben prepararse para 'tiempos dif¨ªciles'. El presidente de EE UU, George W. Bush, insisti¨® ayer, en su mensaje radiof¨®nico de los s¨¢bados, en que el hundimiento del r¨¦gimen talib¨¢n era s¨®lo el principio. 'Ahora debemos dar los pasos m¨¢s dif¨ªciles', dijo, refiri¨¦ndose a que miles de guerrilleros talibanes y de Al Qaeda se ocultaban en las monta?as afganas.

El presidente record¨® que la campa?a no se limitaba a Afganist¨¢n. 'Nuestros enemigos se ocultan y conspiran en muchos pa¨ªses; son taimados y despiadados', afirm¨®.

Una vez m¨¢s, Bush dej¨® en el aire la gran pregunta: ?se extender¨¢ la guerra a otros pa¨ªses? La Casa Blanca ha emitido esta semana numerosas se?ales de que piensa en Irak; los principales responsables de la pol¨ªtica exterior, el secretario de Estado, Colin Powell, y la asesora de seguridad nacional, Condoleezza Rice, han expresado su convicci¨®n de que Sadam Husein almacena armas qu¨ªmicas y constituye un peligro.

El mi¨¦rcoles pasado, ante una audiencia militar, el propio Bush anunci¨® que el Ej¨¦rcito de Estados Unidos deber¨ªa actuar en 'distintas zonas del mundo' en un futuro pr¨®ximo. Y el vicepresidente, Dick Cheney, estim¨® que la guerra pod¨ªa durar 'diez a?os', sin m¨¢s especificaciones.

En el mensaje radiof¨®nico a la naci¨®n, George W. Bush volvi¨® a advertir a los Gobiernos que protegen a grupos terroristas que el Pent¨¢gono estaba dispuesto a lanzar ataques preventivos. Estados Unidos, dijo, 'no esperar¨¢ a que los terroristas intenten atacarnos otra vez. Donde sea que se oculten, y donde sea que conspiren, seremos nosotros quienes atacaremos'. 'Creemos que nuestra causa es justa', sigui¨®. 'Combatiremos todo el tiempo que haga falta, y venceremos'. Bush realiz¨® su alocuci¨®n desde la finca rural de Camp David (Maryland), donde se recluy¨® el mi¨¦rcoles por la tarde para pasar con su familia el D¨ªa de Acci¨®n de Gracias, celebrado el jueves, y el largo fin de semana que acompa?a a la festividad m¨¢s importante para los estadounidenses.

Buena parte del discurso presidencial se dedic¨® al esp¨ªritu de estas jornadas y a mantener elevada la moral del pa¨ªs. 'El mal que nos deseaban los terroristas', explic¨®, 'ha resultado en un bien que nunca habr¨ªan esperado, y estos d¨ªas los americanos tienen muchas razones para dar las gracias. Estamos agradecidos a nuestros nuevos h¨¦roes, los polic¨ªas, los bomberos, los miembros de los servicios de urgencia, que han renovado nuestro respeto por los servicios p¨²blicos y nos han ofrecido una duradera lecci¨®n de valent¨ªa. Estamos agradecidos a los hombres y mujeres de nuestro Ej¨¦rcito, que defienden nuestras vidas y nuestra libertad con habilidad, honor y ¨¦xito'.

La opini¨®n p¨²blica estadounidense empieza a alarmarse ante la actuaci¨®n del fiscal general, John Ashcroft, y su pol¨ªtica de detenciones indiscriminadas de inmigrantes procedentes de Oriente Pr¨®ximo o de pa¨ªses musulmanes, sin derecho a juez ni abogado, y ante la perspectiva de que los sospechosos de terrorismo sean juzgados en secreto por tribunales militares, sin publicaci¨®n de las acusaciones, de la sentencia o incluso del nombre del reo. El presidente Bush intent¨® disipar esas inquietudes apelando al profundo sentimiento de autosatisfacci¨®n que caracteriza al ciudadano medio del pa¨ªs. 'Estamos agradecidos', sigui¨®, 'por la decencia del pueblo americano, que defiende la tradici¨®n de tolerancia y libertad religiosa'. 'Este pa¨ªs', concluy¨®, 'tiene un coraz¨®n bueno y generoso'.