Grupos de presos en Mazar-i-Sharif resisten amotinados entre cad¨¢veres
Estados Unidos y la Alianza preparan el asalto final a la fortaleza
A pesar de los bombardeos estadounidenses, la rebeli¨®n de mercenarios extranjeros talibanes en la fortaleza de Qila-i-Jhangi, en las afueras de Mazar-i-Sharif, no estaba dominada anoche. Cientos de presos y combatientes de la Alianza han muerto. La cifra exacta a¨²n no se conoce. La Cruz Roja no logr¨® acceder al fuerte. Tampoco lo consiguieron, debido a los intensos combates, los 40 miembros de las fuerzas especiales de EE UU.
En el interior de este fuerte del siglo XIX, que tiene una ciudadela coronada por una inmensa c¨²pula azul, tiene su cuartel, y tambi¨¦n una prisi¨®n, el general uzbeko Abdul Rashid Dostum. All¨ª encerr¨® a unos 500 extranjeros, muchos de ellos miembros de la red de Al Qaeda, que combat¨ªan con los talibanes en Kunduz. Anoche todav¨ªa resist¨ªan en el interior unos 50 prisioneros en una actitud suicida. Por tanto, unos 450 habr¨ªan muerto o depuesto las armas. Los accesos al fuerte estaban completamente cerrados, pero, seg¨²n las agencias de prensa internacionales presentes en la zona, segu¨ªan escuch¨¢ndose el tableteo de las ametralladoras, tiros de armas ligeras y explosiones de mortero.
Los presos arrebataron el domingo las armas a sus guardianes y se liaron a tiros con todo lo que se mov¨ªa. Un corresponsal de Reuters que se encontraba en el interior de la fortaleza al iniciarse los combates asegur¨® que, adem¨¢s de varios periodistas, tambi¨¦n se encontraba en el fuerte un misterioso norteamericano, con un tel¨¦fono sat¨¦lite, que seguramente era miembro de las fuerzas especiales estadounidenses, con la misi¨®n de interrogar a los presos.
El Pent¨¢gono confirm¨® ayer que varias decenas de soldados estadounidenses fueron desplazados a la zona para poner fin al mot¨ªn. Un testigo declar¨® que se hab¨ªan escuchado 'tiros y bombardeos' durante toda la noche. Pero, a pesar de las bombas ca¨ªdas en el mismo fuerte y de la fiereza con que las tropas de Dostum trataron de reducir a los amotinados, no lo consiguieron. Abdul Wahid, portavoz del partido Hezb-i-Wahdat, dijo que si hoy no se rend¨ªan forzar¨ªan la entrada en el fuerte y acabar¨ªan con todos. Wahid reconoci¨® quye entre los m¨¢s de 100 muertos de la Alianza, se encuentra Nadir Al¨ª Jan, que acababa de ser nombrado nuevo jefe de la polic¨ªa de la provincia de Balj, de la que Mazar-i-Sharif es la capital.
La violenta rebeli¨®n del fuerte de Qila-i-Jhangi es una prueba m¨¢s de que esta zona del norte de Afganist¨¢n sigue inmersa en una situaci¨®n incierta e insegura, aunque fue la primera en ser capturada por la oposici¨®n antitalib¨¢n durante su ofensiva. Un portavoz de Naciones Unidas, Jaled Mansour, asegur¨® ayer en Kabul que la ONU hab¨ªa pedido a Dostum que 'garantizase la seguridad' para los env¨ªos de alimentos y ayuda humanitaria y 'que respetase los derechos humanos en las zonas que controla'. Esta advertencia de la comunidad internacional a un general que, en teor¨ªa, forma parte de los aliados de Occidente en Afganist¨¢n, la Alianza del Norte, refleja hasta qu¨¦ punto es problem¨¢tico el panorama en Mazar. Mansour asegur¨® que hab¨ªan recibido informaciones sobre el hostigamiento al que eran sometidas trabajadoras de organizaciones humanitarias en la ciudad m¨¢s importante del norte del pa¨ªs.
Naciones Unidas tampoco considera seguras las rutas por el norte, en gran parte debido a la posible presencia de elementos incontrolados de las milicias talibanes, que pueden haberse lanzado a los caminos tras haber sido derrotados. Los convoyes que llegan desde Taloqan hasta Kabul siguen dado un rodeo de tres d¨ªas por infernales caminos de cabras cuando por la carretera, en teor¨ªa en poder de la Alianza del Norte, se tarda unas diez horas.
El temor provocado por la rebeli¨®n de Mazar-i-Sharif se ha extendido a todo el pa¨ªs. En Kabul, que fue abandonado por los talibanes a toda prisa en una noche, las medidas de seguridad han aumentado de forma espectacular, tanto en los edificios p¨²blicos como en los hoteles donde se encuentran los extranjeros, a los que ya no dejan acceder a coches a menos de 300 metros. Todo el mundo teme que hayan quedado grupos de mercenarios de los talibanes atrapados en Kabul. El toque de queda es muy estricto en la capital afgana. Comienza a las nueve de la noche, aunque desde la seis no hay nadie por la calle, s¨®lo los numerosos controles policiales, formados muchas veces por soldados imberbes con Kal¨¢shnikov.
En el centro de Kunduz
Las tropas de Alianza del Norte consiguieron ayer finalmente entrar en el centro de Kunduz, ¨²ltimo foco de resistencia talib¨¢n en el norte de Afganist¨¢n. Seg¨²n sus habitantes, los talibanes abandonaron totalmente la ciudad en la noche del domingo al lunes y las tropas opositoras llegaron hasta el centro sin lucha. El ministro de Exteriores de la Alianza Abdul¨¢ Abdul¨¢ confirm¨® la noticia aunque reconoci¨® que muchos talibanes, sobre todo los mercenarios extranjeros, huyeron al oeste, a la regi¨®n de Char Dara, donde prosegu¨ªan los combates. La suicida rebeli¨®n de cientos de presos en la c¨¢rcel de Mazar-i-Sharif, la mayor¨ªa de ellos trasladados desde Kunduz, donde se entregaron a sus enemigos, no invita al optimismo sobre la seguridad en esta zona, donde los combates pueden ser largos. Seg¨²n la BBC, muchos civiles murieron en Kunduz durante la ofensiva de la Alianza, apoyada por la fuerza a¨¦rea de EE UU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.