La trama econ¨®mica de las c¨¦lulas madre
Una intrincada red de relaciones e intereses rodea a los cient¨ªficos que lideran las empresas de investigaci¨®n con c¨¦lulas madre
La investigaci¨®n en c¨¦lulas madre se ha convertido en una de las ¨¢reas estrat¨¦gicas de la ciencia internacional. La mejor prueba de ello son las alianzas entre empresas que pugnan por hacerse con un hueco en el sector biotecnol¨®gico y los trasvases de investigadores entre compa?¨ªas que tienen, como denominador com¨²n, una aureola de transgresoras con respecto a lo pol¨ªticamente correcto. Aunque ninguna de las empresas ha conseguido ganancias significativas, su posicionamiento es clave para un futuro que parece dominado por la figura del cient¨ªfico-empresario que ha acabado meti¨¦ndose en una tupida red de relaciones personales y econ¨®micas.
Advanced Cell Technology (ACT), la compa?¨ªa que ha anunciado haber clonado el primer embri¨®n humano mediante transferencia nuclear, tiene en Michael West a su l¨ªder m¨¢s visible. Cient¨ªficamente, ha desarrollado buena parte de su labor en la puesta a punto de t¨¦cnicas para la obtenci¨®n de animales transg¨¦nicos. Ello, como a otros muchos de su especialidad, le ha permitido conocer a fondo las t¨¦cnicas de clonaci¨®n reproductiva aplicada a animales de granja, hoy por hoy su principal fuente de negocio. Pero tambi¨¦n establecer v¨ªnculos con la clonaci¨®n terap¨¦utica, una de las bases con mayores expectativas para la obtenci¨®n de c¨¦lulas madre de origen embrionario.
La ganancia de las 100 grandes firmas gen¨®micas asciende, desde 1997, a un bill¨®n y medio de pesetas
El trabajo de ACT se interpreta m¨¢s como 'experimento social' que como ensayo cient¨ªfico
Junto a West destaca Robert Lanza, actual vicepresidente de la compa?¨ªa y uno de los expertos m¨¢s reputados en ingenier¨ªa de tejidos, rama central para la obtenci¨®n artificial de tejidos biol¨®gicos para trasplante. Lanza est¨¢ considerado tambi¨¦n un experto en el campo del xenotrasplante, ¨¢rea en la que actualmente se investiga la posibilidad de modificar gen¨¦ticamente ¨®rganos animales para implantarlos en humanos. A este grupo se ha sumado Teruhiko Wakayama, investigador que propici¨® en 1998 el nacimiento del primer rat¨®n clonado del mundo y cuya t¨¦cnica se ha aplicado tambi¨¦n en la clonaci¨®n del embri¨®n humano.
West estuvo antes de formar ACT en Geron Corporation, empresa de la que fue socio fundador junto a Thomas Okarma. Geron es la empresa con una pol¨ªtica m¨¢s activa y agresiva de cuantas pueblan el universo de la biotecnolog¨ªa. Sus inversiones, once a?os despues de su fundaci¨®n, contin¨²an multiplicando por cuatro su facturaci¨®n. La empresa se dedica a la investigaci¨®n en c¨¦lulas madre embrionarias, tel¨®meros (el extremo de los cromosomas, cuya longitud parece asociada a la aparici¨®n de distintas formas de c¨¢ncer y al envejecimiento), y a la puesta a punto de t¨¦cnicas de transferencia nuclear, en esencia, las mismas que se emplearon para la clonaci¨®n de la oveja Dolly. En su panel de directores figuran representantes de la multinacional DuPont Pharmaceuticals, Axys, Hoffmann-La Roche e Immunex. De este elenco de empresas ha surgido el dinero necesario para que Geron pudiera hacerse con las patentes que actualmente ostenta para la explotaci¨®n de cinco linajes de c¨¦lulas madre embrionarias desarrolladas en la Universidad de Wisconsin bajo la direcci¨®n de James Thomson. Este ¨²ltimo fue el primero en anunciar, en noviembre de 1998, que pod¨ªan extraerse c¨¦lulas madre de un embri¨®n y cultivarlas con ¨¦xito mediante t¨¦cnicas de laboratorio.
Okarma, por su parte, mantiene excelentes relaciones con Ian Wilmut, el padre de Dolly y, a su vez, uno de los impulsores de la compa?¨ªa PPL Therapeutics, fundada entre otros por cient¨ªficos del Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia). Geron y el Instituto Roslin comparten en la actualidad varios proyectos para la puesta a punto de t¨¦cnicas de transferencia nuclear o, lo que es lo mismo, para sentar las bases de la clonaci¨®n terap¨¦utica. Investigaci¨®n a la que tambi¨¦n se ha sumado el Instituto Jones de Medicina Reproductiva de Norfolk, la cl¨ªnica privada que propici¨® en 1981 el nacimiento del primer beb¨¦ in vitro de Estados Unidos.
A todo ello habr¨ªa que a?adir la transfiguraci¨®n de Celera, compa?¨ªa creada por Craig Venter con el ¨²nico objetivo de secuenciar el genoma humano y que este ¨²ltimo a?o, consolidado su negocio de venta de bases de datos biol¨®gicos, ha decidido entrar de lleno en el sector biofarmac¨¦utico con su propuesta de producci¨®n de f¨¢rmacos a medida basados en el conocimiento de los genes. Junto a William Haseltine, presidente de la compa?¨ªa Human Genome Sciences y antiguo compa?ero de armas de Venter, son los ¨²nicos cient¨ªficos-empresarios que por el momento han decidido no entrar en el negocio de las c¨¦lulas madre, aunque como declarara recientemente Stephen Hoffman, vicepresidente de Celera, a EL PA?S, 'hay proyectos en la rec¨¢mara'.
La trama urdida por este grupo de cient¨ªficos-empresarios, constituida deliberadamente o no, se inscribe en un contexto de crecimiento del sector biotecnol¨®gico, en especial, del dedicado al ¨¢rea de la gen¨®mica. Seg¨²n un informe publicado por la Asociaci¨®n de Industrias Biotecnol¨®gicas norteamericanas, las ganancias acumuladas por las 100 principales compa?¨ªas gen¨®micas asciende, desde enero de 1997, a 8.400 millones de d¨®lares (bill¨®n y medio de pesetas). En los ¨²ltimos cuatro a?os, el 61% de los beneficios se ha repartido entre empresas dedicadas a proporcionar plataformas tecnol¨®gicas para el an¨¢lisis gen¨®mico, qu¨ªmica, terapia g¨¦nica y cribaje, mientras que el 32% lo han obtenido empresas especializadas en enfermedades espec¨ªficas (c¨¢ncer, cardiovasculares, del sistema nervioso central, infecciosas y metab¨®licas). El 7% restante corresponde a firmas dedicadas al dise?o de nuevos f¨¢rmacos.
La obtenci¨®n de c¨¦lulas madre y la clonaci¨®n terap¨¦utica, desde la perspectiva econ¨®mica, es entendida por los analistas econ¨®micos como la puesta a punto de nuevas plataformas tecnol¨®gicas. En el caso de la clonaci¨®n, porque representa el dise?o de un m¨¦todo que permita obtener de forma rutinaria c¨¦lulas madre de entidades biol¨®gicas sean o no un embri¨®n en sentido estricto. Y en lo que refiere a las propias c¨¦lulas madre lo que interesa, una vez obtenidas de un modo fiable, es direccionarlas mediante su manipulaci¨®n gen¨¦tica hacia c¨¦lulas especializadas ¨²tiles para trasplante. El problema para la mayor¨ªa de los cient¨ªficos-empresarios es que debe idearse una f¨®rmula para saltarse los impedimentos legales y ¨¦ticos. Todos ellos reconocen en p¨²blico y en privado que est¨¢n trabajando con materiales sensibles y en la frontera de lo moralmente permisible. Y est¨¢n convencidos de que las c¨¦lulas madre constituyen el principal argumento de la biomedicina del futuro. El problema es de d¨®nde obtenerlas sin escandalizar al poder pol¨ªtico que es, en definitiva, el que decide si sus proyectos de investigaci¨®n van a ser aprobados o no. Por ello, el experimento de ACT se interpreta m¨¢s como un 'experimento social' que un aut¨¦ntico ensayo cient¨ªfico. Y por ello la trama, m¨¢s que ficticia o casual, podr¨ªa estar perfectamente ejecutada.
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