La gasolina de la discordia

Viejos y conocidos fantasmas vuelven a arrastrar sus cadenas por el edificio de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Cobran vida, de nuevo, las pugnas entre soberanistas y moderados. Los esp¨ªritus nunca han estado inactivos del todo, pero el pacto con el Partido Popular, lejos de conjurarlos, les ha dado vida y, sobre todo, los ha desconcertado.

El impuesto sobre las gasolinas ha sido el ¨²ltimo episodio de esta historia que se inici¨® la fr¨ªa tarde del pasado 22 de noviembre, cuando el consejero de Econom¨ªa, Francesc Homs, vot¨® a favor del nuevo impuesto de hidrocarburos en la reuni¨®n del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. Homs hab¨ªa sugerido d¨ªas antes que las comunidades aut¨®nomas tuvieran capacidad normativa sobre ese impuesto. Con ello pretend¨ªa aumentar los fondos destinados a la sanidad catalana. El impuesto nac¨ªa como un invento catal¨¢n. Sin embargo, el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, dio la vuelta a la propuesta y vincul¨® la cesi¨®n de capacidad normativa a las comunidades aut¨®nomas -que pueden incrementar 1,6 pesetas el precio por litro del carburante- a la aprobaci¨®n del aumento de cuatro pesetas -cinco, con el IVA- propuesto por el Gobierno central, tramo que no supone ingresos suplementarios para las autonom¨ªas. Los socialistas votaron en contra, pero el PP cont¨® con el apoyo de Coalici¨®n Canaria y Converg¨¨ncia i Uni¨®. La medida fue aprobada.

El consejero Francesc Homs vot¨® en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal siguiendo las instrucciones de Pujol y de Mas

Algunos dirigentes de la coalici¨®n, como Xavier Trias, han solicitado instrucciones claras a la c¨²pula de CiU

Por supuesto que Homs fue a Madrid con la lecci¨®n aprendida. Deb¨ªa votar a favor del impuesto, siguiendo orientaciones del presidente de la Generalitat y de su conseller en cap, Artur Mas. Pero el aumento inesperado de cuatro pesetas propuesto por el Gobierno central cogi¨® a contrapi¨¦ al Ejecutivo catal¨¢n. El voto de CiU, con todo, fue favorable: los presupuestos de la Generalitat para 2002 est¨¢n en el alero y dependen del apoyo del PP. La impopularidad creciente del impuesto aconsejaba, no obstante, desmarcarse del impuesto sobre la gasolina.

Con este escenario, Homs tuvo que dar explicaciones del voto el pasado lunes, en el comit¨¦ de enlace de Converg¨¨ncia i Uni¨®, ante incisivos compa?eros de partido soberanistas que siempre le han acusado de poner excesivo entusiasmo a la hora de votar las propuestas del PP. Homs se presentaba como el chivo expiatorio ideal. Moderados y soberanistas volvieron a ocupar su correspondiente platillo en la balanza que sostiene Jordi Pujol,quien la hace inclinar a placer, seg¨²n su olfato tacticista. As¨ª, una decisi¨®n adoptada por Pujol y bendecida por Mas hizo planear la sombra de la sospecha colaboracionista sobre Homs, que se alinea con el sector moderado de CDC.

Tras la reuni¨®n del comit¨¦ de enlace, el l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, fue el encargado de escenificar la rectificaci¨®n y explicar ante los periodistas que el culpable del aumento de la gasolina era el Gobierno central, y no el catal¨¢n, que 'hoy por hoy no tiene intenci¨®n de aplicar el incremento', matiz¨®. El propio Pujol marc¨® distancias con el Gobierno central el pasado viernes y asegur¨®: 'Lo que nosotros hemos negociado es que se ponga m¨¢s dinero para sufragar el d¨¦ficit de la sanidad, no de d¨®nde lo va a sacar el Gobierno'.

En privado dirigentes de Converg¨¨ncia aseguraban que el PP les exigi¨® que apoyasen su propuesta a cambio del respaldo pol¨ªtico del PP en el Parlament. Javier Arenas, secretario general del Partido Popular, afirmaba el mi¨¦rcoles, tras la reuni¨®n de la ejecutiva nacional de su partido: 'La actitud de CiU es inadmisible y va en contra del acuerdo espec¨ªfico, claro y rotundo al que lleg¨® con el Gobierno'.

El discutido voto del Ejecutivo catal¨¢n en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera y su posterior rectificaci¨®n tiene muchas lecturas: ?desconcierto, miedo al castigo del electorado, maniobra calculada? Todas las hip¨®tesis est¨¢n sobre la mesa en un fin de a?o pol¨ªtico sorprendente en el que, como siempre, Pujol tiene la ¨²ltima palabra.

'El problema radica en que desde el inicio de legislatura hemos optado por el acuerdo con el PP', subraya un dirigente de la coalici¨®n nacionalista, que recuerda que el voto sobre el incremento de los hidrocarburos no es el ¨²nico ejemplo del suspense que vive CiU: mantener el interrogante hasta el ¨²ltimo momento.El apoyo de la coalici¨®n nacionalista a la Ley de Universidades -contra el criterio de la pr¨¢ctica totalidad de la comunidad educativa- fue una decisi¨®n tomada por Pujol el 30 de octubre, dos d¨ªas antes de que se votara en el Congreso el rechazo a las enmiendas a la totalidad.

Y eso, excepto Pujol, genera desconcierto. La desorientaci¨®n que se vive en las filas de CiU ha tenido otro ejemplo reciente en la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Si a mediados de octubre el grupo parlamentario ten¨ªa claro que deb¨ªa apoyar la ley, Pujol decidi¨® luego el voto en contra. Todos han tratado de buscar explicaciones. Nadie culpa a Pujol. Pero algunos dirigentes, como Xavier Trias, portavoz de CiU en el Congreso, han llegado a pedir instrucciones claras a la c¨²pula nacionalista.