El hip¨®dromo
Me parece inexplicable el escaso debate que ha producido el abandono y deterioro en el que ha quedado sumido el hip¨®dromo de Madrid, una magn¨ªfica infraestructura situada en un espl¨¦ndido paraje de la ciudad.
Un sonoro silencio rodea la gesti¨®n dirigida por el se?or Enrique Sarasola, cuyo rotundo fracaso empresarial ha conducido a la actual situaci¨®n.
La titularidad del hip¨®dromo de Madrid corresponde a Patrimonio Nacional, organismo del Estado enmarcado en el Ministerio de Presidencia cuya actuaci¨®n, frente al cierre y abandono de las instalaciones que, hace ya m¨¢s de un lustro, llev¨® a t¨¦rmino el se?or Sarasola, se ha reducido a expulsarle del recinto, tras sentencia judicial, convocar un concurso para su explotaci¨®n (que parece haber resultado fallido) y llevar a cabo unas parcas tareas de mantenimiento de la finca y las instalaciones.
La necesidad de que Patrimonio tuviese que recurrir a la justicia para expulsar al se?or Sarasola s¨®lo puede explicarse por la prepotencia de ¨¦ste, al no asumir su fracaso, trasladando, as¨ª, sus consecuencias a los ciudadanos, que deben soportar y hacerse cargo de sus fallos empresariales. La lentitud de la justicia tambi¨¦n la pagan los ciudadanos.
El concurso convocado por Patrimonio, que tuvo que esperar a la expulsi¨®n del se?or Sarasola, parece, en principio, que se plante¨® adecuadamente. De hecho, a ¨¦l concurrieron tres grupos de s¨®lidas empresas e instituciones nacionales e internacionales. Pero su resoluci¨®n concluy¨® en un fiasco que nadie ha explicado. De nuevo aparece la sombra del se?or Sarasola, que aunque expulsado del hip¨®dromo se atrinchera ahora en supuestos derechos sobre las apuestas.
Pero no parece que sea ¨¦l el ¨²nico responsable del fracaso del concurso. A la descoordinaci¨®n de la Administraci¨®n se debe imputar la principal responsabilidad. La concesi¨®n y marco jur¨ªdico de las apuestas a escala nacional son competencias que gestiona el Organismo Nacional de Loter¨ªas y Apuestas del Estado (ONLAE), dependiente del Ministerio de Hacienda, y parece ser que este organismo no clarific¨® el marco jur¨ªdico para explotar la apuesta del hip¨®dromo de Madrid. Adem¨¢s, el fracaso del concurso ha puesto de manifiesto las lagunas legales que, en materia de apuestas, existen en relaci¨®n con el mercado global, el uso de las nuevas tecnolog¨ªas y las competencias de las comunidades aut¨®nomas.
El hip¨®dromo de Madrid es un ejemplo sangrante de desidia de la Administraci¨®n y de los partidos pol¨ªticos. ?Por qu¨¦ nadie ha planteado seriamente el anacronismo de su ubicaci¨®n en Patrimonio? ?No estar¨ªa mejor gestionado si las competencias sobre el mismo las tuviera la Comunidad de Madrid? ?Por qu¨¦ no se ha planteado y debatido a qu¨¦ otros usos alternativos y relacionados con el mundo del caballo podr¨ªan dedicarse sus magn¨ªficas instalaciones, y a qu¨¦ destino social y organizaci¨®n encomendar su explotaci¨®n? Mientras llega una soluci¨®n, los madrile?os, en lugar de disfrutar de unas magn¨ªficas instalaciones que les corresponden, pueden conmoverse con las im¨¢genes del deterioro del hip¨®dromo que, de vez en cuando, les ofrece la prensa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.