'Hay cientos de h¨¦roes an¨®nimos en Chile a los que nunca se ha dado voz'
A Patricio Guzm¨¢n (Santiago de Chile, 1941), la noticia de la detenci¨®n de Augusto Pinochet en Londres a instancias del juez Garz¨®n lo pill¨® en pleno traslado de casa, de Madrid a Par¨ªs. El cineasta exiliado, cronista en celuloide de la dolorosa vida reciente de su pa¨ªs con t¨ªtulos m¨ªticos como La batalla de Chile, no lo dud¨®. Dej¨® los b¨¢rtulos y se dispuso a filmar ese otro momento crucial de la historia chilena. El resultado de m¨¢s de un a?o de intenso trabajo durante el que Guzm¨¢n entrevist¨® a una cuarentena de testigos, la mayor¨ªa v¨ªctimas de la dictadura militar, llega ahora a las pantallas. Es el conmovedor filme El caso Pinochet, premiado en varios festivales, que el director present¨® ayer en Barcelona junto a uno de sus colaboradores, el periodista Ernesto Ekaizer.
'Actualmente los chilenos no dicen lo que piensan. Hablar claro no se usa'
'Ped¨ª a las v¨ªctimas que se sinceraran porque ser¨ªa ¨²til para desenterrar la verdad'
Pregunta. ?Con El caso Pinochet ha querido usted ajustar cuentas con los golpistas?
Respuesta. El caso Pinochet es mi manera de establecer justicia, de explicar la verdad. Los golpistas, de un modo atroz y virulento barrieron con todo: las universidades, la vida sindical, la moral, la clase media, los trabajadores, la prensa... Destruyeron una causa noble, la ¨²ltima utop¨ªa del siglo, el r¨¦gimen de Allende, que lo ¨²nico que pretend¨ªa era la revoluci¨®n pac¨ªfica. Cuando pasan m¨¢s de 20 a?os y uno comprueba que no se esclarecen los hechos, que los textos de historia no narran las cosas que pasaron..., uno se da cuenta de que hay que hacer algo. Y, en mi caso, mi aportaci¨®n para restablecer la verdad es esta pel¨ªcula.
P. En realidad, toda su filmograf¨ªa tiene ese mismo objetivo.
R. Claro. No hago estas pel¨ªculas porque tenga un chip hist¨®rico en la cabeza, sino porque me apasiona el tema. Me parece un asunto riqu¨ªsimo, con muchas vetas que descubrir. Hay cientos de h¨¦roes an¨®nimos en Chile a los que nunca se ha dado voz, sobre los que nadie ha hablado. Ese es un costado hermos¨ªsimo de la historia de mi pa¨ªs. Hay que darle la palabra a la gente que nunca la ha tenido, y, para eso, en gran medida, sirven mis documentales.
P. ?C¨®mo ha digerido la sociedad chilena los cr¨ªmenes del r¨¦gimen de Pinochet?
R. Actualmente los chilenos no dicen lo que piensan. Hablar claramente no se usa, ni hacer preguntas directas. La gente est¨¢ en lo suyo, en su trabajo, en sus cosas... No quiere l¨ªos, pero cuando les ofreces una pel¨ªcula como El caso Pinochet el cine se llena. Eso demuestra o bien que no olvidan o que ans¨ªan saber la verdad.
P. ?Fue muy dif¨ªcil convencer a las v¨ªctimas para que contaran su historia ante la c¨¢mara?
R. Una de las diferencias entre el cine documental y el de ficci¨®n es que los personajes del primero no reciben ning¨²n salario. Te explican su historia porque conf¨ªan en ti. A todos los testigos les dije de antemano que contaran lo que quisieran, pero al mismo tiempo les ped¨ª que, si ten¨ªan valor, se sinceraran porque iba a ser ¨²til para desenterrar la verdad. Las entrevistas fueron hechas en un clima de confianza, de respeto, de una cierta solemnidad e incluso a?adir¨ªa que de pudor.
P. El caso Pinochet no acaba bien. El dictador sigue libre.
R. T¨¦cnicamente Pinochet es un reo en libertad. Pero, para m¨ª el final no es ese, la pel¨ªcula termina con las palabras de esas mujeres y madres de desaparecidos y asesinados por el r¨¦gimen del dictador que dicen sentirse felices porque sus descendientes estar¨¢n orgullosos de sus padres, mientras que los hijos de los torturadores habr¨¢n de ocultar siempre su pasado. Ese me parece un final tremendamente esperanzador.
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