?Felices fiestas?

Acabo de terminar de comer la raci¨®n de ensalada y el bocata de chorizo, con su pl¨¢tano de postre, en el flamante comedor que hoy se inaugura en Las Barranquillas. La verdad es que despu¨¦s de estar durmiendo en una colchoneta y a la intemperie durante un mes en el viejo centro de La Rosilla, cualquier cosa es mejorar; literas con s¨¢banas y mantas nuevas, calefacci¨®n, sala de televisi¨®n, lavander¨ªa y ropero.

Todo esto ya lo vio y conoci¨® de primera mano hace unos d¨ªas el se?or Ruiz-Gallard¨®n. Pero la cruda realidad est¨¢ s¨®lo a 50 metros m¨¢s arriba, donde lo que manda es el dinero, donde un cigarrillo vale 25 pesetas, donde acaban llegando las pertenencias robadas de la mayor¨ªa de los madrile?os, donde el dinero se guarda en cubos de basura...

Son 287 millones de presupuesto al a?o, y es pronto para opinar con un m¨ªnimo de certeza, pero usted, don Alberto, no ve, o no quiere ver, una parte (la m¨¢s da?ina) del problema.

S¨ª, todo este esfuerzo del personal que aqu¨ª trabaja es digno de alabanza. Pero estamos escondiendo el problema mayor, estamos dando por hecho que la droga mueve en una semana el presupuesto de todo un a?o de narcosala y albergue; damos por hecho que la droga est¨¢ ah¨ª, en las afueras de Madrid, donde no hay cines, ni McDonald's, ni Corte Ingl¨¦s; pero estamos en manos de gente con af¨¢n de lucro, y s¨®lo eso. Busquen un cauce para que la droga se dispense controladamente y ahorrar¨¢n 287 kilos al a?o, y de paso har¨¢n desaparecer este reducto de miseria y dolor que, a prop¨®sito, tuvo usted a 50 metros y no quiso ver.