"Calculamos de antemano el n¨²mero de v¨ªctimas que ¨ªbamos a causar"
El Pent¨¢gono asegura que 'el v¨ªdeo es aut¨¦ntico' y la Casa Blanca lo considera la 'prueba definitiva'
Es un v¨ªdeo dom¨¦stico, de muy mala calidad. Pero constituye un documento extraordinario y, seg¨²n la Casa Blanca, la 'prueba definitiva' sobre la culpabilidad de Osama Bin Laden en los atentados del 11 de septiembre. George W. Bush dijo sentirse 'asqueado' tras contemplar la filmaci¨®n, y probablemente millones de personas compartieron ayer esa sensaci¨®n, una vez la cinta fue finalmente entregada a las televisiones y emitida. El impacto fue muy profundo. La risa de Bin Laden, mientras comentaba que la matanza hab¨ªa superado sus expectativas, se grab¨® en las memorias. No obstante, el Pent¨¢gono ni siquiera sabe qui¨¦n es el interlocutor de Bin Laden, como reconoci¨® el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Jeque: 'Es una clara victoria. Al¨¢ nos ha premiado... nos honra... y nos bendecir¨¢ y nos dar¨¢ mas victorias'
Bin Laden: 'Anunciaron que otro avi¨®n hab¨ªa impactado. Los hermanos se pusieron content¨ªsimos'
Bin Laden: 'Aquellos que estaban entrenados para volar no sab¨ªan nada de los dem¨¢s'
Algunas frases pronunciadas por el propio Bin Laden resultaban autoincriminatorias en t¨¦rminos definitivos. 'Calculamos por anticipado el n¨²mero de bajas enemigas', 'nos notificaron el jueves anterior que el acontecimiento ocurrir¨ªa ese d¨ªa', 'no revelamos la operaci¨®n [a algunos de los secuestradores] hasta que estaban a punto de embarcar en los aviones': la transcripci¨®n del v¨ªdeo, filmado, se cree, el 9 de noviembre en Kandahar, y hallado la semana pasada en un domicilio privado de Jalalabad, dejaba poco lugar a dudas. El problema era el sonido, p¨¦simo. Ni los traductores oficiales, auxiliados por todos los medios t¨¦cnicos de que dispone el Pent¨¢gono, fueron capaces de comprender la totalidad de las palabras. Quienes puedan seguir la conversaci¨®n en el ¨¢rabe original apenas comprender¨¢n la mitad de las frases, semiocultas entre toses, cuchicheos y ruidos.
Por esa raz¨®n, la Casa Blanca y el Pent¨¢gono fueron muy cuidadosos con la transcripci¨®n difundida junto al v¨ªdeo. El trabajo se encarg¨® por separado a los servicios gubernamentales de traducci¨®n, a George Michael, del Servicio Diplom¨¢tico de Idiomas, y a Kassem Wahba, coordinador de estudios en ¨¢rabe de la Universidad John Hopkins. Las tres versiones fueron comparadas posteriormente y, seg¨²n Rumsfeld, 'no hubo discrepancias'. Esas cautelas retrasaron 24 horas la publicaci¨®n de la cinta, decidida por Bush el lunes pasado.
'El v¨ªdeo es aut¨¦ntico', dijo Rumsfeld, quien garantiz¨® que las autoridades estadounidenses no hab¨ªan editado ni manipulado el m¨¢s m¨ªnimo detalle de la filmaci¨®n.
Jeque [apenas se oye]. Nos has dado armas, nos has dado esperanzas, y damos gracias a Al¨¢ por ti, no queremos hacerte perder mucho tiempo, pero ¨¦ste es el arreglo de los hermanos. Ahora la gente nos apoya m¨¢s, incluso la gente que no nos apoyaba en el pasado nos apoya ahora. No quer¨ªa hacerte perder mucho tiempo. Rezamos a Al¨¢. Rezamos a Al¨¢. Venimos de Kabul, estamos muy contentos de visitarte, que Al¨¢ os bendiga a los dos, y a vuestra casa y al campamento. Pedimos al conductor que nos trajese, era una noche de luna llena, gracias a Al¨¢. Cr¨¦eme, esto no est¨¢ en el campo. Los m¨¢s viejos, todo el mundo celebra lo que hiciste, que fue primero y sobre todo por la gracia de Al¨¢. ?sta es la gu¨ªa de Al¨¢, fruto de la guerra santa.
Bin Laden. Gracias a Al¨¢. ?Cu¨¢l es la postura de las mezquitas all¨ª [en Arabia Saud¨ª]?
Jeque. Honestamente est¨¢n de acuerdo. Al Bahrani dio un buen serm¨®n en su clase despu¨¦s de las oraciones de la puesta del sol. Fue grabado. Se supone que tendr¨ªa que haberme tra¨ªdo el v¨ªdeo, pero tuve que marcharme inmediatamente.
Bin Laden. ?El d¨ªa de los ataques?
Jeque. Justo a la hora de los ataques, precisamente a esa hora. ?l (Bahrani) dio un serm¨®n impresionante. Gracias a Al¨¢ por sus bendiciones. ?l fue el primero en escribir despu¨¦s de los atentados. Le visit¨¦ dos veces en Al Qasim.
Bin Laden. Gracias a Al¨¢.
Jeque. Esto es lo que le pedimos a Al¨¢. ?l (Bahrani) dijo a los j¨®venes: 'Est¨¢is pidiendo el martirio, y os pregunt¨¢is d¨®nde deb¨¦is ir [para el martirio]'. Al¨¢ les estaba incitando a ir. Le ped¨ª a Al¨¢ que me dejase ser testigo de la verdad delante del gobernante injusto. Le pedimos a Al¨¢ que le protegiese y que le diese el martirio despu¨¦s de que ¨¦l emitiese la primera fatwa [decreto isl¨¢mico]. ?l fue detenido para ser interrogado, como ya sabes, cuando fue llamado y le pidieron que firmase, ¨¦l les dijo: 'No me hag¨¢is perder el tiempo, tengo otra fatwa, si quer¨¦is, puedo firmar las dos al mismo tiempo'.
Bin Laden. Gracias a Al¨¢.
Jeque. Su postura es realmente muy valiente. Cuando le visit¨¦ por primera vez hace un a?o y medio me pregunt¨®: '?C¨®mo est¨¢ el jeque Bin Laden?'. Te manda un saludo especial, igual que el jeque Sulayman Ulwan, est¨¢ preocupado; ¨¦l emiti¨® una maravillosa fatwa, que Al¨¢ le bendiga. Milagrosamente yo le o¨ª en la emisora de radio de Quram, era extra?o porque ¨¦l [Ulwan] sacrific¨® su puesto que era equivalente a director. Fue transcrito palabra por palabra. Los hermanos lo escucharon con atenci¨®n; yo lo o¨ª brevemente antes de las oraciones de la tarde. ?l [Ulwan] dijo que esto era una guerra santa y que esa gente no era inocente [refiri¨¦ndose a las v¨ªctimas de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pent¨¢gono]. ?l lo jur¨® por Al¨¢. Esto fue comunicado al jeque Sulayman Al [Umar]. Al¨¢ le bendiga.
Bin Laden. ?Y qu¨¦ hay del jeque Al Rayan?
Jeque. Honestamente, no le he podido ver. Mis movimientos estaban muy limitados.
Bin Laden. Al¨¢ le bendiga, eres bienvenido.
Jeque [describiendo el viaje hacia la reuni¨®n]. Ellos nos trasladaron hasta el lugar y pens¨¦ que la reuni¨®n ser¨ªa en diferentes cuevas de las monta?as; as¨ª que me sorprend¨ª mucho al ver que la casa de invitados estaba muy limpia y era muy c¨®moda. Gracias a Al¨¢. Sabemos que este lugar es seguro. Gracias a Al¨¢. El lugar es limpio y muy c¨®modo.
Bin Laden. Cuando la gente observa un caballo fuerte y otro d¨¦bil, por naturaleza se quedar¨¢ con el caballo m¨¢s fuerte. ?ste es s¨®lo un objetivo. Aqu¨¦llos que quieran rendir culto a Al¨¢ sin seguir su doctrina se equivocan, nosotros seguiremos la doctrina de Mahoma.
[A continuaci¨®n, Bin Laden enumera unos versos cortos e incompletos].
'A m¨ª me ordenaron que luchara contra esta gente hasta que vean que no hay otro Dios que Al¨¢ y su profeta Mahoma'.
'La gente puede preguntar: ?Por qu¨¦ quer¨¦is luchar contra nosotros?'
'Hay una asociaci¨®n entre aquellos que dicen: Creo en un dios y Mahoma es su profeta y aquellos que no... [apenas se oye].
'Aqu¨¦llos que no siguen la fe verdadera. La fe de Mahoma, la fe real. Ellos simplemente aceptan lo que se dice al pie de la letra'.
Aquellos j¨®venes que llevaron a cabo las operaciones no aceptaban cualquier fe en t¨¦rminos populares, sino la que trajo el profeta Mahoma. Aquellos j¨®venes... [apenas se oye] pronunciaron con hechos en Nueva York y Washington discursos que ensombrec¨ªan cualquier otro discurso en cualquier otra parte del mundo. Estos discursos los entienden ¨¢rabes y no ¨¢rabes, incluso los chinos. Est¨¢ por encima de lo que los medios de comunicaci¨®n han dicho. Algunos de esos medios han dicho que en Holanda, en uno de los centros, el n¨²mero de personas que abrazaron el islam durante los d¨ªas que siguieron a las operaciones fue mayor que los que lo hicieron en los ¨²ltimos 11 a?os. O¨ª a alguien en una radio isl¨¢mica, propietario de una escuela en Am¨¦rica, decir: 'No damos abasto con las peticiones de gente que pregunta por libros isl¨¢micos para aprender sobre el islam'. Estos hechos han hecho pensar a la gente [sobre el verdadero islam], lo que beneficia enormemente al islam.
Jeque. Cientos de personas dudaban de ti y muy pocos te habr¨ªan seguido antes de este gran acontecimiento. Ahora, cientos de personas vienen para sumarse a ti. Recuerdo una visi¨®n del jeque Salih Al-Shuaybi. ?l dijo: 'Habr¨¢ un gran hito y la gente acudir¨¢ por cientos a Afganist¨¢n'. Yo le pregunt¨¦ [a Salih]: '?A Afganist¨¢n?' ?l contest¨®: 'S¨ª'. Seg¨²n ¨¦l, los ¨²nicos que se quedar¨¢n detr¨¢s ser¨¢n los impotentes mentales y los hip¨®critas. Record¨¦ sus palabras sobre que cientos de personas acudir¨ªan a Afganist¨¢n. Tuvo esta visi¨®n hace un a?o. Este hecho ha permitido discriminar las distintas clases de seguidores.
Bin Laden [apenas se oye] ... calculamos por adelantado el n¨²mero de bajas del enemigo, los que morir¨ªan de acuerdo con la posici¨®n de la torre. Calculamos que los pisos que recibir¨ªan el impacto ser¨ªan tres o cuatro. Era lo m¨¢s optimista. [Apenas se oye]... por mi experiencia en este terreno, cre¨ªa que el fuego provocado por el combustible del avi¨®n fundir¨ªa la estructura de acero y har¨ªa derrumbarse el ¨¢rea en el que el avi¨®n choc¨® y solamente las plantas por encima de ¨¦l. Es todo lo que esper¨¢bamos.
Jeque. Bendito sea Al¨¢.
Bin Laden. Est¨¢bamos en... [apenas se oye] cuando ocurrieron los hechos. Fuimos informados desde el mi¨¦rcoles previo de que ocurrir¨ªa ese d¨ªa. Hab¨ªamos acabado nuestro trabajo aquel d¨ªa y ten¨ªamos la radio encendida. Eran las 5.30 p.m. de nuestra hora. Yo estaba sentado con el doctor Ahmad Abu-al [Khair]. Inmediatamente, o¨ªmos la noticia de que un avi¨®n hab¨ªa chocado contra el World Trade Center. Sintonizamos en la radio las noticias de Washington y no hicieron menci¨®n del ataque hasta el final. Al final de las noticias informaron de que un avi¨®n acababa de impactar contra el World Trade Center.
Jeque. Bendito sea Al¨¢.
Bin Laden. Pasados unos minutos, anunciaron que otro avi¨®n hab¨ªa impactado contra el World Trade Center. Los hermanos que lo oyeron se pusieron content¨ªsimos por la noticia.
Jeque. Escuch¨¦ las noticias y estaba sentado. Nosotros no pensamos en nada. De repente, llegaron las primeras noticias y todo el mundo se puso muy feliz. Hasta el d¨ªa siguiente por la ma?ana hablaban de lo que hab¨ªa ocurrido. Nosotros nos quedamos levantados hasta las cuatro en punto, escuchando las noticias, cada vez un poco distintas, todo el mundo estaba feliz y dec¨ªan: 'Al¨¢ es grande, Al¨¢ es grande', 'Estamos agradecidos a Al¨¢', 'Bendito sea Al¨¢'. Y yo estaba feliz de ver la felicidad de mis hermanos. Ese d¨ªa, las felicitaciones llegaban por tel¨¦fono sin cesar. La madre recib¨ªa llamadas continuamente. Gracias a Al¨¢, Al¨¢ es grande, bendito sea Al¨¢.
[Citando versos del Cor¨¢n].
Jeque. Luchemos contra ellos, Al¨¢ les torturar¨¢, con tus manos, los torturar¨¢. Acabar¨¢ con ellos y te dar¨¢ la victoria. Al¨¢ perdonar¨¢ a los creyentes, ¨¦l tiene conocimiento de todo.
No hay duda de que es una clara victoria. Al¨¢ nos ha premiado... nos honra... y nos bendecir¨¢ y nos dar¨¢ m¨¢s victorias durante el mes sagrado del Ramad¨¢n. Y esto es lo que todo el mundo espera. Gracias a Al¨¢ Am¨¦rica ha salido de sus cuevas. Nosotros le dimos el primer golpe y el siguiente le golpear¨¢ con las manos de los creyentes, de los buenos creyentes, los creyentes fuertes. Por Al¨¢, este es un gran trabajo. Al¨¢ prepara para ti una gran recompensa por este trabajo. Siento hablar en tu presencia, pero son s¨®lo pensamientos, s¨®lo pensamientos. Por Al¨¢, no hay otro dios que ¨¦l. Vivo en la felicidad, en la felicidad... No la hab¨ªa experimentado, o sentido, en mucho tiempo. Recuerdo las palabras de Al Rabbani, el dijo que hab¨ªa logrado una coalici¨®n contra nosotros durante el invierno con infieles como los turcos y otros, y algunos ¨¢rabes. Y nos rodearon como en los d¨ªas... en los d¨ªas del profeta Mahoma. Exactamente como est¨¢ ocurriendo ahora. Pero ¨¦l confort¨® a sus seguidores y dijo: 'Esto se va a dar la vuelta y les devolver¨¢ el golpe'. Y esto es una gracia para nosotros. Y una bendici¨®n para nosotros. Y traer¨¢ a la gente de vuelta. Mira qu¨¦ sabio era. Y que Al¨¢ le bendiga. Y llegar¨¢ el d¨ªa en que los s¨ªmbolos del islam se levantar¨¢n y ser¨¢ como en los primeros d¨ªas de Al Mujahedin y Al Ansar [algo parecido a los primeros d¨ªas del islam]. Y la victoria para aquellos que siguen a Al¨¢. Finalmente dijo, si es lo mismo, como en los viejos tiempos, como Abu Bakr y Othman y Al¨ª y otros. En estos d¨ªas, en nuestros tiempos, ser¨¢ la mayor victoria de la guerra isl¨¢mica en las historia del islam y de la resistencia contra los perversos.
Por Al¨¢ mi jeque. Te felicitamos por el gran trabajo. Gracias a Al¨¢.
[Segundo fragmento de la visita de Bin Laden].
Osama Bin Laden. Abdal¨¢ Azzam -Al¨¢ bendiga su alma- me dijo que no grabara nada [apenas se escucha], as¨ª que pens¨¦ que esta era una buena profec¨ªa, y que Al¨¢ nos bendiga [apenas se oye]. Abu al Hassan al Masri, que apareci¨® en Al Yazira hace un par de d¨ªas y les dijo a los americanos: 'Si sois hombres de verdad, venid aqu¨ª y enfrentaos a nosotros'... [no se escuha]. ?l me dijo hace un a?o: 'He visto en un sue?o que est¨¢bamos jugando un partido de f¨²tbol contra los americanos. Cuando nuestro equipo sali¨® al campo, ?todos eran pilotos!'. ?l me dijo: 'As¨ª que me pregunt¨¦ si era un partido de f¨²tbol o un partido de pilotos. Todos nuestros jugadores eran pilotos'. ?l [Abu Al Hasan] no sab¨ªa nada de la operaci¨®n hasta que lo oy¨® en la radio. Dijo que en el partido nosotros les derrot¨¢bamos. Esa era una buena profec¨ªa para nosotros.
Jeque. Bendito sea Al¨¢.
Voz no identificada de alguien fuera de c¨¢mara. Abd al Rahman al (Ghamri) dijo que hab¨ªa tenido una visi¨®n, antes de la operaci¨®n, de un avi¨®n estrell¨¢ndose contra un edificio alto. ?l no sab¨ªa nada de esto.
Jeque. Bendito sea Al¨¢.
Sulayman [Abu Guaith]. Estaba sentado con el jeque en una habitaci¨®n, entonces me fui a otra habitaci¨®n donde hab¨ªa un aparato de televisi¨®n. La televisi¨®n dio el gran acontecimiento. La escena mostraba a una familia egipcia sentada en su sal¨®n, y estallaron de alegr¨ªa. ?Sabes cu¨¢ndo hay un partido de f¨²tbol y tu equipo gana? Era la misma expresi¨®n de alegr¨ªa. Hab¨ªa un subt¨ªtulo que dec¨ªa: 'En venganza por los ni?os de Al Aqsa, Osama Bin Laden ejecuta una operaci¨®n contra Am¨¦rica'. Entonces me volv¨ª hacia el jeque [refiri¨¦ndose a Bin Laden], que estaba sentado en una habitaci¨®n con 50 ¨® 60 personas. Intent¨¦ contarle lo que hab¨ªa visto, pero ¨¦l hizo un gesto con sus manos, diciendo: 'Lo s¨¦, lo s¨¦'.
Bin Laden. ?l no sab¨ªa de la operaci¨®n. No todos sab¨ªan [apenas se oye]. Mohamed [Atta], de la familia egipcia [refiri¨¦ndose al grupo egipcio de Al Qaeda], estaba a cargo del grupo.
Jeque. Un avi¨®n estrell¨¢ndose contra un edificio alto est¨¢ fuera de la imaginaci¨®n de cualquiera. Es un gran trabajo. Era uno de los hombres m¨¢s piadosos de la organizaci¨®n. Se convirti¨® en un m¨¢rtir. Al¨¢ bendiga su alma.
Jeque [refiri¨¦ndose a los sue?os y visiones]. El avi¨®n que ¨¦l vio estrell¨¢ndose en un edificio hab¨ªa sido visto antes por m¨¢s de una persona. Una persona muy religiosa dej¨® todo y vino aqu¨ª. Me dijo: 'He tenido una visi¨®n, estaba en un avi¨®n enorme, largo y ancho. Lo llevaba sobre mis hombros y caminaba medio kil¨®metro desde la carretera hacia el desierto. Estaba arrastrando el avi¨®n'. Le escuch¨¦ y rec¨¦ a Al¨¢ para que le ayudase. Otra persona me cont¨® que el a?o pasado ¨¦l vio algo, pero no le entend¨ª y as¨ª se lo dije.
?l dijo: 'He visto a personas que se han marchado a la guerra santa... y que se encontraron a en Nueva York... en Washington'. Entonces yo le pregunt¨¦: '?Qu¨¦ es esto?'. ?l me dijo que un avi¨®n se hab¨ªa estrellado contra un edificio. Eso fue el a?o pasado. No hemos vuelto a pensar sobre este asunto. Pero cuando ocurrieron los ataques vino y me dijo: '?Lo has visto...? Esto es extra?o'.
Tambi¨¦n tengo otro conocido... Dios m¨ªo... ¨¦l dijo y jur¨® por Al¨¢ que su mujer pudo ver los ataques una semana antes de que ocurriesen. Ella vio c¨®mo el avi¨®n se estrellaba contra el edificio... es algo incre¨ªble, Dios m¨ªo.
Bin Laden. Los hermanos que llevaron a cabo la operaci¨®n s¨®lo sab¨ªan que se enfrentaban a una operaci¨®n de martirio... les pedimos uno a uno que partiesen hacia Am¨¦rica, pero ellos no sab¨ªan nada sobre el asunto, ni tan siquiera una palabra. Pero estaban entrenados y nosotros no les desvelamos nada hasta que se encontraban ya en Am¨¦rica, justo antes de embarcarse en los aviones. [no se oye] Aquellos que estaban entrenados para volar no sab¨ªan nada de los dem¨¢s. Un grupo no conoc¨ªa nada del otro grupo... [apenas se oye. Alguien en la multitud pide a Bin Laden que le cuente al jeque el sue?o de Abu Daud]
Bin Laden. Est¨¢bamos en el campo de entrenamiento de uno de los guardas de un hermano en Kandahar. Este hermano pertenec¨ªa a la mayor¨ªa del grupo. ?l se acerc¨® y me cont¨® que tuvo un sue?o en el que ve¨ªa un edificio alto en Am¨¦rica, y en el mismo sue?o ve¨ªa a Mujtar ense?¨¢ndoles k¨¢rate. En ese momento, me preocup¨® que el secreto fuese descubierto si todo el mundo empezaba a tener esas visiones en sus sue?os. Por lo tanto, zanj¨¦ el asunto. Le dije que si ten¨ªa otro sue?o parecido no se lo contase a nadie, porque la gente se preocupar¨ªa por ¨¦l.
[Una voz de otra persona se escucha entre la multitud relatando un sue?o en el que dos aviones se estrellan contra un gran edificio].
Bin Laden. Ellos estaban content¨ªsimos cuando el primer avi¨®n impact¨® contra el edificio, pero yo les dije: 'Sed pacientes'. La diferencia entre el impacto del primer avi¨®n y el del segundo fue de 20 minutos. Y la diferencia entre el primer avi¨®n y el que se estrell¨® contra el Pent¨¢gono fue de una hora.
Jeque. Ellos [los americanos] estaban aterrorizados pensando que se trataba de un golpe de Estado.
[Nota: Ayman al Zawahri dice primero que ¨¦l conf¨ªa en que Bin Laden est¨¦ al tanto de lo que est¨¢n diciendo los medios de comunicaci¨®n. Despu¨¦s dice que era la primera vez en que los americanos sent¨ªan que estaban en peligro].
Bin Laden [recitando un poema]. He sido testigo de que contra la cuchilla afilada ellos afrontan las dificultades y permanecen juntos... Cuando la oscuridad se cierne sobre nosotros y somos mordidos por un diente afilado, digo: Nuestras casas han sido inundadas con sangre y el tirano se pasea libremente en nuestras casas... Y desde el campo de batalla se desvanece el brillo de las espadas y los caballos... Y sobre los llantos escuchamos el redoble de tambores. Ellos est¨¢n atacando a sus fuerzas mientras gritan: 'No pararemos nuestras incursiones hasta que no liber¨¦is nuestras tierras'.
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