Bin Laden se confiesa
La afici¨®n de Osama Bin Laden por grabarse en v¨ªdeo ha convertido una conversaci¨®n con algunos notables correligionarios en la confirmaci¨®n de su responsabilidad directa en los atentados del 11-S. Si las pruebas acumuladas y algunos testimonios anteriores dejaban pocas dudas sobre este hecho, la cinta divulgada ayer por el Pent¨¢gono, que sus tropas consiguieron en Jalalabad en noviembre, parece corroborarlo y arroja adem¨¢s una luz cegadora sobre el car¨¢cter psicop¨¢tico de unos personajes que contemplan con naturalidad el holocausto de aquella fecha como la apoteosis de la guerra santa a la mayor gloria de Al¨¢.
'Dios' es la palabra m¨¢s citada en la relajada charla de Bin Laden y sus hu¨¦spedes, aparentemente en una gruta afgana. Los contertulios felicitan al jeque saud¨ª por la grandeza de lo conseguido y hablan de los miles de muertos como un ¨¦xito sin precedentes de la verdadera yihad. Quienes perecieron en las Torres Gemelas, en el Pent¨¢gono y en los aviones secuestrados, concluyen, 'no eran inocentes'.
Pero adem¨¢s de documento probatorio, la videotertulia difundida tres meses despu¨¦s de unos acontecimientos que han cambiado las reglas del juego internacional, cuando el soporte ideol¨®gico y militar de Bin Laden en Afganist¨¢n se desploma, es un inquietante manual sobre el peligro cierto que representan en el albor del siglo XXI unos fan¨¢ticos influyentes, con medios materiales y la determinaci¨®n suficiente.
Quiz¨¢ lo menos significativo de la cinta sea la sorpresa del jefe de Al Qaeda por la devastaci¨®n causada por sus pilotos suicidas o el hecho de que calculase que s¨®lo algunas plantas de las Torres Gemelas se derrumbar¨ªan por el impacto de las aeronaves, y que, en consecuencia, se incrementara enormemente el n¨²mero de muertos y el resultado fuera, as¨ª, 'mucho m¨¢s optimista'.
M¨¢s relevante para el conjunto de lo que hemos dado en llamar civilizaci¨®n resulta el hecho de que un grupo de individuos extraviados -a cuya convocatoria han acudido miles de j¨®venes de pa¨ªses musulmanes y cuya doctrina y procedimientos son vistos con simpat¨ªa por otros muchos en todo el mundo- concluyan, entre continuas letan¨ªas de 'bendito sea Dios', que quienes perpetraron la aniquilaci¨®n del 11 de septiembre son los aut¨¦nticos seguidores de Mahoma. En este maridaje entre vesania y seudoteolog¨ªa, en la vinculaci¨®n absoluta entre terrorismo y 'verdadero islamismo' reside el mensaje m¨¢s letal de la hist¨®rica tertulia.
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