Consejos para viajeras embarazadas

La decisi¨®n sobre la conveniencia o no de viajar estando embarazada debe depender siempre del m¨¦dico. Pero en t¨¦rminos generales, y si el embarazo no ofrece ning¨²n riesgo especial, los viajes no tienen por qu¨¦ estar contraindicados.

Durante el primer trimestre, en el que la futura madre puede sufrir problemas digestivos, pero cuando a¨²n no ha empezado a engordar, se puede viajar sin miedo en cualquier medio de transporte, siempre y cuando no haya una contraindicaci¨®n m¨¦dica. Con el cambio hormonal, mujeres que nunca se hab¨ªan sentido indispuestas al viajar en coche o en barco puede que sientan n¨¢useas repentinas. Para evitarlas conviene hacer el viaje con el est¨®mago vac¨ªo y parar cada dos horas.

El segundo trimestre es el mejor para viajar porque el feto ya est¨¢ formado, pero no existe la posibilidad seria de que se adelante el parto. El malestar de los tres primeros meses desaparece y la madre todav¨ªa no ha engordado como para estar inc¨®moda. La clave est¨¢ en ser cuidadoso con el destino. Apenas pueden tomarse medicamentos, y menos a¨²n vacunarse, por lo que conviene evitar pa¨ªses que lo requieran. Asimismo, las recomendaciones habituales de todo viaje se extreman: beber s¨®lo agua mineral embotellada, asegurarse de que las ensaladas est¨¢n bien lavadas, pelar siempre la fruta, evitar el hielo y comer en sitios que inspiren toda la confianza. Por si surgiera alguna complicaci¨®n imprevista, es recomendable informarse previamente del sistema de asistencia sanitaria en el destino y viajar con el historial m¨¦dico traducido al idioma correspondiente.

El avi¨®n y el tren son los medios de transporte m¨¢s c¨®modos para viajar en esta fase. Tener un aseo siempre cerca y poder estirar las piernas son sus grandes ventajas. Con respecto al avi¨®n, la altitud no debe preocupar: los vuelos comerciales discurren entre los 6.000 y 12.000 metros, pero mantienen la cabina con una presurizaci¨®n equivalente a una altura de 1.500 o 2.000 metros. En caso de vuelos de m¨¢s de cuatro horas, las propias compa?¨ªas aconsejan pedir un asiento situado en el pasillo, levantarse al menos cada hora y dar paseos de una punta a otra del avi¨®n: no hay que olvidar que las embarazadas corren m¨¢s riesgo que otros viajeros de sufrir el llamado s¨ªndrome de la clase turista. Viaje con ropa c¨®moda y holgada, prestando especial atenci¨®n al calzado, ya que hay propensi¨®n a que se inflamen los pies. Asimismo es preferible solicitar un men¨² que favorezca la digesti¨®n.

Cintur¨®n de seguridad

Si el viaje es en coche, el cintur¨®n de seguridad es obligatorio y debe colocarse en la parte baja del abdomen. En caso de accidente, el feto se recupera r¨¢pidamente de la presi¨®n de la correa. Eso s¨ª, se debe acudir al m¨¦dico en caso de cualquier golpe en la barriga, por leve que sea. El tren es preferible al autob¨²s, siempre m¨¢s inc¨®modo por la falta de movilidad.

A partir del s¨¦ptimo mes, la cosa cambia, al aumentar el riesgo de un parto prematuro. Las aerol¨ªneas suelen poner pegas en vuelos superiores a cuatro horas y algunas hacen firmar un documento en el que se exime a la compa?¨ªa de toda responsabilidad en caso de parto durante el vuelo. Los viajes en coche durante m¨¢s de dos horas tambi¨¦n son desaconsejables en esta fase. En caso de que no quede m¨¢s remedio, lo mejor es tomar las mismas precauciones que durante la fase anterior y seguir siempre los consejos del ginec¨®logo.