Cortarse las orejas
Ahora mismo no s¨¦ si esto que voy a contar lo he le¨ªdo en alg¨²n sitio o lo he imaginado. Yo creo que lo he le¨ªdo, pues a m¨ª no se me ocurren ideas tan brillantes. Por lo visto, el Ayuntamiento, o quiz¨¢ la Comunidad (tampoco estoy seguro), va a colocar a 20 o 25 personas unas pulseras que miden el ruido ambiental. De este modo sabremos los decibelios que soporta un ciudadano desde que se levanta hasta que se acuesta. La idea, aunque excelente, resulta un poco rara. Es como si los responsables pol¨ªticos dudaran de la existencia del ruido.
-No, se?or, ya sabemos que hay ruido, pero queremos saber cu¨¢nto.
-?Para qu¨¦?
-Ya veremos m¨¢s tarde para qu¨¦.
Para nada; quieren saberlo para nada. Despu¨¦s de averiguar, por ejemplo, la cantidad de ruido del aeropuerto de Barajas, han decidido seguir adelante con la brutal ampliaci¨®n. Se van a gastar 600.000 millones en unas instalaciones que s¨®lo se usar¨¢n 15 a?os. A los componentes de Pijamas en Acci¨®n tendr¨ªan que facilitarles, en vez de la pulsera ac¨²stica, una pulserita de la suerte como la que lleva Aznar, o bien una partida de somn¨ªferos, porque les espera una d¨¦cada y media de tortura. Pobres.
Hay inventos que a primera vista parecen ingeniosos, pero que, a poco que les des un par de vueltas, se revelan como una tonter¨ªa. Pensemos en el tr¨¢fico: el Ayuntamiento tiene mil modos de medir si es l¨ªquido o espeso. Bien, despu¨¦s de muchos a?os de controlarlo con aparatos que cuestan un ojo de la cara, ha llegado a la conclusi¨®n de que es espeso. Los usuarios de las calles lo sabemos desde hace mucho tiempo por experiencia, pero comprendemos que tiene que haber concejales de Movilidad, y todo eso para proporcionar la sensaci¨®n de que vivimos en un mundo organizado. De acuerdo, pues: el tr¨¢fico es espeso. Soluci¨®n: que la gente vaya andando.
Veamos: se inventan los coches para ir deprisa y c¨®modo de un lugar a otro, pero, cuando ya todo el mundo tiene coche, llega un genio y dice: vaya usted andando. Quiz¨¢ deber¨ªan pensar en soluciones intermedias, por favor. De ese modo, arregla el tr¨¢fico un piernas cualquiera. Por si fuera poco, el responsable de la movilidad asegura que andar es gratis, bueno para la circulaci¨®n, r¨¢pido y agradable. Se supone, pues, que el coche ser¨ªa todo lo contrario: cuesta una pasta (con el ¨²ltimo duro de la gasolina, m¨¢s), es malo para la circulaci¨®n (?se refiere a la sangu¨ªnea o a la otra?) y es desagradable. Ya ven ustedes: veinte siglos tard¨® la humanidad en inventar el autom¨®vil y ahora resulta que es una porquer¨ªa: quieren volvernos locos.
Y conste que yo soy partidario de andar. Lo he dicho en varios de estos art¨ªculos. En uno de ellos propuse lo que ahora acaba de hacer don Sigfrido: que se calculara el tiempo que se tardaba en caminar de Diego de Le¨®n a la Puerta de Alcal¨¢, por ejemplo, o desde Cibeles a Nuevos Ministerios. La gente piensa que entre Cuatro Caminos y la glorieta de L¨®pez de Hoyos hay miles de kil¨®metros porque ha perdido la noci¨®n del tiempo y de las distancias. La Concejal¨ªa de Movilidad ha descubierto al fin que se tarda menos en ir a muchos sitios andando que en transporte p¨²blico. Ya era hora. No me han dado las gracias, ni siquiera una pulserita de la suerte. No importa: me satisface haber ayudado a que se ganen el sueldo algunos pol¨ªticos.
Pero, para animar a la gente a andar, tampoco hay que decir que el motor de explosi¨®n es una porquer¨ªa. Ambas cosas son compatibles, por favor. De hecho, si no se hubiera inventado el motor de explosi¨®n, Sigfrido Herr¨¢ez no tendr¨ªa ese autom¨®vil oficial con el que contribuye modestamente a jorobar el tr¨¢fico. Andemos, s¨ª, pero creemos a la vez una cultura del transporte p¨²blico, incluso del transporte privado, pues tanto el uno como el otro se usan ahora de manera iletrada.
Es como si, para aliviar a la gente de los ruidos del aeropuerto, el concejal del Ruido (seguro que existe un concejal del Ruido, por raro que parezca) recomendara a los madrile?os arrancarse las orejas. Pues no: el pabell¨®n auricular est¨¢ bien inventado y ha sido muy ¨²til a la humanidad a lo largo de su historia. Si no tuvi¨¦ramos o¨ªdos, no habr¨ªamos inventado la m¨²sica. No pretendo equiparar de ning¨²n modo el motor de explosi¨®n con la m¨²sica, sino hacer ver a las autoridades que cortar por lo sano no es bueno nunca. Lo de la pulserita ac¨²stica, en fin, es una tonter¨ªa. Si quieren saber si hay ruido, yo mismo se lo digo: lo hay, y m¨¢s del que ser¨ªa tolerable. Pero un respeto para el o¨ªdo interno.
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