Clementinas 'mosqueadas'
Medio centenar de empresas, perjudicadas por el veto de EE UU a la entrada de c¨ªtricos espa?oles
Para el director general de Iber-trade, principal grupo en el desa-rrollo de las exportaciones horto-frut¨ªcolas espa?olas a Estados Unidos, no hay razones funda-das para vetar la entrada de los c¨ªtricos espa?oles en ese pa¨ªs ba-jo la acusaci¨®n de estar afecta-dos por esta enfermedad. En su opini¨®n, por debajo de una legis-laci¨®n estricta en materia de sa-nidad animal y vegetal, se oculta el fuerte proteccionismo que aplica la Administraci¨®n norteamericana bajo la presi¨®n de los productores para defender sus intereses. Los exportadores han se?alado su decisi¨®n de iniciar acciones legales ante la Adminis-traci¨®n norteamericana por estimar que no hay razones objetivas para el veto y denuncian la 'desaparici¨®n' del Gobierno espa?ol en este conflicto.
El sector teme la ca¨ªda de precios en otros mercados al aumentar la oferta y la p¨¦rdida de imagen para los c¨ªtricos
Exportar a Estados Unidos productos agroalimentarios fres-cos o transformados desde Espa?a ha sido tradicionalmente una empresa dif¨ªcil. La importancia de ese pa¨ªs, su potencial de crecimiento en la demanda y los pre-cios pagados ha hecho que des-de diferentes sectores agroali-mentarios se haya fijado como uno de sus principales objetivos exportar ese pa¨ªs para conseguir el segundo mercado detr¨¢s de la Uni¨®n Europea. En esta ofensiva para abrir las fronteras norteamericanas a los productos hortofrut¨ªcolas espa?oles frescos, destaca la actividad desarrollada en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas por Ibertrade.
A principios de los ochenta, bajo el nombre de Interchange, y en el marco de la empresa p¨²blica Focoex, se firm¨® el primer protocolo con Estados Unidos por el que se iniciaba la exportaci¨®n de mandarinas clementinas a ese pa¨ªs. En 1998, la actividad exportadora de Interchange pas¨® a desarrollarse en el BBV. En 1992, el banco decidi¨® cerrar la sociedad, haci¨¦ndose cargo de la misma el equipo de t¨¦cnicos con el nombre de Ibertrade.
Ibertrade, con una factura-ci¨®n de unos 4.000 millones de pesetas, tiene como objetivo el fo-mento de las exportaciones de frutas y hortalizas a Estados Uni-dos. En esa l¨ªnea, desde 1982, aunque en peque?as partidas, se inici¨® la apertura del mercado a las mandarinas clementinas. Posteriormente ha desarrollado trabajos para abrir ese mercado al tomate de Almer¨ªa que se ex-porta por v¨ªa a¨¦rea, pepinos procedentes de toda Espa?a, pi-mientos de Almer¨ªa, n¨ªsperos o limones... Las ventas de frutas y hortalizas frescas a Estados Uni-dos se elevan a unas 130.000 toneladas.
Seg¨²n las valoraciones del sector, abrir el mercado norteameri-cano ha sido un trabajo muy du-ro, pero en la actualidad ya se es-taban logrando frutos importan-tes con un crecimiento espectacular en los ¨²ltimos tres a?os hasta alcanzar las 80.000 tonela-das en 2000 y la posibilidad de haber llegado este a?o a las 100.000 toneladas. Para Anto-nio P¨¦rez, las razones de ese cre-cimiento se hallan en la calidad del producto espa?ol y la no existencia por parte de los productores norteamericanos, que han visto reducidas sus ventas y, por ese motivo, han acudido a las barreras fitosanitarias para defender su mercado frente a las importaciones.
Ibertrade coordina la exporta-ci¨®n a Estados Unidos de medio centenar de empresas, entre las que se hallan grandes grupos co-mo Anecoop, Mart¨ªn Navarro, Tono, Agroval, Torres y Herma-nos o Malaca. Igualmente fun-cionan otras empresas por libre y operadores norteame-ricanos que trabajan en Espa?a.
Estados Unidos supone el 10% de todas las exportaciones de clementina espa?ola, que as-cienden a poco m¨¢s de un mill¨®n de toneladas. El actual cierre de fronteras tiene un efecto grave, tanto para las empresas m¨¢s di-rectamente implicadas, como para el sector. Las m¨¢s perjudica-das ser¨¢n algunas peque?as fir-mas, cuyas ventas a EE UU supo-nen casi el 20% de su actividad.
Buscar nuevos mercados
Con vistas al conjunto del sector, la decisi¨®n norteamericana signi-ficar¨¢, por una parte, la necesi-dad de buscar otros nuevos mer-cados para esos productos con la consiguiente ca¨ªda de precios por exceso de oferta. Igualmente puede suponer una p¨¦rdida de prestigio para los c¨ªtricos espa?o-les en otros mercados.
Para el presidente del Comit¨¦ de Gesti¨®n de C¨ªtricos, Octavi Ram¨®n, el veto de las autorida-des norteamericanas es una deci-si¨®n pol¨ªtica bajo la presi¨®n de sus agricultores. En su opini¨®n, son inspectores de ese pa¨ªs los que, pagados por los exportado-res espa?oles, investigan la mer-canc¨ªa en Espa?a, dicen qu¨¦ tipo de barcos se tienen que utilizar y vigilan las condiciones de trans-porte. Inspectores norteamerica-nos son tambi¨¦n quienes vigilan la lle-gada del barco. 'Si en la tra-ves¨ªa se hubiera producido al-g¨²n problema en la cadena de fr¨ªo, como ha sucedido en algu-na ocasi¨®n, el producto se somete nuevamente a cuarentena y se comercializa el producto con to-tal garant¨ªa. Lo sucedido en esta ocasi¨®n no tiene l¨®gica y se ve que hay otros intereses al margen de la seguridad del consumidor', se?ala Octavi Ram¨®n.
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