Un nuevo gigante de la comunicaci¨®n
Comcast gana la batalla por ATandT Broadband y crea la mayor televisi¨®n por cable de Estados Unidos
Brian Roberts ten¨ªa cuatro a?os cuando en 1963 su padre, Ralph, decidi¨® dejar el negocio de la marroquiner¨ªa para entrar en el de la distribuci¨®n de televisi¨®n por cable con la compra de un peque?a compa?¨ªa de s¨®lo 1.200 abonados en Tupelo (Misisip¨ª). El ni?o acompa?aba al padre a ver clientes, a los bancos y, ya crecido, tiraba cables por las casas. Luego, el padre le cedi¨® el mando y Comcast se convirti¨® en la tercera compa?¨ªa del cable en Estados Unidos.
Ralph, de 81 a?os, todav¨ªa tiene un despacho junto al de Brian, y fue su confidente en el golpe m¨¢s audaz: apoderarse del l¨ªder, AT&T Broadband. 'Esto es incre¨ªble', le confes¨® el padre al hijo, de 42 a?os, cuando la semana pasada Brian culmin¨® la compra que convierte a AT&T Comcast en la mayor distribuidora de televisi¨®n por cable de Estados Unidos, con 22,4 millones de abonados.
'Hicimos crecer Comcast hasta el punto de que se dignaron hablar con nosotros'
El mundo de la distribuci¨®n de informaci¨®n y entretenimiento hace mucho que dej¨® de ser campo para aficionados. Al tiempo que empezaron los Roberts, cubrieron el pa¨ªs una mir¨ªada de peque?as compa?¨ªas familiares. Hoy, el 80% de la distribuci¨®n por cable en Estados Unidos est¨¢ en manos de cinco sociedades y en la pelea por abonados de cable o sat¨¦lite se cruzan golpes gigantes como AOL Time Warner, Vivendi, Rupert Murdoch, AT&T, Bill Gates... o los Roberts. Con raz¨®n coment¨® el otro d¨ªa, con triunfal iron¨ªa, el viejo Ralph, refiri¨¦ndose a Michael Armstrong, el presidente de AT&T: 'Hicimos crecer Comcast hasta el punto de que se dignaron hablar con nosotros'.
Armstrong, con un pasado de alto ejecutivo en Hughes e IBM, lleg¨® a AT&T en 1997 con la misi¨®n de reactivar la compa?¨ªa telef¨®nica y transformarla en un ente capaz de proporcionar cualquier comunicaci¨®n a cualquier cliente en cualquier lugar. El cable era el veh¨ªculo ideal para distribuir telefon¨ªa y servicios de Internet. En poco tiempo, Armstrong gast¨® m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares para convertirse en el n¨²mero uno del cable, con 13,8 millones de abonados, derrotando a fuerza de talonario y exceso de costes los planes expansivos de Comcast.
La posterior gesti¨®n del emporio no respondi¨® a las expectativas, frente a la agudeza de Roberts, que manten¨ªa en buena forma financiera a Comcast, con 8,4 millones de clientes. AT&T opt¨® por una reestructuraci¨®n que, entre otras cosas, independizaba la divisi¨®n de televisi¨®n por cable.
Brian Roberts, al que, seg¨²n The New York Times, un vicepresidente de Microsoft le pronostic¨® que su destino era hacerse con AT&T Broadband, vio en la segregaci¨®n una ocasi¨®n de oro y en julio lanz¨® una OPA hostil que abri¨® la caja de Pandora. La telef¨®nica rechaz¨® la oferta por escasa en t¨¦rminos econ¨®micos (44.500 millones) y por abusiva en el previsto reparto del poder accionarial (con s¨®lo el 2% de inversi¨®n personal, los Roberts se reservaban casi la mitad del voto). Pero a la AT&T no le qued¨® otra salida que congelar sus planes para el cable y ofrecer la divisi¨®n al mejor postor.
A la arena se lanzaron Cox, quinta en el ranking, con seis millones de clientes, y AOL Time Warner, el primer conglomerado de comunicaci¨®n y entretenimiento del mundo, con 12,7 millones de suscriptores. La aparici¨®n de AOL alarm¨® a Bill Gates. Si AOL se hac¨ªa con el cable de AT&T creaba un gigante de m¨¢s de 26 millones de abonados que cerraba definitivamente la puerta a sus planes en Internet. Microsoft ten¨ªa que entrar como fuera en la jugada: apoy¨® a Comcast, donde ya ten¨ªa una peque?a participaci¨®n; apoy¨® a Cox, y lleg¨® a garantizar inversiones en AT&T Broadband si, por fin, su consejo decid¨ªa rechazar a todos los aspirantes y optaba por la independencia.
El paquete inicial de ofertas fue rechazado en un primer an¨¢lisis y los aspirante fueron invitados a subir las apuestas. Informaciones publicadas por The New York Times y The Wall Street Journal revelan que todos respondieron con planes m¨¢s atractivos y que todos estaban en un pa?uelo. La fusi¨®n con AOL Time Warner creaba el riesgo de un rechazo por las autoridades antimonopolio. Cox era un punto peque?o. Comcast ten¨ªa el tama?o id¨®neo, pero no hac¨ªa la mejor oferta econ¨®mica.
Brian Roberts y Michael Armstrong hab¨ªan tendido puentes tras el desaf¨ªo de julio y el martes, d¨ªa 18, en v¨ªsperas de la definitiva reuni¨®n del consejo, Roberts recibi¨® el aviso de que deber¨ªa mejorar la oferta si realmente quer¨ªa hacerse con AT&T Broadband. Puso 800 millones m¨¢s en la balanza, que ahora quedaba en 47.000 millones en acciones, asunci¨®n de 20.000 millones en deudas y absorci¨®n de 5.000 millones en compromisos de ATT con Microsoft. Los Roberts, adem¨¢s, rebajaban su control del voto al 33%.
Tras siete horas de debate, el consejo de AT&T decidi¨® aceptar la recomendaci¨®n de Armstrong a favor de Comcast. La fusi¨®n tardar¨¢ entre nueve meses y un a?o en ser efectiva, salvo improbable veto por monopolio, y entonces concluir¨¢ el espectacular viaje que llev¨® a los Roberts de la fabricaci¨®n de cinturones al masivo liderazgo en la distribuci¨®n televisiva en la meca de la comunicaci¨®n y el entretenimiento, con m¨¢s de 22 millones de abonados entre los 70 millones de hogares estadounidenses en los que la televisi¨®n entra por cable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.