Un tornado arrasa la Sydney-Hobart
Once barcos se tuvieron que retirar de la regata v¨ªctimas del fen¨®meno en el estrecho de Bass
Ludde Ingvall jur¨® el a?o pasado, nada m¨¢s ganar la Sydney-Hobart, que no volver¨ªa a participar en la regata australiana que une el continente con la capital de la isla de Tasmania. Tan mal lo hab¨ªa pasado atravesando el terror¨ªfico estrecho de Bass, en el que luch¨® a brazo partido contra una galerna.
Sin embargo, Ingvall, veterano lobo de mar finland¨¦s, no fue fiel a su promesa y all¨ª estaba, el mi¨¦rcoles pasado por la noche, al tim¨®n del Nicorette, una vez m¨¢s mandando en la flota, en los 75 participantes de la Sydney-Hobart de 2001, entrando en el estrecho de Bass, terrible mar en el que en 1998 perecieron seis de los navegantes. Entonces, Ingvall, veterano tambi¨¦n en vueltas al mundo, traves¨ªas del Atl¨¢ntico a vela y galernas de Bass, un marino que cre¨ªa que lo hab¨ªa visto todo en este mundo, se encontr¨® con un tornado.
'Una gigantesca peonza apareci¨® en el horizonte', coment¨® Ingvall despu¨¦s; 'fue la m¨¢s grande, la peor, la m¨¢s horrorosa experiencia que he vivido nunca'. El tornado, de unos 500 metros de di¨¢metro en la base, estaba acompa?ado de vientos de 100 nudos (unos 170 kil¨®metros por hora) y choc¨® f¨¢cil e inevitablemente con su barco, de 24 metros de eslora y 20 toneladas. El rugido del viento anunci¨® su llegada.
Los 23 marineros trabajaron fan¨¢ticamente para arriar la vela mayor antes del choque mientras Ingvall trataba, in¨²tilmente, de evitar al tornado antes de mandar a su tripulaci¨®n, excepto a dos hombres, que se refugiara bajo la cubierta. Todo qued¨® grabado en un v¨ªdeo.
'Primero golpe¨® el barco por un lado. Luego, en el centro. Era blanco, muy claro... Si mirabas para arriba, pod¨ªas ver el tubo de succi¨®n como si fuera una aspiradora gigantesca', dijo Ingvall, que crey¨® por un momento que el tornado le iba a succionar: 'Sent¨ª como si un luchador me agarrara la chaqueta por la espalda e intentara levantarme en el aire. Y para terminar, despu¨¦s del tornado nos alcanz¨® una tormenta de granizo, con piedras del tama?o de pelotas de golf que nos dieron en la cabeza'.
La tripulaci¨®n tard¨® seis horas en reparar los da?os en la vela y el Nicorette perdi¨® el liderato de la regata, que pas¨® a poder del Illbruck, un barco alem¨¢n que tambi¨¦n manda en la Volvo Ocean Race, vuelta alrededor del mundo que considera una etapa la Sydney-Hobart. Once barcos no pudieron resistir la tormenta y debieron retirarse.
El Skandia, segundo el a?o pasado, fue una de las v¨ªctimas del tornado. 'Era tan impresionante que esper¨¢bamos ver vacas, caravanas y de todo dentro de ¨¦l', dijo el tripulante Grant Wharington. 'Fue realmente algo terror¨ªfico. Nunca hab¨ªa visto nada parecido. Intentamos esquivarlo y pensamos que lo hab¨ªamos conseguido, pero el tornado retrocedi¨® y nos golpe¨® de lleno. Era algo que s¨®lo hab¨ªa visto en los documentales de National Geography'.
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